somos el positivo y el no positivo el ying y el yang, dos cargas de energias a punto de explotar, deseamos llegar a tus pénsamientos mas perversos y que disfrutes de una show unico,privados muy mojados con el super coño de jane y donarles placeres extremos con la gran verga de tarzan, ahi se fundiran nuestros seres en sesiones sexuales de imenso placer abriendo el coño de jane y haciendola tener su maravillosos orgasmos penetrando su culo con la fuerza de tarzan!!! los esperamos para que compartamos nuestros increibles y unicos shows de inmenso placer!
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Jane se tumbó en la cama mirando al techo tratando de entender la razón por la cual habían dejado de ser suficientes esa cantidad de polvos que se venía echando con Tarzan, su compañero de estudios, y empezaba a necesitar algo más. Mientras se tocaba metiendo la mano por dentro de la braga, su mente voló al primer polvo con Tarzan. Fue a la semana de volver de Peñalara quedaron para estudiar en casa de Tarzan . Al acabar de estudiar esa tarde, Jane habló seriamente con Tarzan, lo del otro día ha estado bien, y me ha abierto los ojos sobre una solución bastante práctica a un posible problema que vamos a tener. A ti te gustan las tías, y vas a pasar un montón de tiempo intentando ligar con niñas, y, siento decirlo, con lo pardillo que pareces, te va a costar tiempo y esfuerzo. A mí, por otro lado, me encantan los tíos y estoy descubriendo que me gusta el sexo más de lo que suponía, pero no estoy por la labor de esperar a que me entren tíos e ir seleccionando a base de prueba y error. Tenemos que estudiar un montón y en eso gastaríamos tiempo, esfuerzos y recursos en detrimento de nuestros resultados académicos. Si nos enrollamos entre nosotros, podemos ahorrar esos recursos. - Jane, ¿estás ensayando una tesis? Porque si pretendes que con este discurso me empalme y echemos un polvo, no lo veo claro. - Perdona Tarzan , he querido quitar la parte erótica y creo que me he pasado. Vamos, que quiero que nos enrollemos y nos lo pasemos de puta madre, echemos unos polvos gloriosos y nos quedemos relajaditos para poder estudiar bien. - Bueno, así ya se me ha puesto algo dura, aunque no suficiente. – dijo Tarzan , sonriendo - Pues veamos así. – dijo Jane , sacándose la camiseta y desabrochándose y quitándose el sujetador, pellizcándose los pezones para ponerlos duros. Luego se desabrochó la falda, dejándola caer. Al final, y poniéndose de espaldas, se dobló hacia delante y se bajó la braga, enseñándole todo el coño. – ¿Mejor así, Tarzan? - Me dejas de piedra - Eso espero, sobre todo si es una parte especial de ti. Por cierto, aun no tomo nada, o sea que no te corras dentro. Te hare una mamada que vas a flipar. – dijo Jane, y ella misma se sorprendió al oírse. Tarzan se quitó la ropa y en efecto ya la tenía como si fuese de piedra. Jane se acercó la rodeó con sus dedos y se la movió un poco. Luego se agachó y se la metió en la boca. Ella notaba que se había mojado mucho, su cuerpo le pedía algo más. - Tarzan, soy virgen, como tú, aunque no creo que sea necesario terminar una ingeniería para hacerlo. Podemos ir probando, pero necesitamos ser sinceros y perder la vergüenza. Si algo te gusta, me lo dices. Si es al revés, también. Yo te lo diré también. Pero estoy convencida de que a ti nadie te ha explicado cómo es un coño, ven, mira – dijo Jane. Ella se tumbó en la cama, levantó las piernas y las abrió, y tal como le había explicado un año antes su prima Chus, ella le explicó a Tarzan todo su sexo – Mira Tarzan, ahora me vas a chupar esta parte, el clítoris, y luego juegas con estos labios y me metes la lengua dentro de la vagina y juegas con la lengua dentro de ella. Luego me tienes que meter dos dedos dentro, con la mano hacia arriba, tocándome la parte de arriba de la vagina y con la otra mano, juegas con mi culito, tocándome todo alrededor y, de vez en cuando, me metes un poco la puntita del dedo. Si todo va bien, no te asustes, porque cuando me corra, te voy a poner