MaliahStar

ஜ۩۞۩ஜ MALIAH STAR ஜ۩۞۩ஜ

Bienvenidos a mi espacio personal, aquí podrás encontrar algunos relatos que me gustan y me ponen cachonda

Ven a mi sala y podremos disfrutar de nuestros encuentros

¡Pronto activaré mi contenido VIP, te espero allá!

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No teníamos planeado que sucediera. Recuerdo que te hablé en la noche. Estabas con un amigo en el centro, pero viniste a mi llamado. Nos vimos en el supermercado para estar en la cafetería. Nos saludamos con una sonrisa y de beso. Quisimos estar en la cafetería pero ya era tarde y salimos. Me prometiste tomar vino, y compraste una botella de vino en el supermercado. Luego buscábamos dónde tomar. Te invité a mi departamento porque en la calle nos iban a fastidiar. Genuinamente no fue con otra intención. En la sala intercalábamos tomar vino y besarnos, mientras conversábamos. Estos fueron subiendo de intensidad y nos dejamos llevar por el momento. Te levantaste a apagar la luz y seguimos besándonos. Te echaste en el mueble y me atrajiste a ti. Estabas echado en el mueble a lo largo y yo encima tuyo. Me susurraste que querías sentirme y mientras me besabas decías "soy tuyo" y sonriendo te respondí que no me tentaras. Me subías la camiseta, y me acariciabas la espalda baja y la cintura mientras me mordisqueaste los labios... Me quitaste la camiseta y quedé en brassier. Rápidamente lo desabrochaste y mis senos quedaron descubiertos. Me levantaste para acceder a esa zona. Mi deseo aumentaba mientras lamías mis pezones y los mordisqueabas. Me provocaste gemidos y yo escuchaba los tuyos. Me pediste ir a un cuarto. A medio pasillo me cargaste, te rodeé con mis piernas y me besaste el cuello. Empezamos a desnudarnos desesperados de entregarnos. 

Tu correa se me hizo muy complicada, así que esperé impaciente a que lo desabroches para quitarte el polo. Sentía tu piel cálida, mientras mi piel rozaba tu pecho, y nos abrazamos y besándonos, pausando para terminar de desvestirnos. Sentía mucho deseo pero también tenía algo de nerviosismo y me aseguraste de que querías darme el placer. En el cuarto me sentía extasiada mientras nos abrazamos, nuestros cuerpos entrelazados, jadeando por el placer. Me sorprendió la dulzura con la que me tocabas, el énfasis en besarme los labios, la delicadeza al recorrer mi cuerpo. Me penetraste, te abracé con mis piernas y escuché tu gemido de placer mientras te movías con ímpetu dentro de mí. Yo también gemía en tu oído mientras sentía las estocadas y tu cuerpo caliente que me envolvía. Nos deseábamos, nos entregamos, hicimos el amor. Al terminar ambos, nos dimos cuenta de que terminaste dentro. Me desesperé y salimos a la sala a hablar. Empecé a llorar y te sentiste culpable y también te conmoviste. Te tranquilicé, respiramos profundo y decidimos que nos aseguraríamos tomando un Post Day. 

Tuvimos que hablar de lo que pasó. Tras lo placentero, ser realistas era lo siguiente. Te pregunté en qué quedábamos. Dijiste que querías una relación, y solo me quedé callada. Tras acordar de la pastilla, ni corto ni perezoso me dijiste para hacerlo una vez más. Yo también quería, y al terminar de hablar nos besamos nuevamente. Otra vez en el cuarto esta vez yo quiero todo. Te echaste en la cama y te monté. Te acariciaba el pecho y escuchaba tus suspiros y gemidos. Masturbé tu miembro mientras llevaba tus manos a mis senos para que los tocaras y jugaras. Finalmente metí tu miembro en mi interior y resulté extasiada mientras me movía, y te pedí nalgadas. Me tomaste de la cintura y te movías también para culminar en orgasmo. Por tu rostro notaba que te dejé satisfecho, de hecho te bromeé diciendo que te cansé demasiado. Fue nuestra primera vez, y más importante la primera vez que hacía el amor, que me hacían el amor. Fue sublime y placentero.

