I am characterized by having an open mind and consider myself a sensual woman. I am submissive, but at the same time very sweet, which makes me unique in my style. I enjoy the company of adventurous, daring and naughty people, as I like to live exciting experiences and full of passion. My versatile personality allows me to adapt to different situations and enjoy the most of every moment.
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Amar a uno mismo es el punto de partida hacia la plenitud, un viaje interno que nunca se detiene. En cada momento de felicidad, en cada obstáculo superado, encuentro en mi ser un amor incondicional y sin reservas.
Mi seducción es un fuego que arde, una danza de pasión que no necesita alarde. En cada movimiento, en cada mirada ardiente, revelo la belleza que siempre me acompaña.
El color rojo impregna mis prendas, representando una poderosa fuerza que emana de mí. Es un símbolo audaz que proclama mi determinación y valentía sin cesar. Cada tejido, cada detalle en llamas, aviva mi poder y pasión, sin que nadie pueda cuestionarlo.
Cuando terminaban de hacer el amor, ella siempre le decía a su esposo que quería intentar algo nuevo. Le hablaba de sus fantasías, hacerlo en un motel, ser amarrada, ser azotada, que usen su cuerpo, grabarse y muchas cosas más, sentirse cómo la más puta de todas. Él se excitaba escuchando a su mujer y le hacía el amor varias veces más. Un día él decidió hacer realidad esos deseos, metió en su auto algunas cuerdas y en la tarde al llegar del trabajo le pidió que lo acompañara a hacer algo. Ella subió al auto y notó que algo estaba raro cuando él tomó un desvío hacia el otro lado de la ciudad, le preguntó hacia dónde iban y el solo respondía "es una sorpresa".
Llegaron a un motel a la orilla de la carretera, un lugar para camioneros y putas baratas, exactamente como ella deseaba, si se iba a sentir sucia tenía que ser en un sitio así. Él tomó una bolsa del puesto de atrás y entraron a una habitación. Apenas al ingresar, él la tomó por el cuello y la empujó a la cama, le quitó los pantalones y empezó a manosearla. Sacó las cuerdas de la bolsa y la hizo ponerse en cuatro para atarla en esa posición. "Me está gustando esta sorpresa" dijo ella, a lo que él respondió "Pórtate bien y te prometo que lo vas a disfrutar".
La ató fuerte, con la cola hacia arriba, ella no podía moverse, comenzó a meterle los dedos en su vagina y temblando pedía más. Luego empezó a nalguearla, ahí ella cayó en cuenta que estaba sometida a lo que él quisiera, porque incluso gritando él no dejaba de darle. Ella temblaba, la adrenalina subía, el placer aumentaba. Estaba siendo tratada como la puta que siempre soñó ser. Él se detuvo por un momento y ella no podía ver que estaba pasando detrás. Él se estaba quitando la ropa para luego pasar la punta de su pene de arriba a abajo entre sus labios vaginales. "Por favor" rogaba ella, "¿Qué quieres?" Le preguntó él halando su cabello, "Cógeme, mételo". Si dudarlo él enterró su gruesa verga en la humedad de su amada. Ella lloró de placer, sintiendo como su vagina era rellenada. La tomó por la cintura y siguió penetrándola, cada empujón la acercaba más a su límite, su respiración se aceleraba y él no se detenía viendo que ella tenía numerosos orgasmos uno tras otro.
Él soltó las cuerdas sólo para voltearla y volver a amarrarla boca arriba, con las piernas abiertas, mostrando su mojado, hinchado y rojo sexo. Él acerca su rostro, lame todos los jugos que chorrean y con ellos humedece el clítoris que está a punto de chupar. Ella arquea la espalda, no puede hacer más nada, mientras el saborea su entrepierna. Se pone de pie y admira lo hermosa que se ve su esposa. Sin decir ninguna palabra vuelve a penetrarla, esta vez es él quien se deja llevar. Sus movimientos de cintura reflejan el placer de estar dentro de ella. Sigue y sigue sin parar, ella gime descontrolada, la velocidad baja, pero aumenta la fuerza, un empujón tras otro, hasta el fondo, hasta que ya no puede más y rápidamente se va al otro lado de la cama.