perdido de babas. Tarzan siguió las instrucciones y le encantó el sabor y olor del sexo de Jane, empalmándose aún más. Estuvo jugando bastante con los labios vaginales y ella estuvo respirando fuerte, pasando luego a gemir. Luego, cuando empezó a meterle los dedos, acompaso los gemidos con el movimiento de sus dedos, dándole instrucciones de más deprisa, más despacio, a la derecha, más dentro, aprieta hacia arriba, saca el dedo del culo y mójalo en la vagina, sigue, dale, etc. Al cabo de un rato ella notó que pasaba por su punto G y así se lo indicó - Ahí Tarzan, acuérdate donde estas y tócame mucho ahí, no te vayas a otro sitio, sigue dándome ahí. Menos de un minuto después, Jane se corría como loca, sintiendo de nuevo esa sensación de hacer pis que, esta vez, no reprimió y se corrió soltando mucho flujo, y un par de chorros de líquido por la uretra que le cayeron a Tarzan en la cara, con grandes gemidos, temblores y sintiendo un inmenso placer. - Tarzan, con uno de estos de vez en cuando, me quedo en la gloria. Chico, límpiate y cierra la boca que te has quedado pasmado. - Es que ha sido muy fuerte. Nunca imaginé que llegarais así - Y no llegamos, pero con unas instrucciones, me has tocado casi como lo hubiese hecho yo, si me pudiese hacer lo que tú me has hecho, pero no me llego con la lengua. Lo de los dedos ya me lo había hecho yo sola, pero que te lo hagan bien es la leche. - Me alegro - Venga ahora tú, túmbate que te la chupo. Empiezo a hacer cosas y tú me dices que te gusta más. Jane tomo el pene en su mano, y le empezó a pasar la lengua por el glande, luego a pasarle la lengua arrastrando por el cuerpo, juguetear con la lengua por la parte del frenillo, chupar el glande con los labios, metérsela y rozar con los labios por todo el cuerpo y la punta, morderla, chuparle los huevos y metérselos en la boca, masajearle los huevos, masajearle el culo con un dedo, meterle un dedo en el culo, y así algunas cosas más. Al final, diciendo esto si y esto menos, Tarzan logro pegarse una corrida de campeonato, llenándole a Miran la boca de esperma, que ella se tragó. - Jane, que buena mamada. ¿Las has hecho mucho? Perdona, no quiero insinuar… - No, Tarzan, es la segunda en mi vida, pero me gusta hacerlo y trato de pensar cómo te gustará más. Bien, pues hasta que tome pastillas, sólo podemos hacer esto, que no está mal. ¿Una vez a la semana? - Joder tía, una vez a la semana sería la hostia. - Bueno, pues perfecto. Bueno, ahora te diré que me ha encantado, Carlitos – y se acercó a gatas hasta ponerse encima de él y darle un morreo de campeonato. Empezaron haciéndolo una vez a la semana, pero después de dos sesiones lo incrementaron a dos a la semana. Hasta dos meses después no quisieron arriesgarse a una penetración, Tarzan consiguió, a través de un tío suyo ginecólogo, tres cajas de pastillas anticonceptivas de muestra. Cuando llevaba ya 15 días tomándolas decidieron que era el momento. Empezaron como siempre, habiendo establecido ya que era más rápido un 69, aunque se perdieran ciertos matices. A la mitad, estando ella encima y cuando empezó a sentir cerca que llegaba, paró, y se dio la vuelta y se quedó mirando a Tarzan a la cara. - Atento Tarzan, que ambos lo vamos a hacer por primera vez. Espero que no te corras en 10 segundos. - Espero. Entonces ella tomó el pene con sus dedos y lo acercó a su vagina. Tarzan acercó también la mano y empezó a moverla, acariciando con la punta del pene los labios vaginales de ella, tal como venía haciendo con la lengua los últimos dos meses. Luego la puso en la posición entre los dos labios, enfrentada a la entrada de la vagina. Ella lo sintió y empezó a bajar, introduciendo ese pene dentro de su cueva. Ella sintió como un objeto muy caliente se abría paso por su interior y el sintió como unas paredes húmedas y cálidas rodeaban y acariciaban su pene. Así bajó hasta que se introdujo totalmente, sacándosela para para volver a recrear esa misma sensación y retenerla en sus recuerdos. Luego empezó a moverse de diferentes maneras encontrando