Los días fueron pasando, Marta y yo nos habíamos enganchado y teníamos vicio la una con la otra. Teníamos sexo todas las nLos días fueronoches, y a veces también por las mañanas...usábamos toda clase de dildos...en fin no no podía pasar sin arreglarme para ir a la cama con ella….y ella igual, nos poníamos guapas y nos perfumábamos y luego nos poníamos a follar como dos viciosas sin freno. Es como si se hubiesen juntado el hambre con las ganas de comer. Salíamos juntas y nos íbamos de marcha en los fines de semana; yo ya no tenía problema ninguno en como ir vestida. Marta me aconsejó un sitio de estilismo para “nosotras”, así que empecé a ir y me hice una depilación con láser total...no tenía mucha barba así que no fue difícil, también me hacían los pies y la manicura, y cada semana cambiaba de peinado. Pero había una cosa que empezaba a molestarme, el no tener tetas...si llevaba cierta ropa, podía usar un sujetador con unas formas que simulaban tener un pecho, pero lo que yo quería era marcar escote. Marta sabía que yo lo pasaba mal por eso, así que estuvimos mirando por internet y al final encontramos algo que podía, de momento, ayudar. Miramos de poder encontrarlo en Madrid e hicimos algunas averiguaciones...se trataba de una especia de “camiseta” con las tetas incorporadas, y un poco de cuello, hechas de silicona...pero no las que se pueden encontrar baratas en AliExpress, sino unas de las buenas, que valían diez veces más; las había cortas y largas, o sea, que terminaban un poco por debajo del pecho y otras que llegaban hasta casi el ombligo.

 Nos pusimos en contacto con el proveedor y encargamos uno de cada modelo, Me hizo unas pruebas de mi tallaje del color de mi piel y me aseguró que nadie notaría que lo que pudiera verse era distinta de la piel de verdad...que era un postizo excelente. Tardarían alrededor de un mes en enviarme unas tetas postizas de tamaño 36FF, de forma amelonada, o sea, no como balones, sino como si cortas un melón por la mitad por la parte del ecuador...esas siempre me han gustado Lo curioso es que al cabo de hacer el pedido, recibimos una llamada de la Dra. Ramos para visitarla, y allá fuimos… Mis análisis estaban bien y me iba a recetar las hormonas, el estradiol y la inhibidora de la testosterona, la espironolactona; con la salvedad de que primero y durante un tiempo tendría que tomar el inhibidor espironolactona y después darle al estrógeno...Me acosó a preguntas sobre si estaba segura y blablaba...(tiene que hacerlo)...y me extendió las recetas con el tratamiento...Me preguntó si pensaba ponerme implantes, y le dije que si, y que incluso no me importaba, en un momento dado, cambiarme de sexo con una operación y ponerme un coño de verdad… Mire a Marta y ella me miró a mi. Salimos de la consulta y al montar en el coche Marta me dijo. -”Cuando estés lista, podíamos hacer un viaje a Tailandia y operarnos...yendo las dos juntas nos sentiríamos más acompañadas...primer una y luego la otra cuando la que se opera esté más o menos restablecida...conozco a personas que nos organizarían el viaje y también que nos recomendarían la mejor de las clínicas”. No dijimos nada durante el resto del trayecto, pero yo percibía que la idea se había sembrado en nosotras. 

Me gustaba que Marta me follara, con su polla o con un dildo de correas con vibración y carga de líquido que simulara el correrse...mi culo ya podía con cualquier tipo de consolador, estaba ya dilatado por la costumbre...todas las noches recibía polla, y apenas necesitaba lubricante, aunque con él, lo que me metían se deslizaba mejor...también me gustaba que en follara por la boca, que me hablara sucio y que me diese nalgadas y me escupiera cuando estábamos en postura de misionero. Estaba claro que yo era la sumisa de la relación, aunque cuando me tocaba follarla a ella se invertían los papeles, pero yo no lo hacía de manera tan convincente, era como si la follase por obligación y condescendencia...yo sentía como disfrutaba y yo, por eso, disfrutaba con ella, hacía que me corriera...a veces me ponía una jaula para evitar la tentación de tocarme y ella sabía como tenía que tocarme la próstata pata hacerme rabiar y suplicar...era un poco cabrona, pero me gustaba que lo fuera….notaba cuando me iba a correr y paraba, la hijaputa paraba...y me ponía de los hígados… -”¿Quieres polla, guarra?...¡Venga, pidemela!...¡Pídeme que te de polla!”… Y yo me retorcía tratando de moverme de forma que mi próstata siguiese notando el masaje, pero ella era muy hábil...muy veterana y sabía follar a una novata viciosa como yo...el caso es que cuando le suplicaba y le lloraba...empezaba su movimiento de nuevo y me arrancaba gemidos que no no sabía que tenía… -”Y ahora voy a hacer que te corras, cariño...pídeme que haga que te corras…” Y yo, berreando como una perra, se lo pedía a gritos, hasta que ella “tocaba la tecla” y de mi pija salía un chorro de mi corrida...en ese momento ella apretaba un botón y una pequeña bomba del dildo, echaba un chorro de líquido caliente dentro de mi culo...como si fuese ella quien se corriera… La combinación de las dos sensaciones era muy fuerte...por un lado la física y por otro la psicológica de notar como si se corriesen a la vez que tu… A mi me gustaba comerle la polla y que se corriera en mi boca, y luego besarla, pero también sabía que ella quería que le dieran por el culo, me lo pedía con la mirada cuando estaba muy cachonda, entonces yo me ponía las correas y la follaba todo lo duro que podía...y sabía como hacerla correrse.

