Je me considère comme une personne amicale et flirteuse, j'aime être dominante dans différentes situations. J'aime faire preuve d'une attitude douce et charmante, mais je suis également à l'aise pour prendre le contrôle et diriger lorsque c'est nécessaire. Cette combinaison de qualités me permet de m'adapter efficacement à différentes circonstances et relations, en maintenant un équilibre entre gentillesse et détermination.
Contenido Multimedia.
Ya no tienes suficientes créditos en tu cuenta
Usted dispone de : 0,00 US$
PolyWitz aún no ha completado su horario de presencia en línea
PolyWitz no está en línea desde hace un cierto tiempo y no podemos proponer un planning de presencia fiable.
🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Yo soy la típica flaca con cara de pocos amigos, que no mantiene una conversación con cualquiera, detesto los piropos callejeros, no le pongo cuidado a cualquier hombre que se me cruza en el camino pero cuando un hombre me interesa todo es absolutamente inverso. Soy bonita de cara pero amargada, o sea, seria. Las tardes en casa de mis padres eran solitarias así que empecé a mentalizarme, quería tener sexo cuanto antes, necesitaba saber cómo era tener sexo con un chico ya que medianamente lo había tenido con otra chica, Valeria. Fue así como duré varios días pensando en la idea del sexo, sentía curiosidad por dejar de ser virgen, exploraba mi coño y sí, sentía dolor al querer introducir un dedito hasta dentro, era más virgen que la virgen María, supuse que la primera vez me dolería como el demonio. Y bueno, ya conocía mi sexualidad y el cómo darme rico placer estimulando mi pepita, es decir, el clítoris, también chupándome un dedo, poniéndome ganchos de ropa en mis pequeños pezones, nalgueándome yo misma, amarrándome prendas de vestir en mis tobillos y muñecas, asfixiándome bajo la ducha y hasta quemando mi piel con velones que compraba en el supermercado. Todo eso siendo virgen y todo eso me ponía super mojada pero no era suficiente, necesitaba experimentar el sexo de verdad, más allá de esas cosas locas que aprendí poco a poco durante mi adolescencia.
Muchas veces me vi tentada a meter cosas en mi coño como el cepillo de peinar, mi cepillo de dientes, alguna fruta con forma de pene pero preferí dejar eso para que en un futuro próximo un hombre me estrenara. Empecé a tratar con cariño a Albert, a saludarlo con besos en las mejillas, a celarlo de otras que ya le habían puesto el ojo. En pocos días logré que entre Albert y yo hubiera una tensión sexual que él iría descubriendo poco a poco y a la que fue bastante receptivo tanto que yo estaba segurísima de que Albert ya me deseaba, se le notaba en la mirada, al despedirse, al besar mis mejillas, lo había conseguido, solo había que dejar que el momento llegara y con la casa de mis padres a solas no iba a ser difícil que ese momento se diera. Y el momento llegó una tarde en la que salimos de clases, le pregunté si iría a mi casa a pasar un rato y por supuesto que aceptó, sobre todo por como lo tomé de un brazo y lo miré a los ojos casi que diciéndole "te la quiero chupar". Ya en casa me puse manos a la obra, estaba decidida que esa tarde tendríamos sexo. Hubo un momento entre las veces que me levantaba del sofá e iba a la cocina a buscar cositas de comer para ambos que me puse muy al lado de él y le digo: ● ¿Albert, tú eres virgen? y me dice ● No ● Ah, pues debí imaginarlo y Albert me preguntó exactamente lo que yo quería ● ¿y tú? Y de una le respondí ● Yo todavía soy virgen y ya casi voy a cumplir 19, imagínate En ese momento nos reímos, Albert estaba un poco tenso por la conversación y esa aparente timidez me puso más cachonda todavía y entonces le digo: ● Me gustaría perder la virginidad, ya mismo Y Albert lo único que dijo fue ● ¿Ah? ● Sí, tengo mucha curiosidad ● ¿Pero y con quién quieres perderla? y yo le dije ● Contigo, tonto, con quién más, ¿acaso ves a otro hombre aquí? Entonces Albert supo que yo estaba hablando en serio, además lo miraba con una cara de puta que no me la quitaba