aquellas más placenteras para ella. Él le empezó a tocar el clítoris. Un rato después avisó a Tarzan de que llegaba y Tarzan intentó hacerlo a la vez, pero al relajarse, sitió el roce más que antes y ya no pudo parar, empezó a correrse con muchos chorros que se metieron hasta lo más profundo de Jane. Esta se sorprendió y se empezó a correr también, con un buen orgasmo. Luego ella se dejó caer sobre el pecho de Tarzan. - Esto me ha gustado, pero tenemos que mejorar. Estoy segura de que podemos disfrutar más. - A mí me ha parecido cojonudo. Nunca pensé hacerlo contigo. A partir de ese día fueron mejorando la técnica y follando cada vez más y mejor. Ella cada vez lo necesitaba más frecuentemente, pasando de dos a la semana, a un mínimo de tres a la semana, subiendo a cuatro cuando había exámenes y Jane estaba con más ansiedad. Jane seguía tumbada en la cama, tocándose y sobándose, y dándose cuenta de cómo había tenido que ir incrementando el número de polvos semanales con Tarzan. Cuanto más lo hacía, más ganas tenia de repetir, y esos sumados a los que empezó a tener con Rodolfo los fines de semana. Se puso a recordar cómo inició la relación con Rodolfo, el único hombre, además de Tarzan, con el que se había acostado y que había sido su único novio hasta la fecha. Fue durante el Preu, cuando llevaba un año acostándose con Tarzan, ya a un ritmo de tres polvos a la semana. Había dejado ya el colegio Jesús Maria y estudiaba en el María Inmaculada, también de monjas. Su mundo había cambiado, y surgió esa relación y no la rechazó. Quizás quería probar otras cosas, bueno, quien dice cosas, se refería a que otro se la metiese. O quizás empezaba a aburrirse de hacer siempre lo mismo. O es porque realmente el chico le gustaba. No sabría decir por qué decidió probar a salir con otro. Recordó que conoció a Roberto en una boda de una prima suya. Ella iba muy arreglada, maquillada, con un vestido ceñido; en definitiva, preciosa. Estuvieron charlando mucho rato. Él estudiaba Derecho y terminaba ese año. Pensaba ponerse a trabajar con su padre en la Notaria y hacer una oposición a notario, como su padre o a registrador. Al acabar el festín un grupo de gente joven de la boda decidió seguir la fiesta en una discoteca de los bajos de Azca. Allí fueron todos y con la bebida de la boda y los cubatas de la disco, estaba un poquito alegre y más desinhibida. Roberto se tiró a por ella y ella no se opuso, al fin y al cabo, no tenía novio ni compromiso alguno. Se calentaron bastante y él se la llevó a su casa e hicieron el amor. Era el segundo pene que la perforaba. La relación no fue buena, por las copas y porque él tomo la iniciativa e hizo lo que a él le parecía mejor, no lo que ella necesitaba, y al ser la primera vez, no quiso indicarle nada, porque sería sinónimo de ser algo puta, según los estándares de la época. Empezó a llamarla y quedaron algunos fines de semana, acostándose gran parte de las veces en que quedaban. Al cabo de un mes empezaron oficialmente a salir, no sabía ella muy bien por qué. Tampoco se veían mucho, porque ella se pasaba el día estudiando en su casa y en casa de Tarzan. El caso es que a Jane le gustaba tener un polvo adicional los fines de semana. Después de tres meses saliendo, llegó un momento en que él le propuso presentársela a sus padres y ella se planteó la situación. Tenía un novio con el que salía al cine, a pasear, a cenar algunos días, con el que mantenía relaciones sexuales y un amigo con el que estudiaba y follaba al menos tres veces a la semana. Algo no estaba bien. No podía presentarse en casa de los padres de Rodolfo con el esperma de Tarzan aún dentro, por decirlo a lo bruto. Cortar con Tarzan era, en ese momento impensable, porque sería definitivo, y más si le decía que era por tener novio. No podría volver con él. Aunque fuese por orgullo. Cortar con Rodolfo tampoco le apetecía, pero tenía que reconocer que no era el amor de su vida, sólo le gustaba, aunque bastante. Además, los polvos adicionales con Rodolfo le venían bien para no incrementar