Soy una mujer tímida, extrovertida y sumisa con ganas de experimentar este mundo del sexo y aprender cosas nuevas enséñame que puedes hacerme disfrutar de esto
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。・゚♡゚・。 ¡HOLA SOY YENNY! BIENVENIDOS A MI MUNDO.。・゚♡゚・。
Viajar es una de mis pasiones más profundas. Cada viaje es una oportunidad para explorar, descubrir y aprender, lo que alimenta mi curiosidad y me enriquece de maneras que pocas otras experiencias pueden igualar. Aquí te comparto por qué me encanta viajar. El Placer del Descubrimiento Para mí, el placer del descubrimiento es una de las razones más poderosas para viajar. Cada destino nuevo es como una caja de sorpresas que espera ser abierta. Desde las calles empedradas de una ciudad antigua hasta los paisajes naturales más imponentes, el mundo está lleno de maravillas que despiertan mi curiosidad. Explorar lo desconocido me lleva a lugares donde puedo aprender sobre nuevas culturas, idiomas, costumbres y formas de vida. Cada viaje es una oportunidad para expandir mis horizontes y comprender mejor el mundo que me rodea.
Las conversaciones con locales y otros viajeros me ofrecen perspectivas frescas y diferentes, ayudándome a ver el mundo desde múltiples ángulos. Esta conexión humana es un recordatorio constante de la diversidad y la riqueza de la experiencia humana, fortaleciendo mi empatía y comprensión hacia los demás. Crecimiento Personal Los viajes también son una fuente inagotable de crecimiento personal. Al enfrentarme a situaciones desconocidas y a veces desafiantes, desarrollo habilidades como la adaptabilidad, la resolución de problemas y la paciencia. Cada viaje me enseña algo nuevo sobre mí mismo y sobre mis capacidades.
Me gusta el arte porque es una forma de comunicación y expresión universal que trasciende las barreras del idioma, la cultura y el tiempo. El arte tiene la capacidad única de tocar nuestras emociones más profundas, de provocar reflexión y de inspirar cambios. A través del arte, puedo conectar con personas de diferentes épocas y lugares, entender sus perspectivas y experiencias, y encontrar un sentido de comunidad y humanidad compartida. Una de las razones más poderosas por las que me gusta el arte es su capacidad para expresar lo inexpresable.
Hay emociones y experiencias en la vida que son difíciles de poner en palabras, pero el arte puede capturarlas y comunicarlas de maneras que van más allá de las limitaciones del lenguaje. Ya sea a través de una pintura, una escultura, una pieza de música o una película, el arte tiene el poder de transmitir sentimientos complejos y matices emocionales de una manera inmediata y visceral. El arte también es una fuente inagotable de inspiración y creatividad. Cuando me enfrento a una obra de arte, a menudo me encuentro maravillado por la imaginación y la habilidad del artista. Me inspira a pensar de nuevas maneras, a explorar ideas y a experimentar con mis propias formas de expresión.
La conexión humana es una de las experiencias más profundas y esenciales que podemos tener como seres humanos. En un mundo cada vez más digitalizado y acelerado, mantener y nutrir estas conexiones se ha vuelto más crucial que nunca. Hablar de la conexión humana es, en realidad, hablar de lo que significa estar vivo, de lo que significa ser plenamente humano. Quiero hablarte desde mi experiencia, porque al final del día, aunque estemos rodeados de tecnología, es la interacción genuina con los demás la que realmente nos define y enriquece nuestras vidas. *La Necesidad Innata de Conexión* Desde que nacemos, somos seres sociales. Como bebés, necesitamos el contacto físico y emocional con nuestros cuidadores para sobrevivir y prosperar. Recuerdo cuando era niño, la sensación de seguridad que me brindaba el abrazo de mi madre, la manera en que me sentía completamente protegido en sus brazos. Esas experiencias tempranas no solo son placenteras, sino vitales para nuestro desarrollo.
No es solo la comida lo que nos nutre, sino el amor y la atención de los demás. A medida que crecemos, esa necesidad de conexión no desaparece. Se transforma. En la adolescencia, empezamos a buscar conexiones fuera de la familia, en amigos y compañeros. Estas relaciones nos ayudan a definir quiénes somos, a explorar nuestra identidad. Pienso en las largas conversaciones con mis amigos durante esa época, compartiendo sueños, miedos, y risas. Eran momentos en los que realmente sentía que alguien me entendía, que estaba acompañado en mi camino hacia la adultez. *La Conexión en la Edad Adulta* Ya en la adultez, la conexión humana adquiere nuevos matices. La vida se vuelve más complicada, con responsabilidades, trabajo, y la búsqueda de un propósito.