nadie, puta virgen, de paso. ● ¿Pero aquí? Y me paré, cerré la puerta, le bajé las cortinas a la ventana y me acerqué a Albert de nuevo y le dije: ● Mis padres nunca llegan a esta hora Albert se puso de pie y empezó a manosearme y meterme la mano por el short que yo llevaba, andaba descalza, un shortcito de jean y una blusa sin mangas y cuando empezó el manoseo me confesó que me deseaba, que llevaba tiempísimo queriendo estar conmigo Y ahí empezamos a conversar entre jadeos y gemidos, yo le decía: ● ¿En serio me deseabas? ● Sí, deseaba este momento Lo tomé de la mano y me lo llevé a mi habitación y le dije que no se pusiera nervioso que teníamos mucho tiempo, papá y mamá no llegarían Me desnudé frente a él, me quité la blusa, el short y él hizo lo mismo y lo primero que hizo fue hincarse a darme oral. Y yo gemía y le decía ● Ya deseo que me cojas, quiero saber cómo se siente Y Albert se levantó, se masturbó un poco y puso el pene en la entrada del coño y empezó a intentar meterlo y me dolía y Albert decía que yo estaba muy estrecha. Él empujaba y yo lo rechazaba porque dolía y entonces él decía que debía calmarme un poco y relajarme para que la primera penetración pasara rápido. Se hincó de nuevo y me hizo un poco más de oral, luego nos metimos a la cama, extendí bien las piernas y él se montó encima y presionaba y dolía porque no pasaba su pene hasta que en una de esas él me la clavó de golpe y se quedó ahí encima de mi, de hecho empezó a jadear porque también eyaculó dentro de mi y me decía ● Ya te la metí, tranquila Pues, resulta que eyaculó pero al menos ya había pasado todo, sufrí esa primera vez, había semen mezclado con sangre, tuve que limpiar todo. Albert no quiso continuar porque le daba miedo que llegaran mis padres, yo no insistí y me quedé con las ganas, adolorida pero con ganas de seguir experimentando. Lo más extraño es que luego no quise más nada con él, me inventaba excusas y poco a poco nos fuimos alejando. No hubo otro encuentro, no lo permití, el momento solo serviría para perder mi virginidad, me quedaría unos meses más sin volver a experimentar el sexo. Albert no entendía el por qué de un día para otro yo no quería nada con él. Comencé a experimentar de nuevo yo sola, ahora no solo eran todas esas cosas que dije que me ponen super mojada, también me hice amiga de una fruta llamada pepino, que me consolarían hasta conocer al próximo hombre que permitiría entrar en mi coño.
Me besó y me puso las piernas en sus hombros, y fue ahí cuando me penetró poco a poco, sentía su verga dentro de mí, yo estaba disfrutando al máximo. Me penetraba una y otra vez, primero fue suave y delicado, luego empezó a acelerar el ritmo, la sacó y empezó a dar con ella pequeños golpecitos a mi pubis y a mi vagina; la frotaba de un lado a otro, provocando que yo deseara su verga. Y le dije: «¡por favor ya cógeme! Lo encendí al decirle eso; rápidamente me puso en cuatro, me dio una nalgada y al mismo tiempo que sentí la nalgada, sentí como su verga me entró durísimo en la vagina; empezamos a coger, me rebotaban los senos, y él me los agarraba y apretaba, pero sin dejar de cogerme. Sentía su verga hasta el fondo, no podía dejar de gemir y eso era lo que le encantaba y lo excitaba más. Empezó a darme otras nalgadas, y en eso me pidió que me acostara. Me acosté y siguió metiéndome su verga hasta que ya no podía más y rápidamente al salir de mi vagina, se quitó el condón y me echó todo su semen en el abdomen y ombligo. Lo había dejado igual de exhausto que el primero. Después de que terminó, me levanté para vestirme porque ya era hora de que me fuera. Pase al baño, y ahí me limpie el semen que me quedó. Me vestí, y al salir me besó y me dijo que había sido el mejor San Valentín que había tenido. Ese día fue magnífico, cogí con los dos. A los dos los dejé exhaustos, y yo llena de placer. Alborotada, caliente, exhausta de ese rico cogidón, llegué a casa de mi segunda cita. Me recibió y me dijo que pasara. Pasé y me senté en la sala, me dijo: ¡qué hermosa te ves hoy!, y me dio un beso. Yo