el número de Kikis. La única solución era seguir como ahora, aunque si se llegase a saber, seria tildada de una buena zorra, con razón. Al final fue presentada a los padres de Rodolfo, que vivían en un bonito chalet en Mirasierra. Su padre era Notario en un pueblo dormitorio cercano a Madrid. Llegó el verano y aprobaron todo, incluso el acceso a Caminos. Rodolfo acabó derecho y sacó el título. Rodolfo se iba con su familia de vacaciones a Santander. Le propuso pasar una semana con él allí. Jane se lo dijo a sus padres y, después de un cierto rechazo, su padre hablo con el padre de Rodolfo y concretaron las condiciones, que principalmente iban encaminadas a mantener la virtud de la niña y que no se diesen situaciones difícilmente explicables. Poco podían imaginar ambos padres que la niña se había acostado ese mismo día con ambos, con Tarzan después de estudiar y luego con Rodolfo antes de volver a casa a hablar del tema. Llegaron a un chalet en la playa de Laredo, cerca de Santander. Pasearon, cenaron sardinas asadas, se bañaron, tomaron el sol, jugaron al balón y las demás cosas del verano, incluyendo algún polvo a escondidas. Terminando la semana, fueron a cenar a Santander, y, en un restaurante espléndido, cerca del mar, Rodolfo le pidió matrimonio. Jane se quedó de piedra. Se lo agradeció un montón, pero le dijo que no podía. Él se extrañó y le preguntó si era por la edad, la carrera u otro motivo, que casados podía seguir estudiando y que ya era mayor de 18 años. En aquella época la gente se casaba joven, aunque quizás no tanto, pero vivir aventuras antes de casarse no estaba bien visto. Ella dijo que no podía. - Vamos a ver si lo entiendo, Jane, ¿no quieres o no puedes? - Ambas - ¿Por qué? Nos queremos y llevamos seis meses saliendo e incluso, acostándonos. - Por eso. - No entiendo Jane, ¿Porque llevamos poco o porque nos acostamos? - Por ambas. Lo siento Rodolfo, no puedo, no insistas - ¿Qué no insista? Jane te estoy pidiendo que nos casemos y me dices que no puedes, como si ya estuvieras casada. - Mira Rodolfo, llevamos poco y, aunque nos acostemos, no tenemos la relación que me permita dar ese paso, o más bien, no puedo casarme contigo en las actuales circunstancias. - ¿Qué circunstancias? – preguntó Rodolfo y Jane se dio cuenta de que no estaba enamorada de Rodolfo, solo era un rollo más, y éste había malinterpretado todas las señales. Además, en esa semana de vacaciones solo habían echado un par de polvos algo torpes y estaba que se subía por las paredes de lo salida que estaba. Se imaginó viviendo y follando solo con Rodolfo y la idea la aterró. Y tampoco le parecía justo seguir con él y ponerle los cuernos. Aquella relación no tenía futuro, por lo que decidió que lo mejor era romper y abrirle la puerta totalmente. - Hay otro. - ¡¿Otro?! - Si - ¿Quién? - Tarzan. - ¿Tarzan? ¿ese Tarzan? ¿Con el que te pasas las tardes estudiando? - Si - ¿Y has tenido una relación conmigo y con él todos estos meses? - Si - Tu eres una golfa, por ser suave - Si, bastante mas de lo que te puedes imaginar. No me mereces. - Menos mal que mañana te vas. No pienso volver a verte. - Lo entiendo. Lo siento. No te explico más porque sé que no lo entenderías. Las cosas son así. Así acabaron seis meses de noviazgo con el segundo hombre con el que se había acostado en su vida. Jane retornó de sus pensamientos. Recordaba a Rodolfo con cariño. Hacia solo tres meses que habían roto. Sentía haberle hecho daño. Ahora, pasado el primer momento, sabía que había hecho bien. Con él nunca habría tenido una relación sexual tan satisfactoria, abierta y clara como con Tarzan. Hubiese terminado frustrándose en la cama y distanciando las relaciones, como muchos matrimonios. No había pasión o química suficiente. Le habría terminado poniendo unos cuernos enormes. Mejor dejarlo. Tampoco estaba tan enamorada, porque realmente no le echaba de menos. Descubrió, una vez acabada la relación con Rodolfo y retomada con Tarzan a la vuelta de Santander, que esta relación le satisfacía plenamente desde