Ella abre la boca y recibe ese pene a punto de explotar. Él se mueve hacia adelante y atrás y ella aprieta los labios, él gruñe, tiembla, sólo toma unos segundos y llega. Fuertes chorros de semen inundan la boca de ella, traga lo que puede y el resto cae por sus mejillas mientras él la desata. Al finalizar ella se sentía satisfecha y feliz porque su esposo le acababa de demostrar que eligió el hombre correcto con el cual pasar su vida.
Esta mañana, después de que mi reloj sonara, me acurruqué más cerca de mi marido. Una de esas mañanas en las que no tuvo que ir al trabajo antes que yo. Me acunó con su brazo y me acercó más a él. Sentí que se levantó de la cama y me quedé un poco decepcionada. Me encanta estar tan cerca de él. Pero luego volvió junto a mí, en la misma posición, yo con la espalda hacia él y él con su brazos tan grandes y fuertes a mi alrededor.
Empezó a tocarme. Levantó mi vestido hasta llegar a mis senos y sus dedos empezaron a jugar con mis pezones. Se sentía tan dulce y mi interior empezó a revolotear. Empecé a acercarme con mis nalgas más de su entrepierna. Y entonces sentí su miembro duro y latiendo. Sus manos seguían tocar mi piel, jugaba conmigo. No bajaba hasta mi pussy, aunque me hubiera gustado tanto que lo hiciera. Luego tomó su polla y la puso entre mis piernas.
La tenía caliente y bien preparada entre mis labios, la humedecía con mis jugos. Fue entonces cuando bajé mis dedos y empecé a tocarle la cabeza de la polla. Ay, su maravillosa polla. Sentí que empezaba a moverse lentamente entre mis muslos. Frotando mis labios y mi clítoris. Me volvía loca. Mis jugos empezaron a llenarlo aún más. Estaba bien preparada y entró. Fuerte. Llenándome. Así como me gusta. Entraba y salía. Me gustaba tanto la sensación…
Apenas ahogué mis gemidos. Quería más. Más fuerte. Que me la metiera más y por lo tanto, yo también empecé a moverme. Los dos nos movíamos rápido y tan prontito tuve mi orgasmo. Mi bien merecido orgasmo. Solo él me puede hacer estallar tan rápido. Me besó con ternura en la espalda y sentí que él también estaba cerca. Y así fue, retiró su miembro de mí interior y me llenó el trasero de sus jugos. Mi pussy aún palpitaba por él. Tal vez esta noche lo repetimos. Gracias por este maravilloso despertar.El socio de mi esposo
Un amigo y socio de mi esposa me despertaba ciertas sensaciones desde hace mucho tiempo y sé que yo a él también. Era un hombre alto, serio, de pocas palabras, con un cuerpo de ensueño, unos brazos fuertes y divinos ojos azules. Nunca pasó nada entre nosotros porque mi esposo es un hombre muy conservador. Si descubriera que su mujer está con ese hombre, se enojaría y tal vez pondría en riesgo los negocios. La situación seguiría igual hasta que un día recibí una llamada de mi esposo, su socio estaría en un rato en nuestra casa para cerrar un negocio, pero él no podía llegar hasta un par de horas, así que me pidió que lo recibiera y lo entretuviera mientras llegaba. Llegó a los pocos minutos, lo invité a sentarse en el sofá, se sentía la tensión sexual entre nosotros, pero miraba a los lados y revisaba su teléfono con tal de no hablar conmigo. Yo había comprado ropa ese día y se me ocurrió modelarla para él, a fin de cuentas, mi misión era mantenerlo entretenido.
Fui corriendo a mi habitación y me puse lo que había comprado, regresé a la sala y se lo mostré. Era una falda que resaltaba mis nalgas, combinada con un top que dejaba ver bastante piel. - Qué opinas? Lo compré hoy. - Te queda muy bien. Tienes un cuerpo muy lindo. - Ay gracias. Que caballero. Si mi cuerpo te parece lindo deberías verme sin nada a ver qué opinas. - Oye, soy amigo de tu esposo, por favor piensa bien lo que dices. - Vamos, no soy una niña, no tiene nada de malo. Además eres un hombre exitoso y muy guapo, debes estar acostumbrado a ver mujeres desnudas.
