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TriniShely aún no ha completado su horario de presencia en línea
TriniShely no está en línea desde hace un cierto tiempo y no podemos proponer un planning de presencia fiable.
La verdad es que últimamente vengo metiendome mano seguido, casi a diario. Son pajas rapidas, no importa el momento o el lugar. La rutina es la misma, en un determinado momento del dia decido que ya es hora masturbarme, chupo bien mis dedos que van derecho a mi conchita y luego de pasarlos un par de veces de arriba abajo ya estoy mojada. A veces juego con el mete y saca un rato, otras solo me dedico a mi clitoris. Algunas veces llego al orgasmo, otras no. A decir verdad solo me importa tocarme, sin importar el resultado. Pero aquella mañana me levante con algo distinto en mente, tenia ganas de jugar un poco. Hacia tiempo venia masturbandome casi de manera automática y esa vez, se me antojaba tomarme mi tiempo. Me esperaba un dia largo, pues tenia doble turno en el trabajo, mas el entrenamiento y algun que otro tramite por el centro de la ciudad. Asique decidí que andaria todo el dia sin bragas, a ver que tal me iba. Me puse mi uniforme, y mientras terminaba de alistarme para ir a trabajar, ya me recorria una electricidad por el cuerpo. El pantalón del trabajo es holgado, lo que toda mi zona intima estaba bastante libre y comoda, pero por alguna razon con cada paso que daba, sentia mi conchita contraerse y en consecuencia humedecerse. Uf mi dios, si ya comenzaba a estar mojada a las 6 am, como iba a terminar el dia sin meterme mano?
La mañana en el trabaio fue la tipica, de a momentos mucho que hacer y de a ratos nada. Esos eran mis favoritos porque simplemente estaba sentada y sin dudas me servian para bajar mi excitación un poco. Llego mi horario de salida y fui a los vestuarios a cambiarme, mi segundo trabajo me esperaba. Me quite el uniforme y pude ver como el pantalon estaba mojado en la parte intima, lo acerque a mi cara para olerlo y si, definitivamente se podia oler la excitación en los restos de mis fluidos. Dios santo, una nueva ola de electricidad recorrio todo mi cuerpo y mis pezones protestaron poniendose erectos, ellos tambien comenzaban a reclamar atención. Intente ignorar todo aquello, tome mi nuevo uniforme, me vesti y me dirigí al edificio donde me esperaban otras seis horas de excitante tortura. Como era de esperarse, me pase todo el turno con la concha mojada. Nunca me habia costado tanto concentrarme en mis tareas, era como si mi cuerpo no me dejara pensar. No se porque el caminar sin ropa interior tenia ese efecto, sin dudas no creia que fuese para tanto cuando lo pense por la mañana. En un momento, intentando bajar una carpeta de un estante superior, roce mi zona intima con el borde del escritorio. UFFF, eso si que no lo esperaba, ese pequeño roce se sintio tan delicioso que no tuve otra opción mas que repetirlo. En cuanto me asegure que no se acercaba nadie, me coloque en la esquina del escritorio y comento a frotarme. Un par de movimientos bastaron para prenderme fuego, me mordi la lengua para contener mis gemidos, no queria que nadie me descubriera haciendo aquello, principalmente porque no queria detenerme. Al cabo de unos minutos escuché a mi compañera acercarse, asique me detuve. De no haberlo hecho sin dudas hubiese tenido un orgasmo ahi mismo, frotandome contra el escritorio con el uniforme puesto.
Despues de pasar las seis horas mas largas de mi vida, llego el horario de ir a entrenar. Estuve a punto de no hacerlo, pero me daba culpa faltar, asique fui de todos modos. Llevaba un top negro que sin dudas hacia lucir muy bien mis pechos y una calza corta a juego. Por supuesto llevaba la calza bien metida entre la zanja de mis nalgas, para lucirlas mejor, y en consecuencia tambien tenia la calza bien metida entre los labios de m conchita. Uff, si antes al caminar me excitaba, hacerlo ahora con la friccion de la tela era un placer completamente diferente y de lo mas rico. Lo bueno de estar en el gimnasio es que mucha gente grita y en cierto punto gime al levantar mucho peso, asique mis gemidos (aunque fueran de placer) iban a pasar desapercibidos. Comence mi entrenamiento calentando y luego fui derecho hacia las pesas, con cada ejercicio que hacia sentia mi vientre contraerse, mis pezones endurecerse y todo el cuerpo con piel de pollo, la electricidad ya no era una ola pasajera, era una sensación constante en todo el cuerpo. Iba haciendo sentadillas, con bastante peso cuando por el espejo vi a un moreno extremadamente guapo haciendo hip trust, si no habia logrado el orgasmo en el trabajo, sin dudas lo lograria en el gimnasio. Disimuladamente logre sincronizar nuestros movimientos, cuando el bajaba yo tambien, por lo tanto los dos subiamos al mismo tiempo lo que significaba que gemiamos al mismo tiempo tambien. Probablemente el gemia por el esfuerzo fisico, yo por lo excitada que estaba.