el punto de vista sexual. Pero se preguntaba por qué no estaba colada por Tarzan, lo que hubiera simplificado mucho más su vida. Por eso su corazón reclamaba periódicamente atención a la búsqueda de un amor y de ahí venía la relación con Rodolfo y ahora el toque de atención con Fernando. Pero, por otro lado, también reconocía que le iba a ser muy difícil tener una relación sexual tan placentera con otro que no fuera Tarzan, porque este sabía qué tenía que hacer en cada momento. Explicárselo a un novio podría ser difícil, porque posiblemente la tildaría de zorrón, porque no estaba bien visto que a mujer disfrutara en la relación sexual y correrse muy fuerte era de guarras. Llegaron las navidades y estuvo con toda la familia. Hizo un par de escapadas a casa de Tarzan para su tratamiento especial. El último día Tarzan le dijo que Fernando había organizado en su casa una fiesta de fin de año. Empezaba a la 1 de la mañana. Jane estuvo cenando con sus padres en un cotillón en el Hotel Intercontinental. Luego tomaron las uvas juntos y ellos se quedaron al baile con los amigos y ella tomó un taxi y se fue hasta la plaza de Rubén Darío, que, aunque estaba cerca, no quería ir andando con tacones y vestido largo a esas horas de la noche. Llegó antes que el resto de los invitados y subió al piso superior. Tarzan dio un silbido, al verla con el pelo en un moño, un escote palabra de honor, un top con lentejuelas y una falda larga ajustada, y subida sobre unos tacones de aguja. Estaba preciosa. Fernando se volvió al oír el silbido y se quedó mirándola. Nunca se había fijado en la amiga de su hermano, pero tenía que reconocer que estaba espectacular. Después fueron llegando otros invitados. La música estaba a cargo de Fernando, que ya había hecho una selección y la había grabado en varios carretes de cinta magnética grande que se reproducía en una grabadora SABA, con una duración de dos horas cada una, unida a un equipo de música Braun con dos altavoces enormes de la misma marca. Empezaron con música disco. Luego, sobre las tres de la mañana, empezó la música lenta. Tarzan sacó a bailar a Jane. - Jane, hoy estas guapísima, me he quedado impactado - Gracias Tarzan - Luego, cuando esto acabe, … ¿lo hacemos? - dijo Tarzan. - ¿Luego quieres un kiki? – preguntó Jane - Bueno… no …bueno… sí. En realidad, me gustaría enrollarme contigo y hacer el amor, no echar un kiki. - No veo la diferencia. - La diferencia es que quiero improvisar, no hacer lo de siempre, aunque el resultado no sea tan satisfactorio. Quiero comerte entera y follarte sin método ni normas. - Tarzan, no sé. Tú y yo no salimos, no hacemos eso. Pero bueno, podemos probar. Venga, vamos a echar un polvo. Cuando acabó la fiesta se fueron al cuarto de Tarzan, cerraron la puerta y se empezaron a enrollar. Cuando Tarzan, después de calentarla bien, la puso en posición de perrito y se la empezó a meter, ella empezó a tener sensaciones diferentes a las habituales. Estuvo bombeándola un rato, sobándole las tetas y tocándola el clítoris. Cuando ella estaba a punto de correrse, se abrió la puerta y entró Fernando. - Vaya con mi hermanito, aquí cepillándose a la compañera. A saber, cuanto tiempo lleváis así. – dijo, y se empezó a desnudar. Luego le acercó su pene a Jane y ésta, como hipnotizada, y se la empezó a chupar con la maestría que había desarrollado dándole placer a Tarzan en los 69 que habitualmente hacían. Tarzan, por el nerviosismo y la excitación del momento se corrió dentro de Jane. Fernando, al verlo, se puso detrás de ella y se la metió a Jane, dándole una follada inmensa, dándole caña, bombeando con fuerza y metiéndosela hasta el fondo, golpeando contra su culo, oyéndose el sonido de la polla al entrar en un sitio lleno de flujo y esperma, sobándole las tetas y diciéndole cómo le ponía poder follarse a una tía tan guarra y zorra como ella. Jane se corrió al rato de una forma inmensa, soltando mucho flujo, teniendo temblores y con muchos gemidos, pero sintiendo algo totalmente diferente que otras veces; pero Fernando