Me senté a su lado con la intención de seducirlo, pero ya estaba listo. Una erección era notable en sus pantalones. Puse mi mano en su bulto, le expliqué que mi esposo tardaría en llegar y no habría problemas si nos divertíamos un rato. Él saltó a mis labios, nos besamos mientras quitábamos nuestra ropa apresuradamente. Al fin pude ver su pene y era como lo había soñado, de buen tamaño y muy grueso. Lo besé, lo lamí, lo metí completo en mi boca y el simplemente estaba rendido ante mis habilidades orales. Para mí era un sueño hecho realidad, pero él era quien estaba en las nubes. Él acariciaba mi cabello y me miraba orgulloso, me detuvo, me tiró en el sofá, abrió mis piernas y comenzó a besar. Primero los dedos, luego las plantas de mis pies, bajó beso a beso por mis piernas. Cuando llegó a mis muslos yo temblaba anticipando lo que seguía. Me devoró como un hombre hambriento, el caballero desapareció, ahora era un lobo feroz comiéndose a su presa. Me hizo gemir como nunca, luego me tomó por la cintura, me volteó y me puso en cuatro. Me penetró lentamente, sentí como iba entrando abriendo las paredes de mi vagina. No sé cuántos orgasmos tuve, pero fueron varios, me daba más y más duro, mientras su ritmo aumentaba más me hacía gritar. Su grosor era celestial, justo lo que necesitaba. Me convirtió en su perra, me hizo lo que quiso.
Me tomó por el cuello y me llevó hacia él, volvió a besarme y me preguntó dónde quería su leche. Me puse de rodillas, acerqué mis labios a su verga y mis manos lo pajearon sin parar. Me dijo "no eres una angelita como dice tu esposo, te veo así y no sé quién eres", a lo que respondí "soy tu zorra y quiero leche". Lo masturbé aún más rápido y cuando salió el primer disparo pegué mis labios a la punta de su pene. Se vació en mi boca y me la tragué toda. Ése encuentro fue rápido, los siguientes fueron mejores. Mientras tanto sigo haciendo negocios con el socio de mi esposo, él me da su rico pene y yo le ofrezco mi tierna vagina, es una transacción justa.
Sentía el roce de las personas a mi alrededor, no había espacio, era horario de mayor tránsito en el metro… Tu pecho en mi cara, dejaba sentir tus latidos, poco a poco comenzaste a llevarme hacia la esquina del vagón… Yo pequeña cubierta por la seguridad de las paredes, y tu cuerpo pegado frente a mí… Como cada roce de nuestros cuerpos, sentía tu corazón más agitado, mis manos se acomodaron sobre tu pantalón, tanteando que estabas excitado… Mire bajo tu hombro, apretados en aquel rincón, el resto de las personas nos daban la espalda...
Subí mi mirada buscando tu cara, tus ojos me decían que lo hiciera, pero tu cabeza decía que no… Sin complicaciones solté tu cinturón, tu botón no opuso resistencia a mis dedos, que bajaban la cremallera, dejando tu húmedo bóxer a mi tacto… Veía tu preocupación de que alguien pudiera vernos, pero íbamos tan apretados que nadie nos prestaba atención en aquel rincón, donde me perdía tapada con tu cuerpo… Acomode mi mano, y baje tu bóxer, dejando así entre mis dedos tu erección, lentamente comencé a masturbarte, sintiendo como mi excitación mojaba mi ropa interior… Mi mano recorría mis labios, sintiendo mi clítoris, y la otra masajeando tu miembro duro…
Sentí la presión de tu cuerpo sobre mí, al moverse la gente, la diferencia de estatura, no importo, solo moví un poco mi braga, y pude sentir tu pene firme recorriendo mi humedad, dejando gemidos ahogados en tu pecho… Nos debíamos bajar, acomode tu ropa, y mi falda…