Cada vez que subia, la tela de la calzaba parecia meterse mas, mi pelvis se contraía aun mas (si es que eso fuera posible) y los gemidos que al principio eran timidos, terminaron liberandose sin problemas. Una sentadilla, un gemido. Otra sentadilla, OH SIIII. Otra sentadilla, AHHHH, Otra, AHHHH. Para la sentadilla numero diez, mis piernas flaqueaban y no necesariamente por el peso, podia sentir como mi conchita expulsaba sus jugos sin problemas. Deje la barra en su lugar, y me apoye sobre el espejo mientras intentaba regular la respiración. Habia sido uno de los orgasmos mas intensos en mucho tiemoo, y lo habia logrado en plena clase de entrenamiento, rodeada de gente y sin siquiera tocarme. Lejos estaba de calmarme, sino por el contrario, estaba aun mas cachonda que nunca. Decidi que ya era suficiente juego, tenia que llegar a mi casa y darme la mejor de las pajas. En cuanto atrevese la puerta de casa, me desnude. Me aprete los pechos con tanta fuerza que quedaron rojos. Necesitaba manos, manos por todo mi cuerpo. Seguí aprentandome, jugando con mis pezones y me dirigí hacia la mesa, para hacer lo mismo que habia hecho en el trabajo. Mi Dios, se senta tan bien. Estaba mas que mojada y mi clitoris hinchado agradecia cada movimiento, cada friccion con la dura superficie. Me incline hacia la mesa, apoyando mi torso sobre ella, me puse de puntitas para parar un poco mas el culo y comence a pasar mis dedos por mi rajita, mis fluidos eran tantos que sirvieron para lubricar la entrada de mi culito. Estaba tan excitada que necesitaba darme placer de todas mas maneras posibles, asique sin pensarmelo dos veces meti un dedo en mi orificio trasero y oh por Dios que rico se sintio. Jugue bastante tiempo, metiendo y sacando, moviendolo dentro.
Mi concha estaba cada vez mas mojada y mas deseosa de atención asique muy a mi pesar me detuve y fui hacia mi habitación a buscsr el dildo realista que tengo. Pegue la sopapa en el piso y me lo monte, entro sin ningun problema y a decir verdad me senti un poco decepcionada, estaba tan mojada y tan abierta que ese dildo se sintio poco en cuanto entro. En ese momento pense que era hora de comprar otro mas grande y mas grueso sin dudas. Comence a moverme, a montarme sobre esa verga de silicona de manera frenetica y desesperada. OH SI, SI SI ASI. No paraba de gritar, de gemir, estaba fuera de mi. Aumente aun mas el ritmo de mis movimientos. SI SI SI, OHHH SI SI SI. Solo podia gritar y montarme en ese dildo como si mi vida dependiera de ello. No se cuento tiempo estuve asi de frenética y solo me detuve cuando al fin senti mi cuerpo explotar del placer, todo el cuerpo tenso y comenzo a temblar en unos espasmos que acompañaban al ritmo en que los fluidos dejaban mi cuerpo. Continue el movimiento sobre mi dildo, a un ritmo menor, mientras el orgasmo iba haciendo lo suyo. Y aun despues, completamente sensible, continue un rato mas, solo por inercia. Despues de un rato, sali de esa posición y fui directo a la ducha, despues de semejante dia, la necesitaba.