no se paró, y siguió dándole caña, aún más fuerte que antes, mientras Jane seguía con la respiración entrecortada y gimiendo en cada embestida que Fernando le metía. Al cabo de un rato volvió a correrse con igual intensidad, y Fernando entonces descargó dentro de ella, llenándole, de nuevo, el coño de esperma. Y siguió dándole, intentado que el roce permitiera mantener la erección y al poco ella notó que volvía a estar medianamente dura. Un rato después de seguir dándole, él se salió, se tumbó, y la puso encima de él y, colocándola, se la metió lentamente, y luego la dejó que ella se moviese a su gusto, consiguiendo Jane un tercer orgasmo, ya más parecido a los que tenía con Tarzan. Quedó rendida y se dejó caer sobre el pecho de Fernando. Luego vio a Tarzan, que los miraba sentado en un sillón. - Tarzan, chico, lo siento – dijo Fernando – no se si es tu novia, pero venía tan caliente que no me he parado a preguntar. - No es mi novia – dijo Tarzan con un hilo de voz. - Pues menuda guarra tenemos aquí y cómo ha disfrutado. – dijo Fernando - Oye, a mí no me llamas guarra, porque no te lo permito – dijo Jane – Primero, nadie te ha dado permiso para metérmela, hasta podría decir que me has violado, y segundo, yo me follo al que me da la gana. Y si eso es ser guarra para ti, es porque eres un reprimido y me parece que estas muy equivocado. Soy una mujer que sabe lo que quiere y hace lo que le sale del coño. ¿vale? - Bueno Jane, perdona. – dijo Fernando - Me ha salido así. - Vale, Fernando, acepto tus disculpas. Al margen de eso, reconozco que me has echado un polvo genial, pero si vas a ponerte gallito, te mando a la mierda y no te vuelvo a hablar. - Joder con la niña, qué carácter. Lo siento, Jane. - Vale, Fernando. - Y, entonces, ¿no estáis saliendo? - No – dijo Jane – solo follamos para poder estudiar mejor. Es solo sexo. Así no perdemos el tiempo y estamos más relajados. - ¿Y cuánto tiempo lleváis así? - Más de dos años, a tres o cuatro a la semana - dijo Tarzan, queriendo fardar. - A ver, ¿me queréis decir que os habéis echado, déjame calcular … más de trescientos polvos? - Si, o alguno más – dijo Jane - Pues me apunto a esas tardes de estudio con polvo – dijo Fernando. - Vale, acepto – se oyó decir Jane a sí misma, sin saber por qué lo decía, pero sintiendo unas ganas enormes de repetir con Fernando. A partir de ese día, las tardes de estudio se complicaron. Al margen de la pérdida de tiempo adicional que suponían dos polvos, uno con Tarzan y otro con Fernando, se sumaba el cansancio que tres o cuatro orgasmos le producían, porque Fernando siempre le sacaba un mínimo de dos y muy seguidos, haciéndole siempre cosas diferentes y disfrutando ella mucho. Pero era incapaz de racionalizar los polvos, el cuerpo cada vez le pedía más. Algunas tardes, además, Fernando la invitaba a salir con él, y se iban al cine o de paseo. Charlaban y se entendían bien, sobre todo porque no existía presión alguna a la hora de relacionarse ni necesitaban ligar, solo era importante pasarlo bien, porque sabían que iban a follar varias veces esa semana. Luego llegaron los exámenes de febrero y los resultados fueron buenos, aunque no tanto como esperaban. Así pasó el segundo trimestre y la Semana Santa. A partir de mayo, poco a poco Jane empezó a descubrir que Fernando le gustaba y que ella también le gustaba a él. Un día Fernando, al salir del cine, tomando una cerveza, se sinceró - Jane, no sé cómo ha pasado, pero me gustas. - Tu a mí también. - El problema es que me cuesta salir con una chica a la que se folla mi hermano tres veces en semana. - ¿Por qué? ¿es porque piensas que soy una golfa? No te puedo negar que soy bastante ligera de cascos, como se suele decir. - No, porque sé que le voy a hacer daño a mi hermano, que está quedado contigo desde hace años. - Fernando, lo entiendo, y algún día se tenía que acabar porque yo a él no le quiero. Yo no puedo seguir haciéndolo con tu hermano si salgo contigo. Es una cuestión de principios. Ya cometí una vez el error de combinar y sé que