le había chupado la verga a mi primera cita y el me dio un beso, me dijo que sabia a fresa. A lo cual le dije que era porque había comido un dulce… ¡Y QUÉ DELICIOSO DULCE ME COMÍ UFFFF! Sentados en la sala me dijo vamos a la recámara; subimos y pusimos una serie en la tele, nos acostamos los dos, y estábamos viendo la serie, de pronto el agarró con su mano la cara y me plantó un beso, me volteé y con mi pierna lo abracé, quedamos totalmente abrazados y acostados. Nos empezamos a besar, cuando empecé a bajar la mano hacia su bermuda, y como estaba corta metí la mano y por arriba del bóxer, le empecé a agarrar la verga. No me había bastado con haber cogido anteriormente, me sentía caliente y quería seguir cogiendo. Al momento que le agarré la verga por encima del bóxer, y empecé a besarlo, empecé a sentir como se le fue poniendo dura. Lo empecé a calentar, me subí encima de él, y le empecé a besar el cuello. Mientras lo estaba besando sentía su respiración como se agitaba. Empecé a desabrocharle el pantalón y ya vi que la verga se la había puesto dura, le quité el pantalón y el bóxer. ¡Estaba que ardía! Como traía vestido, el metió su mano debajo y empezó a tocarme y a provocar que me mojara, empecé a hacer ligeros movimientos encima de su verga con mi ropa interior; él sentía caliente; no me había quitado aún el vestido. Mientras más frotaba su verga con mi pubis, mas se alteraba. Se sentó de golpe y me pidió que me parara y que me volteara. Empezó a bajar el cierre de mi vestido y mientras yo me lo quitaba, él empezó a ponerse el condón… quiero suponerlo porque en realidad no me di ni cuenta. Cuando me vio en la lencería me dijo que quería que fuera completamente de él. Me acostó en la cama y empezó a besar todo mi cuerpo. Pero, yo no dije nada, me había quedado con el semen de mi otro novio en los senos y abdomen, y aun así me besó y lamió mis senos. Pasó su lengua por mis labios, cuello, senos, abdomen. Me empezó a quitar la lencería con delicadeza, hasta dejarme completamente desnuda. Le pedí que me besara luego de que ya había recorrido mi cuerpo con sus labios, teniendo el semen de mi primera cita, quería mezclar esos fluidos. Me besó y me puso las piernas en sus hombros, y fue ahí cuando me penetró poco a poco, sentía su verga dentro de mí, yo estaba disfrutando al máximo. Me penetraba una y otra vez, primero fue suave y delicado, luego empezó a acelerar el ritmo, la sacó y empezó a dar con ella pequeños golpecitos a mi pubis y a mi vagina; la frotaba de un lado a otro, provocando que yo deseara su verga. Y le dije: «¡por favor ya cógeme! Lo encendí al decirle eso; rápidamente me puso en cuatro, me dio una nalgada y al mismo tiempo que sentí la nalgada, sentí como su verga me entró durísimo en la vagina; empezamos a coger, me rebotaban los senos, y él me los agarraba y apretaba, pero sin dejar de cogerme. Sentía su verga hasta el fondo, no podía dejar de gemir y eso era lo que le encantaba y lo excitaba más. Empezó a darme otras nalgadas, y en eso me pidió que me acostara. Me acosté y siguió metiéndome su verga hasta que ya no podía más y rápidamente al salir de mi vagina, se quitó el condón y me echó todo su semen en el abdomen y ombligo. Lo había dejado igual de exhausto que el primero. Después de que terminó, me levanté para vestirme porque ya era hora de que me fuera. Pase al baño, y ahí me limpie el semen que me quedó. Me vestí, y al salir me besó y me dijo que había sido el mejor San Valentín que había tenido. Ese día fue magnífico, cogí con los dos. A los dos los dejé exhaustos, y yo llena de placer. 


Regístrate para aprovechar el token VIP.
Estos tokens VIP te permiten ver los contenidos VIP (vídeos o fotos) del modelo que elijas. Accede a la página de perfil de un modelo para ver su contenido multimedia o descubrir nuevos contenidos VIP en las secciones "fotos" o "vídeos".
Al registrarte, en cuanto valides tu dirección de correo electrónico, te ofreceremos un vídeo VIP.
También puede conseguir vídeos VIP gratuitos si eliges la forma de pago "BEST VALUE".