 Una noche, después de follar, mientras me acariciaba, me dijo… -”Martina, necesito un hombre, quiero follar con un hombre, con un negro con una polla de verdad, grande, y que eche semen de verdad...Me gustaría que no te enfadases conmigo si lo hago...créeme que lo necesito” Aquello me sorprendió, lo cierto es que...como me parecía que estábamos también, marta ya tenía cubiertas sus necesidades...pero claro, yo no sabía lo que “era” estar con un hombre y ella si que lo sabía, de modo que tenía sentido lo que decía… Necesité algunos instantes para asimilar la novedad, y claro, ella y yo estábamos como estábamos, pero nunca nos habíamos hecho promesas de nada ni habíamos hecho votos de solo para ti y tu solo para mi, como hacen algunas parejas… Le dije que...no me importaba, que entendía que tuviera esa necesidad, pero que no podía ir más allá porque yo no conocía esa sensación. -”Mira..¿Sabes que podemos hacer?...espera a que lleguen tus tetas y cuando las lleves puestas un par de días que te hayas acostumbrado, nos vamos a poner la ropa de puta y nos vamos a ir a un sitio de esos que te dije, y dar la sensación de que estamos “disponibles” para que nos follen...yo estaré siempre contigo, y así sabrás a qué me refiero cuando te digo que necesito a un hombre...porque después de un par de veces que lo hagas, tu también me dirás, si es que lo necesitas, que lo necesitas…” -”Pero que sepas que estoy feliz contigo y hay días que no puedo esperar el momento de que llegue la noche para meterme en la cama contigo, me has hecho sentir cosas que no he sentido con nadie más...ni hombre ni mujer ni sissy...pero ahora lo que necesito es que me folle un hombre, necesito que me trate como a una puta...todas necesitamos que alguna vez un hombre nos trate como a una puta.

” La escuche con atención y, como siempre que me hablaba, todo lo que decía tenía sentido, o sea...yo no veía que estuviese tratando de tomarme el pelo...¿Qué sabía yo de lo que se sentía cuando un negro te daba por el culo con una polla de carne bien dura?...eso lo veía en la TV y me podía hacer una idea de lo que era, pero lo que mostraban en la película había que experimentarlo para saber hasta que punto si lo has experimentado te hace necesitarlo… Por eso no podía molestarme por su petición, aunque me sintiese algo celosa, pero la “moneda de cambio” que me ofreció….enseñarme lo que es y ayudarme con mi primer hombre yendo vestida de puta a uno de esos lugares de los que me hablo el día que guardaba su ropa….tenía un morbazo que era difícil de ignorar, de modo que la sonreí y le dije… -”Puedes hacer lo que quieras, cariño, entiendo que necesites eso, pero ten en cuenta que igual yo lo necesito también mas tarde si eso que me propones sale bien...te tomo la palabra” Y ella se volvió hacia mi y me dio un beso con lengua de un minuto… -”Quiero que me comas la polla y te tragues mi leche hasta la última gota, y no dejes de mirarme mientras lo haces...me has puesto muy cachonda...sabes como ponerme cachonda, so guarra…” Y me puse a la labor… Ya estaba ansiando que llamaran por teléfono para decirme que estaban mis tetas… Mañana por la mañana, iría a la farmacia a comprar las hormonas, yo solita, con mis tacones más altos, moviendo el culo y orgullosa de gobernar mi vida como lo estaba haciendo.