no se puede. - ¿Y cómo se lo decimos? - Déjamelo a mí, es mi amigo. Un par de tardes después, cuando terminaron de estudiar, Tarzan se empezó a preparar para el kiki. - Tarzan, espera. No vamos a hacerlo hoy. Lo siento. En realidad, tenemos que dejar de hacerlo. Lo hemos pasado bien, pero algún día se tenía que acabar, y ese día es hoy. - ¿Por qué? - Porque voy a salir con tu hermano. - ¿Con Fernando? - ¿Tienes otro? - No, entonces, ¿vas a salir con él? - Si. - Pues no. – dijo Tarzan - ¿Cómo qué no? - Que no. No voy a estar aquí viendo cómo follas con mi hermano y conmigo no. O con los dos o con ninguno. Jane llamó a Fernando y éste vino. - A ver, Tarzan – dijo Jane – repite eso. - Que no voy a estar aquí viendo cómo folláis vosotros y conmigo no. O con los dos o con ninguno. - ¿Y qué vas a hacer? – Preguntó Fernando - Sencillo – dijo Tarzan – si me dejáis fuera, tiraré de la manta, y mis padres y los de Jane y nuestros amigos sabrán que tu nueva novia lleva trescientas corridas mías dentro de su coño. Fernando se tiró al cuello de su hermano y Jane los tuvo que separar, aunque un puñetazo impactó en la cara de Tarzan. - A ver chicos, dejad de pelear, así no se soluciona nada. Primero, Tarzan, olvídate de volver a verme. Segundo, Fernando, en esta situación, no puedo seguir contigo. Y tercero, Tarzan, como digas algo te corto los huevos y no es una metáfora. - Perdona Jane – dijo Tarzan – lo siento. Ha sido un ataque de cuernos. No pienso nada de lo que he dicho. Perdonadme los dos. - Vale. No me quedo conforme – dijo Jane – pero acepto tus disculpas. ¿Entonces qué hacemos? - Compartirte – dijo Fernando y los dos se le quedaron mirando. - ¿Cómo? Ahora es mi cuñado, no se debe follar con cuñados – dijo Jane - Mira, Jane. Entiendo a mi hermano y no quiero hacerle daño, él está enamorado de ti y yo lo sé. Por otro lado, no quiero perderte y quiero salir contigo. Mientras Tarzan no entre en razón, tú y yo seremos pareja y saldremos, pero follaremos los dos contigo, tú y yo con cariño y el solo por sexo, como hasta ahora. - No lo termino de ver – dijo Jane, aunque la perspectiva hizo que se excitase. - Es sencillo, es como cuando salías con el tío ese que me contaste. Solo que sabiéndolo yo. Si me preguntas si me jode, pues debería, pero la verdad es que el morbo vence al otro sentimiento. Vamos, que lo acepto. Pero Tarzan reaccionará un día y lo dejará o se echará una novia. Y, al fin y al cabo, ya lleváis mucho haciéndolo. - No sé- dijo Jane- tengo que pensarlo, pero, no haríamos nada que no llevemos ya haciendo esos últimos meses los tres juntos, pero, en caso de hacerlo, yo pondría dos nuevas condiciones: la primera es que los kikis los haremos solo los viernes y los tres juntos y la segunda es que yo me acuesto cuando me sale del coño, cuando quiero y con quien quiero, lo que quiere decir que me enrollaré con Fernando cuando me dé la gana, sin rendir cuentas a nadie y sin tener a Tarzan delante. ¿Vale? - De acuerdo – dijeron ambos. - Bueno, pues hoy no hay kiki, Tarzan, lo siento. Fernando, vamos a tu cuarto que quiero que me eches el primer polvo de nuestra nueva relación y espero que sea el mejor. Se fueron al cuarto de Fernando y éste le empezó a sobar y a calentar, metiéndole la mano por debajo de la falda y tocándole por dentro de la braga, acariciándole el culo y estimulando todas las terminaciones nerviosas del ano, pasándole la lengua por el cuello y sobándole el pecho por encima de la camiseta. Luego empezó a desnudarla lentamente, quitándole la camiseta y el sujetador, y chupándole los pechos, mordiéndole los pezones, tirándole de ellos con los dientes y sobándola todo lo que encontraba a su paso. Luego le quitó la falda y la braga y se tiró a comerle el culo, bajando hacia su vagina, metiéndole la lengua y jugando con ella, mientras le sobaba el pecho y seguía estimulando su culo. Después de calentarla de mil maneras y cuando ya estaba encharcada, él le comió el coño con frenesí, metiéndole dos dedos y follándosela con ellos, chupándola entera, sobándola