Vivir en Colombia a mis 21 años es una experiencia vibrante, llena de contrastes y emociones. Si hay algo que caracteriza a mi país, es la riqueza de su diversidad: desde sus paisajes hasta su gente, todo en Colombia es una mezcla de colores, sabores, sonidos y sensaciones que no dejan indiferente a nadie. Como mujer joven, encontrar mi lugar en este entorno puede ser tanto un desafío como una aventura constante. Cada día aquí es una invitación a explorar y descubrir. Bogotá, la capital, es mi base, un lugar lleno de movimiento, donde la vida nunca se detiene. Me encanta perderme en sus calles llenas de grafitis que cuentan historias de resistencia, amor y esperanza. Las cafeterías en Chapinero, el barrio donde suelo pasar mucho tiempo, son mis refugios favoritos. Me gusta sentarme con un buen café, tal vez un latte con leche de almendras, y trabajar en mis proyectos o simplemente observar a la gente pasar.
¡Mi trasero! Es como el sol en su máximo esplendor, irradiando calor y deseo en cada curva de mi piel. Es un monumento al placer, una obra de arte que hace que todos se detengan. Mis nalgas son como dos diamantes en bruto, esperando ser descubiertos y apreciados por aquellos valientes que se atrevan a desafiar la norma. Así que adelante, ¡déjate tentar y sumérgete en el delicioso caos que solo mi trasero puede ofrecer!
Soy la seducción personificada en cada ángulo capturado por la cámara, la delicadeza de mis movimientos transformados en arte visual. En cada pose, en cada gesto, insinúo el encanto de lo prohibido y la belleza de lo misterioso, envolviendo con un aura de enigma que te invita a descubrir más.
Déjame quedarme dormida en tu pecho ,sentir tu cuerpo cálido. déjame escuchar el melodioso sonido de tu corazón , ese palpitar que se sincroniza con el mio y nos vuelve cómplices , amantes y amigos , Estando allí me siento plena y tranquila , tu brazos de hombre me ofrecen protección y abrazan mi sensibilidad , casi puede sentir como ambas melodías bailan entrelazadas una con otro y el placer florece
allí en tu pecho , esa parte de tu cuerpo , que para mi una parte del mundo , de mi mundo, una parte que me pertenece y donde puedo desaparecer y escapar por unos segundos , segundos de intenso placer , sentirme tuya y sentirte mio , sentir la conexión inminente de nuestras almas , de nuestro ser , de nuestros cuerpos .... es magnifico !!!!!
Ayer fue a la biblioteca , necesita devolver unos libros que tome prestados , decidí descubrir si había algún libro nuevo que llamara mi atención y sentí una mirada puesta en mi , al mirar entre los estantes vi unos ojos negros profundos , me miraban fijamente ,era el hombre mas guapo que mis ojos habían visto , me sentí algo intimidada y sin querer tome un mechón de mi cabello para juguetear con el , le sonreí de forma nerviosa y me devolvió una sonrisa cautivante ,vaya que se sentía muy seguro de si mismo !!!
Rapándoselo estaba cierta hermosa, hasta el ombligo toda arremangada, las piernas muy abiertas, y asentada en una silla ancha y espaciosa. Mirándoselo estaba muy gozosa, después que ya quedó muy bien rapada, y estándose burlando, descuidada, metióse el dedo dentro de la cosa. Y como menease las caderas, al usado señuelo respondiendo, un cierto saborcillo le dio luego. Mas como conoció no ser de veras, dijo: «¡Cuitada yo! ¿Qué estoy haciendo? Que no es ésta la leña deste fuego».
Soñaba una doncella que dormía con un galán que amaba tiernamente, y que en él todo andaba diligente y descuido ninguno no tenía. Ella, aunque mal, al fín, se resistía, diciendo:”¿Qué dirá de mí la gente?”, en efecto cumplíó con su accidente, dando los dos remate a su porfía. El galán la besaba y la abrazaba con más calor que un encendido leño; lo dulce a derramar no comenzaba, cuando de despertó, y le dijo al sueño: “¿Durar un poco más, qué te costaba, pues para mí era gusto no pequeño?”
Tus muslos, como la tarde, van de la luz a la sombra. Los azabaches recónditos oscurecen tus magnolias. Aquí estoy, Yenny. Vengo a consumir tu boca y a arrastrarte del cabello en madrugada de conchas. Porque quiero y porque puedo. Umbría de seda roja.
