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Bienvenidos a mi habitacion

Yo soy

VALERIE

Mientras tú existas, mientras mi mirada te busque más allá de las colinas, mientras nada me llene el corazón, si no es tu imagen, y hay una remota posibilidad de que estés viva en algún sitio, iluminada por una luz cualquiera... Mientras yo presienta que eres y te llamas así, con ese nombre tuyo tan pequeño, seguiré como ahora, amado mía, transido de distancia, bajo ese amor que crece y no se acaba, bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

El amor existe como un fuego para abrasar en su belleza toda la fealdad del mundo. El amor existe como un presente de las diosas benignas a quienes aman la belleza y la multiplican, como los flores y las aguas. El amor existe como un don sólo para quienes están dispuestas a renunciar a cualquier otro don. El amor existe para habitar el mundo como si fuera el paraíso que un amante distraído perdió por pereza por falta de sabiduría. El amor existe para que estallen los relojes lo largo se vuelva corto lo breve infinito y la belleza borre la fealdad del mundo.

Si el hombre pudiera decir lo que ama, si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar atado en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la única libertad que me exalta, la única libertad por que lucho. Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si estoy sin conocerte, no estare, porque no he vivido.

Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos de esa manera única, como solo tú miras a los ojos: rompiendo el calendario. Te veía hacer esas cosas sencillas que tú haces para que el mundo entre en razón; y no sabía a quién darle las gracias.

A veces tengo ganas de ser cursi para decir: La amo a usted con locura. A veces tengo ganas de ser tonto para gritar: ¡La quiero tanto! A veces tengo ganas de ser joven para llorar acurrucado en su regaso. A veces tengo ganas de estar a tu lado para sentir, tu calides y tu mirada que me crece una flor rompiéndome el pecho, una flor, y decir: Esta flor, para usted.

Ni recuerdos ni presagios: sólo presente, cantando. Ni silencio, ni palabras: tu voz, sólo, sólo, hablándome. Ni manos ni labios: tan solo dos cuerpos, a lo lejos, separados. Ni luz ni tiniebla, ni ojos ni mirada: visión, la visión del alma. Y por fin, por fin, ni goce ni pena, ni cielo ni tierra, ni arriba ni abajo, ni vida ni estar aqui, nada sólo el amor, sólo amando.