Llegamos con la respiración entre cortada aun por la excitación, me tomaste, sentí que tu mano corría las cosas del escritorio, en lo que me dejabas sobre el, tus manos abrieron bruscamente mis piernas, para tantear mi humedad, sentí tus dedos sobre mi ropa, y como bruscamente la rompiste, para dar paso a tu boca, recorriendo cada parte de mi vulva, dando suaves secciones a mi clítoris, al sentir tus dedos dentro de mí solo se escuchó un gemido escapar, podía sentir tu mirada de disfrute sobre mí, comencé a pedirte que me hicieras tuya, sé que eso te gusta, que te ruegue, que no pueda pensar nada más que sentir tu verga completamente
Te tire sobre el sillón, y de rodillas frente a ti, tu miembro quedó entre mis manos, comencé a masturbarte, lo suficiente para que se sintiera un poco firme, para poder sentirlo en mi boca, mis labios poco a poco se abrieron paso hasta el final, siento como se va haciendo más grande, mi lengua recorre cada espacio de tu miembro, mis manos y mi boca te masturban, tomas mi cabeza, y puedo sentir como tu verga late completamente dentro de mí, mis uñas bajan por tus costillas dejando temblores a su paso, comienzo a subir por tu pecho con suaves mordidas, hasta llegar a tu boca, mi mano aun masturbándote
El agua tibia recorre nuestros cuerpos, me ayudas y te ayudo, nuestras manos recorriendo los cuerpos, nuestros labios buscándose bajo el agua, noto tu respiración, y miro entre tus piernas, mis manos buscan tu miembro, tus dedos buscan mis nalgas, siento como me masturbas, me miras y sin palabras te digo que sí, mi cuerpo se estremece al contacto de mis senos con la fría pared, siento como tus dedos juegan, el agua tibia que nos moja, y tu miembro recorriéndome, tomas mi cadera, y siento tu miembro dentro de mí, tus embestidas son suaves, tu mano baja de mi cadera buscando mi vagina, me encanta sentir tu miembro dentro de mí, mientras tus dedos juegan en mis labios, comienzas a subir el ritmo de tu penetración, sabes que me gusta por allí, y te pido más, quiero que me llenes de ti, siento como te vas dentro, se que te gusta irte allí…
Lástima que solo sea una fantasía, que aun da vueltas por allí…
Me levanto de la cama en dirección a mi closet, y de allí saco mi bolso, ese que contiene todas mis cosas para jugar... Me acomodo en la cama, me pongo un poco de tu perfume en mis muñecas, y en tu peluche... mi cuerpo comienza a estremecerse solo con los recuerdos que le traer ese olor... siento como palpita todo entre mis piernas, a medida que me mojo más y más... Me pongo boca abajo, acomodo tu peluche entre mis piernas, su roce me excita aún más... en mi celular busco nuestros videos...
El roce del peluche sobre mi ropa interior me estremece, puedo sentir el temblor de mi cuerpo, y el ahogado gemido que se escapa de mis labios... Me siento cada vez más excitada viendo todo aquello que hemos hecho... Mi mente divaga en entre los eróticos y salvajes recuerdos... La nariz de aquel peluche se siente firme en mi clítoris ya muy excitado... Mi mano mueve el peluche, en lo que lentamente me comienzo a voltear hacia arriba... Comienzo con mis manos a recorrer mis senos desnudos, llevo mis dedos hacia mis labios para humedecerlos... Siento como mis pezones se endurecen cuando las yemas de mis dedos los aprietan... Mis uñas comienzan a bajar por mis costillas, haciéndome temblar y gemir... Estoy demasiado excitada, lubricada y deseosa pensando en ti...
Saco tu peluche de entre mis piernas, mis dedos comienzan a recorrer mi mojada ropa interior... Ya no puedo más y la saco de un solo tirón... Mis dedos deseosos se sientes subir y bajar... Estoy demasiado mojada, esperando por ti... Siento como mi interior aprieta mis dedos, siento como todo está caliente y húmedo... Mi mano juega a entrar y salir, y la otra aprieta fuertemente mi seno...