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
Pienso en tu sexo. Simplificado el corazón, pienso en tu sexo, ante el hijar maduro del día. Palpo el botón de dicha, está en sazón. Y muere un sentimiento antiguo degenerado en seso. Pienso en tu sexo, surco más prolífico y armonioso que el vientre de la sombra, aunque la muerte concibe y pare de Dios mismo. Oh Conciencia, pienso, si, en el bruto libre que goza donde quiere, donde puede. Oh escándalo de miel de los crepúsculos. Oh estruendo mudo. ¡Odumodneurtse!
Y tú me dices que tienes los pechos vencidos de esperarme, que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo, que has perdido hasta el tacto de tus manos de palpar esta ausencia por el aire, que olvidas el tamaño caliente de mi boca. Y tú me lo dices que sabes que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre, de golpear mis labios con la sed de tenerte, de darle a mi memoria, registrándola a ciegas, una nueva manera de rescatarte en besos desde la ausencia en la que tú me gritas que me estás esperando. Y tú me lo dices que estás tan hecha a este deshabitado ocio de mi carne que apenas sí tu sombra se delata, que apenas sí eres cierta en esta oscuridad que la distancia pone entre tu cuerpo y el mío.
Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo quien me tira del cuerpo a otros cuerpos a ser posiblemente jóvenes: yo persigo también el dulce amor, el tierno amor para dormir al lado y que alegre mi cama al despertarse, cercano como un pájaro. ¡Si yo no puedo desnudarme nunca, si jamás he podido entrar en unos brazos sin sentir -aunque sea nada más que un momento igual deslumbramiento que a los veinte años! Para saber de amor, para aprenderle, haber estado solo es necesario. Y es necesario en cuatrocientas noches -con cuatrocientos cuerpos diferentes- haber hecho el amor. Que sus misterios, como dijo el poeta, son del alma, pero un cuerpo es el libro en que se leen. Y por eso me alegro de haberme revolcado sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos, mientras buscaba ese tendón del hombro. Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones.
Escribir un poema se parece a un orgasmo: mancha la tinta tanto como el semen, empreña también más en ocasiones. Tardes hay, sin embargo, en las que manoseo las palabras, muerdo sus senos y sus piernas ágiles, les levanto las faldas con mis dedos, las miro desde abajo, les hago lo de siempre y, pese a todo, ved: ¡no pasa nada! Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo: “Lo digo y no me corro”. Pero él disimulaba
Conoces a la yo calma, a la coqueta inofensiva, diurna y musical. Quién sabe cuándo aflore la maliciosa, viperina y vengativa. Pero sé que ambas se hurgan el sexo. Y se huelen los dedos.
Habítame, penétrame. Sea tu sangre una con mi sangre. Tu boca entre mi boca. Tu corazón agrande el mío hasta estallar… Desgárrame. Caigas entera en mis entrañas. Anden tus manos en mis manos. Tus pies caminen en mis pies, tus pies. Árdeme, árdeme. Cólmeme tu dulzura. Báñeme tu saliva el paladar. Estés en mí como está la madera en el palito. Que ya no puedo así, con esta sed quemándome. Con esta sed quemándome. La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Quiero disculparme con todas las mujeres a las que he llamado bonitas antes de haberlas llamado inteligentes o valientes. Lamento si hice sonar que algo tan simple como con lo que se nace, es de lo que tienes que estar más orgullosa, cuando es tu espíritu el que ha aplastado montañas. De ahora en adelante, voy a decir cosas como eres resistente o eres extraordinaria, no porque crea que no eres bonita, sino porque eres mucho más que eso.
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas? Yo no estimo tesoros ni riquezas; y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi pensamiento que no mi pensamiento en las riquezas. Y no estimo hermosura que, vencida, es despojo civil de las edades, ni riqueza me agrada fementida, teniendo por mejor, en mis verdades, consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades.
Me acuerdo de tu rostro que se fijó en mis días, mujer de saya azul y de tostada frente, que en mi niñez y sobre mi tierra de ambrosía vi abrir el surco negro en un abril ardiente. Alzaba en la taberna, honda la copa impura el que te apegó un hijo al pecho de azucena, y bajo ese recuerdo, que te era quemadura, caía la simiente de tu mano, serena. Segar te vi en enero los trigos de tu hijo, y sin comprender tuve en ti los ojos fijos, agrandados al par de maravilla y llanto. Y el lodo de tus pies todavía besara, porque entre cien mundanas no he encontrado tu cara ¡y aun te sigo en los surcos la sombra con mi canto!
me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente mis nervios y balanceó con cuidado el número de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyectó con ella para que irrigara todo mi cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo que creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo.