Sexóloga por excelencia Te devolví la llamada. Soy prisionero de la carne de tus muslos. Escucharte erige el morbo mítico de esta entidad caprina. La ingravidez me arrastra al laberinto. Más que drogadicto, la caída libre me lleva al centro de la tierra y deseo continuar hacia el abismo incorpóreo. Pienso lamer el ánfora que redime esta sed sofocada. ¿Crees que en tus manos como las algas que se sumergen en la concupiscencia? ¿Podré escapar de la larva nocturna que te perfuma? ¿Por qué encender la luz ante estas fugaces sonrisas de estrellas? Porque me percibes náufrago en la ínsula onírica sometes mi ego fálico. ¿La demencia obstaculizará mi abstinencia? ¡Oh, qué venenosos son los aguijones de tu olvido! De estos pechos dorados sólo bebo melancolía.
Algo debe morir cuando algo nace; debe ser sofocada, y su sustancia succionada para ser irrigación o lactancia en la que otra sea tu urgencia. No habrá otro momento que en el que te abrace mientras muerdo la cándida abundancia de tus dos senos; no habrá otra instancia en la que tu cuerpo con mi cuerpo se vincule; No entraré más en la garganta anfractuosa de tu sexo alpino. Te despiertas con otra luz; Renuncio. Mi ardor masacrado levanta tu altar, mi hambre reprimida te alimenta, y el desierto de mi lecho te cementa.
Te miro, frente a mí, sentada. Tu mirada lasciva se fijó en mis pantalones. Humedeces tus labios, provocándome una erección casi al instante… me acerco a ti, tus manos golosas sacan mi miembro… con avidez lo metes en tu boca. Lo chupas... mordisqueas... lames... Mis manos en tu cabeza te hacen dar el ritmo.. folla tu boca.. te acuesto... mi polla en tu boca... mi boca en tu coño...siento tu lengua húmeda...siento tus dientes cepillarse...mi lengua lame tu coño abriéndose paso entre tus labios...humedezco mis dedos en tu humedad y te follo con ellos mientras sigues lamiendo y comiéndolo mientras juego con mis pelotas. Me como tu coño mientras mis dedos te follan... Siento como te contraes en un orgasmo profundo... mientras mi semen caliente llena tu boca...
Necesito tocarte y que tú me toques, sentir el consuelo de mi miembro entre tus piernas, mojarnos y juntos lleguemos al cielo. Clamas que sea tu compañía, mientras tú solo quieres consuelo y dolor placentero, te penetro y más mojada me pides que no pare, estoy a punto de explotar, cuando solo con tus gemidos te lleno con mi semen y mis ganas de continuar, me arañas la espalda y me aprietas con tus piernas, dejándome encerrado en la prisión de tus venas. Quieres más de mí, agarras mi polla y la aprietas, la pruebas una y otra vez, dándome placer, quieres volver a fusionar nuestras almas en un solo deseo, la pasión, la satisfacción y el amor quedan olvidados. Eres una mujer completa y completa, no me importa tu pasado, siempre y cuando tu futuro sea que busquemos el placer juntos.
No puedo, no debo y no quiero dejar de desearte con el deseo más inconmensurable que el universo, ven a mí que tengo todo para darte lo mejor de mi ser, ansioso por darte amor y pasión. . ¡Qué bien se siente bajar! ¡Cuán lentamente entras en mi cuerpo tibio, viva, en mi cuerpo, de ti brotando como una fuente, ardiendo! Contigo, porque viniste escondida bajo el viento, -desnuda en el viento-, y sobre mis párpados rematas, doble, tu vuelo. ¡Qué caliente estás! Tu brazo tembloroso ya arde en mi pecho. Te derramaste todo de ti en mis ojos. Ya estás dentro de mi carne, bajo el árbol de mis pulsaciones, a su sombra bajo el sueño: ¡En lo más profundo del sueño! ¡Qué seguro estoy de mi descanso! ¡Dominarás por fin tu reino! ...Pero huyo, salto libre de mí, escapo con mi sangre, me libero, y hacia ti la magia se cuela, te dejo otra vez sola en el viento, buscando una nueva prisión para tu cuerpo.
Te voy a contar mi secreto más atrevido, ven a contarme el tuyo y los pondremos en práctica seremos dos tíos traviesos pasándonos la diversión más divina. Pasé, de un paso rítmico y felino a avances suaves, ágiles o rudos, con algo animal y divino en la bailarina descalza. Su falda era una falda de rosas, sobre sus pechos, dos escudos... Tachonado de estuches y cosas... La bailarina descalza. Mil delicias descendieron de sus pechos hacia la perla hundida del ombligo, e iniciaron con fines obscenos azúcares de fresa y miel de higo. A un lado de la silla de gestación estaban mis bufones y mis mudos... ¡Y todas eran Selene y Anactoria la bailarina descalza!