Sin dejar de jugar dentro de mí, comienzo a buscar con mi mano algo alrededor... Lo siente duro y rígido entre los dedos... Ese, ese compañero fiel en mis momentos de deseo solitario... Lo lubrico un poco, y comienzo a recorrer mis labios con él bañándolo de mi húmedo placer... Siento su punta en mi entrada, y lentamente lo comienzo a meter dentro de mí... Resuena mi gemido en la tranquila noche... Mi cuerpo solo se retuerce de placer... Comienzo a moverlo cada vez más rápido y salvaje dentro de mí... Siento como mis paredes lo aprietan cada vez más y más... Mis senos duros entre mi mano que juega con ellos... Puedo sentir como la sangre se acumula... Como mi cabeza va dejando de pensar... Y el olor en el ambiente, tu perfume, nuestro video sonado en el fondo...
Mi cabeza cada vez más perdida, mi vulva cada vez más excitada... El calor acumulándose dentro de mí, ya no puedo más.... Y siento como todo explota entre mis piernas, sigo, no quiero parar, dos, sé que pudo más, tres, y siento como todo se comienza a secar, cuatro, ahora solo lo dejo allí dentro de mi apretándolo suavemente con la contracción de mis paredes... Mi cama, mi cama está completamente humedecida... Mi respiración agitada, mi cuerpo temblando, mis piernas se cierran con él y mi mano aun al medio de ellas...
Nos juntamos a la salida del trabajo, comenzamos a caminar, íbamos conversando, cuando de imprevisto solo para molestarte mi mano agarro tu miembro por sobre el pantalón, tu quedaste petrificado en tu sitio mirando alrededor si alguien nos vio... Seguimos bajando por aquella avenida mientras a ratos nuestros labios se rozaban fugazmente... Llegamos a un parque, y comenzamos a vagar entre sus calles, ambos sabíamos a donde nos dirigíamos aun que fuéramos sin rumbo aparente... Frente al portal tocamos el timbre, entramos, y nos indicaron que subiéramos, mientras seguíamos a la persona que nos recibió por aquellos pasillos... Cerramos la puerta tras nosotros...
Mis manos rasguñando tu espalda sacaron la polera, mi boca bajaba por tu cuello... Sacaste salvajemente mi ropa, completamente desnuda ante ti me sentía pequeña, sin problemas saque tus pantalones, y vi tu erecto y palpitante miembro frente a mí... Tus manos grandes y firmes tomaron mis muslos de una ruda pero suave manera y me acercaron al borde de la cama, mis piernas completamente abiertas te dejaban ver que estaba completamente mojada de excitación, te sentí completamente dentro de mí en una embestida, que saco un fuerte gemido de mi boca y un temblor provoco un temblor en mi cuerpo... Sintiéndote entrar y salir entre mis piernas me tenía cada vez más perdida... Nos separamos... Camine hacia la ducha, y te mire sobre mi hombro invitándote a seguirme... Tus manos recorrían mi cuerpo húmedo, tus dedos entraron en mi... Mis labios bajaron por tu cuerpo, hasta sentir tu duro miembro completamente dentro, mi lengua lo recorría como un helado mientras el agua tibia bajaba por nuestros cuerpos... Salimos... Te tendí en la cama, camine hacia mi bolso, lo revolví buscando algo... Camine hacia ti sin mostrarte que llevaba...
Te bese, mientras mis manos llevaban las tuyas sobre tu cabeza, te espose sin aviso, cubrí tus ojos... Me pediste que te soltara, mis dedos sobre tus labios te hicieron callar, mientras te decía al odio que solo te entregaras mordiendo suavemente tu oreja, baje besando tu cuello hasta tu torso, con una pluma comencé a recorrer tu cuerpo, sentía tus temblores a mi paso, soplaba tu cuerpo a medida que avanzaba, tus manos comenzaron a intentar liberarse te dije que te quedaras quieto...
Tome tu miembro que ya comenzaba a erectarse y lo introduje en mi boca, comencé a jugar, mis uñas por tus costillas te hacían temblar, me pedias que parara antes de que no hubiera vuelta atrás...
Te dije al oído que no tuvieras miedo de perder el control, al cabo de que te besaba lujuriosamente... Seguí quería verte sin control... Sentí como tus manos rompían las esposas mientras de mi boca salía tu miembro... Me tomaste bruscamente y me tiraste sobre la cama, tu cara, esa cara de deseo, de que no tenías control, solo te mire, mordí mis labios, y solo con mis respiración agitada te dije que siguieras sin miedo a ti...
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