Hervías la leche y seguías las aromosas costumbres del café. Recorrías la casa con una medida sin desperdicios. Cada minucia un sacramento, como una ofrenda al peso de la noche. Todas tus horas están justificadas al pasar del comedor a la sala, donde están los retratos que gustan de tus comentarios. Fijas la ley de todos los días y el ave dominical se entreabre con los colores del fuego y las espumas del puchero. Cuando se rompe un vaso, es tu risa la que tintinea. El centro de la casa vuela como el punto en la línea. En tus pesadillas llueve interminablemente sobre la colección de matas enanas y el flamboyán subterráneo. Si te atolondraras, el firmamento roto en lanzas de mármol, se echaría sobre nosotros.
Mujer: tú la virtuosa, y tú la cínica, Y tú la indiferente o la perversa; Mirémonos sin miedo y a los ojos: Nos conocemos bien. Vamos a cuentas. Bajo armadura andamos: si nos sobra El alma, la cortamos; si no llena, Por mengua, la armadura, pues, la henchimos: Con la armadura andamos siempre a cuestas. ¡Armadura feroz! Mas conservadla. Si algún día destruirla pretendierais, Del solo esfuerzo de arrojarla lejos Os quedaríais como yo, bien muertas
Verte desnuda es recordar la Tierra. La Tierra lisa, limpia de caballos. La Tierra sin un junco, forma pura cerrada al porvenir: confín de plata. Verte desnuda es comprender el ansia de la lluvia que busca débil talle o la fiebre del mar de inmenso rostro sin encontrar la luz de su mejilla. La sangre sonará por las alcobas y vendrá con espada fulgurante, pero tú no sabrás dónde se ocultan el corazón de sapo o la violeta. Tu vientre es una lucha de raíces, tus labios son un alba sin contorno, bajo las rosas tibias de la cama los muertos gimen esperando turno.
Las mujeres lindas se preguntan dónde radica mi secreto. No soy linda ni nací para vestir talles de modelo, pero cuando comienzo a contarles, creen que les miento. Y digo: El secreto está en el largo de mis brazos, en el ancho de mis caderas, en la cadencia de mi andar, en la curva de mis labios. Soy una mujer, fenomenalmente. Mujer fenomenal, ésa soy yo. Me acerco a cualquier lugar lo más tranquila posible, lo mismo que a un hombre. Los hombres se ponen de pie o caen de rodillas. Luego revolotean a mi alrededor, como si fuera una colmena de abejas melíferas. Y digo: Es el fuego de mis ojos, y el brillo de mis dientes, el vaivén de mi cadera, y el júbilo en mis pies. Soy una mujer, fenomenalmente. Mujer fenomenal, ésa soy yo. Hasta los hombres se preguntan qué ven en mí. Se esfuerzan, pero no alcanzan a rozar mi misterio interior. Cuando intento mostrárselo, dicen que no logran verlo. Y digo: Está en el arco de mi espalda, el sol de mi sonrisa, el ritmo de mis pechos, la gracia de mi estilo. Soy una mujer fenomenalmente. Mujer fenomenal, ésa soy yo. Ahora comprendes por qué mi cabeza no se inclina. No grito ni ando a los saltos ni tengo que hablar muy alto. Cuando me veas pasar deberías sentirte orgullosa. Y digo: Está en el chasquido de mis talones, las ondas de mi cabello, la palma de mi mano, la necesidad de mi cariño, por que soy una mujer fenomenalmente. Mujer fenomenal, ésa soy yo.
All the plots of my life have something of yours And that's really nothing extraordinary. You know it as objectively as I do. However, there is something I would like to clarify for you, when I say all the plots, I'm not just referring to this now, to wait for you and hallelujah find you, and damn losing you, and find you again, and hopefully nothing more. I don't mean that you suddenly say, I'm going to cry. and I with a discreet lump in my throat, well cry. And may a nice invisible downpour protect us and maybe that's why the sun comes out right away. I don't mean just that day after day, increase the stock of our small and decisive complicities, or that I can or believe that I can turn my setbacks into victories, or give me the tender gift of your most recent despair.