Si hubiera dicho que su abrazo fue más allá del abrazo, para que al final sus contornos se fusionaran, para que nuestra carne desapareciera, para que perdiéramos el aliento, ella y yo seríamos devorados por la misma sangre y la misma boca insaciable. Revivir ese momento de temblor, tenerlo, conocerlo y dejarlo ir, como un pájaro cautivo que sentimos revolotear bajo nuestros dedos antes de soltarlo en el aire, No es lujuria, cariño, no es la brutalidad. locura con la que te escribí estos últimos días y estas últimas noches, no fue el deseo salvaje y casi bestial de tu cuerpo, querida mía, lo que luego me atrajo hacia ti. No, cariño, no es eso en absoluto, sino el amor más tierno, adorable y compasivo por tu juventud, tu adolescencia y tu fragilidad.
Tú: escalofríos; tú, subiendo por mi espalda con tus dedos; tú, sube por los poros de mi ser... y los de mi piel también. Tú: accidente; tus manos tocando mis rodillas; tus labios, chocando con cada una de mis curvas. Tu lengua en la oscuridad de mi cuerpo, sin miedo a caer en mi ombligo, ni a perderse en el fondo de mi corazón. Tú: descongelar; tus dientes en mi cuello mordiéndome un beso; tú, haz tuyos mis senos y mi pecho: agitando mi aliento. Eres el aliento que empaña cada kilómetro de mi cuerpo. conoces la perfección de mis atajos... pero siempre has sido partidario de elegir el más largo; haciéndome esperar, convulsionando mi cuerpo mientras me besaba desde la punta hasta el inicio de mis piernas. Finalmente: tus dedos en mi vagina haciéndome pensar que soy responsable del calor global. Tú: fuego; Nunca pensé que un fuego en mi piel estaría tan húmedo… Nunca pensé que querría quemarme tanto. Y las sombras se volvieron a separar y revelaron un cuerpo: tus cabellos, otoño espeso, cascada solar, tu boca y la disciplina blanca de sus dientes caníbales, prisioneros de las llamas, tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemado, lugares donde el tiempo no pasa, valles que sólo mis labios conocen, garganta de luna que sube a tu garganta entre tus pechos, cascada petrificada de tu nuca, altiplano de tu vientre, plata infinita a tu costado. Tus ojos son los ojos fijos del tigre y un minuto después son los ojos húmedos del perro. Siempre hay abejas en tu cabello. Tu espalda fluye tranquilamente ante mis ojos como el fondo del río a la luz del fuego. Las aguas adormecidas golpean tu cintura de arcilla día y noche y en tus costas, inmensas como las arenas de la luna, el viento sopla en mi boca y su largo gemido cubre con sus dos alas grises la noche de los cuerpos, como la sombra del águila. la soledad del páramo. Tus uñas están hechas de cristal de verano. Entre tus piernas hay un pozo de agua quieta, bahía donde se detiene el mar nocturno, caballo de espuma negra, cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro, boca del horno donde se hacen hostias, labios entreabiertos, bodas atroces y sonrientes. de sombra y de luz, de lo visible y de lo invisible (allí la carne espera su resurrección y el día de la vida eterna).