el pecho y tirando de los pezones hasta que ella se corrió, como nunca lo había hecho, con grandes jadeos, temblores y mucho flujo y echando líquido por la uretra, como cuatro o cinco chorros y luego le empezó a bombear desde atrás, dándola azotes en el culo y manoseándole las tetas, y metiéndole algún dedo en el culo, y sobándole el clítoris, y así, al cabo de un rato ella se corrió de nuevo, con casi idéntico resultado, pero ya sin squirt. - O sea, que esto es follar de verdad, con alguien a quien deseas y sin saber qué va a hacerte – dijo para sí misma Jane, para añadir – me gusta y creo que me va a gustar aún más. El primer kiki después de la decisión tomada, fue el viernes de esa semana. Estando los tres, no se pusieron de acuerdo en que orden se enrollarían. Estuvieron discutiendo hasta que Jane cortó: - Chicos, dejad de discutir – dijo Jane – En primer lugar, me parece absurdo tener que hacerlo con Tarzan primero, quedarme a medias y luego querer hacerlo con Fernando que me aporta otras cosas. Creo que la única solución, al menos de momento, es que hagamos un trio. - ¿Trio? – preguntaron ambos chicos - Si, desde el principio y con libertad, me folláis los dos. Tarzan sabe mucho más de mi cuerpo que Fernando. Y Fernando sabe follar mejor, o, al menos, eso me parece, porque a lo mejor descubrimos que Tarzan me hace maravillas, aunque no creo. Vamos a ver si así dejamos de hacer el tonto. Entonces Fernando le empezó a tocar el pecho, acariciándole las tetas, pellizcándole los pezones y Miran acercó su boca y le empezó a chupar el pene. Mientras Tarzan le empezó a toquetear el coño y el culo, sobándole bien todo el ano y acariciando todo el redondel alrededor del agujero, metiéndole un dedo de vez en cuando. Con la otra mano le empezó a meter dos dedos en la vagina, sacándolos de vez en cuando para pasarlos sobre si clítoris. Al poco, Jane empezó a gemir con cada metida de dedos y al cabo de un rato, Tarzan le puso el pene en la entrada de su vagina y empezó a restregársela por todos los labios vaginales y por el clítoris, provocándole una oleada de placer que se incrementó cuando él se la metió hasta el fondo, sobándole groseramente el pubis y el clítoris con la mano, y usándola para atraerla hacia él y metérsela más profunda. Jane seguía recibiendo buenos masajes en el pecho por parte de Fernando, a la vez que le seguía haciendo una buena mamada, ya sea metiéndosela hasta la garganta, chupándole con los labios el glande, jugando con su lengua por el frenillo o sacándosela de la boca y arrastrándole la lengua por todo el glande, desde los huevos hasta la punta. Al poco rato tuvo su primer orgasmo, bastante fuerte, y cuando estaba terminándolo, Tarzan se corrió dentro de ella y prolongó el orgasmo mientras sentía ese esperma chocar contra su pared vaginal, cerca del cuello de útero. Una vez que se corrió, intercambiaron las posiciones los dos hermanos, repitiendo un proceso parecido, que culminó en otro orgasmo semejante y en la corrida de Fernando en el coño de Jane. Ella se quedó muy satisfecha y los chicos también. - Bueno chicos, os habéis portado. Esta es la solución. Un trio. Unas veces uno primero y otras será el otro. ¿Algún problema? - No – contestaron ambos. Jane se fue hacia casa pensando que el sexo cada vez tenía más relevancia en su vida, y que no podía prescindir de él. Su dependencia empezaba a ser preocupante. Además, debía de empezar a cuidar su forma de hablar durante el sexo, ya que ahora tenía un novio y no era plan de expresarse como un auténtico zorrón. Pasaron la semana estudiando y Jane y Fernando se enrollaron un par de veces. Llegó el viernes y después de pasarse el día estudiando, Calos le metió la mano por la falda y le empezó a sobar el coño. - ¿Qué haces, Tarzan? - Ya ves, meterte mano descaradamente, porque estoy deseando comerte ese coñito que tanto me gusta y que ya se ha debido poner a chorrear en cuanto lo activas. - Tarzan, eso es meterme mano.......Continuará.....
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