The thing is much more serious. When I say all the plots I want to say that in addition to that sweet cataclysm, You are also rewriting my childhood, that age when one says adult and solemn things and the solemn adults celebrate them, and you, on the other hand, know that that doesn't work. I mean you're putting my adolescence back together, that time when I was an old man full of misgivings, and you know how to extract from that wasteland, my germ of joy and water it by looking at it. I mean you're shaking my youth, that jug that no one ever took in their hands, that shadow that no one brought close to its shadow, and you, on the other hand, know how to shake it until the dry leaves begin to fall, and the framework of my truth remains without exploits. I mean you're embracing my maturity this mixture of stupor and experience, this strange confine of anguish and snow, this candle that illuminates death, this precipice of poor life. As you see it is more serious, Much more serious, Because with these and other words, I mean that you are not so alone, the dear girl that you are, but also the splendid or cautious women what I wanted or want.
Because thanks to you I have discovered, (you will say it was time and rightly so), that love is a beautiful and generous bay, that lights up and darkens, As life comes, a bay where ships come and go, They arrive with birds and omens, and they leave with sirens and storm clouds. A beautiful and generous bay, Where the ships arrive and leave. But you, Please, don't go
I love you for your eyebrows, for your hair, I debate you in corridors very white where the fountains play of the light, I argue with each name, I tear you off gently of scar, I'm putting lightning ashes in your hair and tapes that slept in the rain. I don't want you to have a shape, to be precisely what comes behind your hand, because the water, consider the water, and the lions when they dissolve in the sugar of the fable, and the gestures, that architecture of nothing, lighting their lamps in the middle of the match. Every morning is the blackboard where I invent you and drawing, ready to erase you, that's not who you are, nor with that straight hair, that smile. I look for your sum, the edge of the glass where the wine It is also the moon and the mirror, I look for that line that makes a man tremble a museum gallery. Besides, I love you, and it's weather and cold.
I sing what you loved, my life, in case you come closer and listen, my life, in case you remember the world you lived, At dusk I sing, my shadow. I don't want to be silent, my life. How would you find me without my faithful cry? What sign, what declares me, my life? I am the same one that was yours, my life. Neither slow nor disturbed nor lost. Come at nightfall, my life; come remembering a song, my life, If you recognize the song as learned and if you still remember my name. I wait for you without deadline or time. Do not fear night, fog or downpour. Come with a trail or without a trail. Call me where you are, my soul, and march straight towards me, mate.
My tactic is look at you learn how you are love you as you are my tactic is talk to you and listen to you build with words an indestructible bridge my tactic is stay in your memory I don't know how nor do I know under what pretext but stay in you my tactic is be frank and know that you are frank and that we do not sell ourselves drills so that between the two there is no curtain nor abysses my strategy is instead deeper and more simple my strategy is that any day I don't know how nor do I know under what pretext you finally need me.
Inhabit me, penetrate me. Let your blood be one with my blood. Your mouth between my mouth. Your heart enlarges mine until it bursts... Tear me apart. You fall whole into my bowels. Let your hands walk in my hands. Your feet walk on my feet, your feet. Burn me, burn me. Fill me with your sweetness. Let your saliva bathe my palate. You are in me as the wood is in the stick. I can't do it like this anymore, with this thirst burning me With this thirst burning me. Solitude, its crows, its dogs, its pieces. 💋 🌹
You know the calm me, to the harmless coquette, daytime and musical. Who knows when it will emerge the malicious, viperine and vengeful. But I know that they both poke each other sex. And they smell their fingers. 💘
Writing a poem is like an orgasm: stains ink as much as semen, It also takes more effort at times. There are afternoons, however, in which I manipulate the words, I bite her breasts and her agile legs, I lift their skirts with my fingers, I look at them from below, I do what I always do to them and, despite everything, see: no problem! Cesar Vallejo expressed it very well: “I say it and I don't run.” But he hid 🎈
Because it is not the impatience of the orgasm seeker who pulls me from my body to other bodies to possibly be young: I also pursue sweet love, the tender love to sleep next to and how happy my bed is when you wake up, close like a bird. If I can never undress, if I have never been able to enter into arms without feeling - even if it's just a moment same dazzle as at twenty years old! To know about love, to learn about it, having been alone is necessary. And it is necessary in four hundred nights -with four hundred different bodies- having made love. May its mysteries, As the poet said, they are from the soul, but a body is the book in which they are read. And that's why I'm glad I wallowed on the thick sand, both of them half dressed, while I was looking for that shoulder tendon. I am moved by the memory of so many occasions. 🥵
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