Entre las sombras de una noche tropical, Julieta, una mujer morena de fuego latino, danzaba con la luna. Su piel, cálida y sedosa, era un lienzo que narraba historias de pasiones ocultas. Cada curva de su cuerpo parecía esculpida por el deseo mismo. En un rincón de la ciudad, bajo la luz tenue de un farol, se encontró con Alejandro, cautivado por la esencia ardiente de Julieta. Un roce casual encendió la chispa que había estado latente en el aire. Julieta, con ojos que destilaban deseo, guió a Alejandro a un rincón íntimo. La cadencia de la música sensual envolvía la atmósfera mientras sus cuerpos se sincronizaban en un baile de complicidad. Entre risas cómplices y miradas profundas, la noche se volvía cómplice de su encuentro apasionado. Las manos de Julieta exploraban la piel de Alejandro, cada caricia prometiendo un éxtasis que solo el calor latino podría ofrecer. Sus labios se encontraron en un beso ardiente, donde el sabor a café y la esencia de la noche se mezclaron en un cóctel embriagador. El aire vibraba con sus susurros íntimos, y Julieta, con sus movimientos sensuales, desencadenó una tormenta de emociones en Alejandro. Entre sábanas que susurraban historias de deseos cumplidos, su conexión se intensificó, fundiéndose en la danza eterna de dos almas en busca de placer. Al amanecer, Julieta y Alejandro se despidieron con la promesa de futuros encuentros, llevando consigo la memoria de una noche donde el fuego latino y la sensualidad morena se entrelazaron, creando una historia que perduraría en la eternidad de sus recuerdos. `✵•.¸,✵°✵.。.✰ 𝕋 ℝ 𝕀 ℕ 𝕐 𝕊 ℍ 𝔼 𝕃 𝕐 ✰.。.✵°✵,¸.•✵´
Una mujer que calla y mira, una mujer que te quita las palabras, una mujer que ríe y llora con su delicada fuerza. mujer que levanta al mundo sin perder la batalla, mujer vestida de novia la novia, amante y amada... mujer que emprende la vida y deja su alma en la vida, perfección prodigiosa, universo femenino que bien usa la palabra desarma a quien pretende Aunque nuestra historia la distingue, sabia y diosa entre los hombres, sin duda ella es diosa y sabia. Por fin una mujer en su lucha, logra ser respetada, porque se posee a sí misma.
Me amas alba me amas musgo, me amas nácar que se lea Casto sobre todo. Fragancia ligera. Corola cerrada. Ni un rayo de luna se me ha escapado Ni una margarita llama a mi hermana Me amas nívea Me quieres blanca, me amas alba tú que tenías todos los vasos en la mano, fruta y labios violetas de miel. Tú que en el banquete cubierto de brotes dejaste que la carne celebrara a Baco Tú que en los jardines negros del engaño del vestido rojo corriste al Estrago. ¡tú a quien el esqueleto mantiene intacto aún no sé por qué milagros, me finges blanca, me finges casta, me finges aurora! Huye al bosque, ve a las montañas; Limpia tu boca; vive en cabañas; toca la tierra mojada con las manos; nutre el cuerpo con raíz amarga; beber piedras; dormir sobre las heladas; renueva los tejidos con salitre y agua: habla con los pájaros y levántate al amanecer. Y cuando te sean devueltas las carnes, y cuando hayas puesto en ellas el alma que por las habitaciones se enreda, entonces, valiente, finge que soy blanca, finge nieve, finge que soy casta. Ven, te invito a entrar en mi vida, quiero escuchar la dulce melodía de tu voz en mi habitación... tus suspiros en mi cama. Déjame saciar estos impulsos en tu cuerpo, quiero extasiarme con tu desnudez; beber de tu fuente... comer en tu mesa. Quiero que mis manos recorran cada parte de tu piel, que mis besos y caricias te llenen; Quiero despertar el deseo dentro de ti. Ven, te invito a entrar en mi vida, quiero ser quien te agrade, quien te haga suspirar... quien cumpla tus deseos de mujer
Te huelo, piel contra piel compartiendo aromas despertando el deseo. Mis labios recorren tu espalda. Mi cuerpo se ilumina... quiero tu cuerpo. Mis dedos acarician las duras perlas que coronan tus pechos. Sientes mi erección contra tus nalgas, tus manos vuelan tras ella... la acaricias... la masturbas mientras mi boca gime de placer al sentir tus dedos... Me acuestas y tu mano me guía hacia tu entrañas... El suave balanceo de tus caderas empapa mi miembro mientras mis labios devoran tus pechos. Colocas tus pechos contra mi pecho, tu pene envuelve mi miembro, me sientes al borde..... te corres..... te inunda de deseo te siento, piel contra piel compartiendo aromas despertando el deseo. Mis labios recorren tu espalda. Mi cuerpo se ilumina... quiero tu cuerpo. Mis dedos acarician las duras perlas que coronan tus pechos. Sientes mi erección contra tus nalgas, tus manos vuelan tras ella... la acaricias... la masturbas mientras mi boca gime de placer al sentir tus dedos... Me acuestas y tu mano me guía hacia tu entrañas... El suave balanceo de tus caderas empapa mi miembro mientras mis labios devoran tus pechos. Colocas tus pechos contra mi pecho, tu pene envuelve mi miembro, me sientes al borde..... te corres..... te inunda de deseo.
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