JasminBela

QUIEN SOY YO : 

Me llamo Sofía, tengo 19 años y soy orgullosamente colombiana. Nací bajo el signo de Tauro, lo que refleja mi esencia firme, leal y amorosa. Me defino como una chica elegante, con una presencia sutil pero que deja huella. La amabilidad es parte de mi naturaleza, y siempre tengo una palabra dulce o un gesto solidario para quienes me rodean. Tengo un lado tierno que no siempre muestro, pero que está presente en mi forma de cuidar y conectar con los demás. Creo en la belleza de los pequeños detalles, en la fuerza de la empatía y en vivir cada día con estilo, pero también con corazón. 

MIS SUEÑOS : Desde muy joven he tenido sueños que van más allá de lo material: sueños que nacen del corazón, de mi deseo profundo de crecer, aportar y dejar huella en el mundo. Uno de mis mayores anhelos es terminar mi carrera universitaria en cosmetología, una profesión que no solo me apasiona, sino que también me permite resaltar la belleza interior y exterior de cada persona. Creo firmemente que a través del cuidado y la estética, también se puede sanar, elevar la autoestima y empoderar a quienes nos rodean. Sueño con tener mi casa propia, ese lugar que refleje mi esencia, mi paz y mi esfuerzo. Un espacio donde cada rincón cuente mi historia. También me ilusiona tener un hermoso carro, no solo como símbolo de logro, sino como medio para recorrer mi camino con independencia y libertad. Otro de mis grandes sueños es conocer varios lugares del mundo. 

Me emociona la idea de descubrir nuevas culturas, aprender de diferentes formas de vivir y alimentar mi alma con paisajes, experiencias y memorias únicas. Viajar es para mí una forma de expandirme, de crecer y de agradecer la vida. Pero, sin duda, uno de mis sueños más profundos y significativos es fundar una hermosa fundación dedicada al apoyo a la mujer. Quiero crear un espacio seguro, lleno de amor, donde las mujeres puedan sanar, empoderarse, capacitarse y encontrar nuevas oportunidades. Creo en la fuerza femenina, en la sororidad y en el poder de levantarnos unas a otras. Esta fundación sería mi forma de devolverle al mundo un poco de lo que he recibido y de construir un legado que inspire a otras. Mis sueños son grandes, sí… pero también son reales, nacen de mi corazón y caminan junto a mi fe, mi disciplina y mi amor por la vida.

MI MUSICA : La música es una parte esencial de mi vida, es ese lenguaje invisible que logra conectar con mis emociones más profundas sin necesidad de palabras. Mis gustos musicales reflejan quién soy, lo qu25845393 siento y la manera en que me relaciono con el mundo. Me encanta la música romántica. Hay algo en sus letras y melodías que me envuelve, que me hace suspirar y que me lleva a imaginar amores intensos, dulces y sinceros. Disfruto cada canción que habla desde el corazón, que transmite ternura, deseo o nostalgia. La música romántica me acompaña en mis momentos de calma, de reflexión y de ilusión… como si cada nota acariciara mi alma. También me atrae el jazz, con su elegancia suave y su capacidad de transformar cualquier momento en algo especial. El jazz me hace sentir sofisticada, libre, y me conecta con esa parte de mí que aprecia los detalles, los silencios, los matices. Es un género que disfruto en tardes tranquilas, cuando quiero relajarme, pensar o simplemente dejarme llevar. El pop, en su versión más suave, también hace parte de mis preferencias. Me gusta cuando tiene ritmos ligeros, letras pegajosas o mensajes que me hacen sonreír. Es ese tipo de música que alegra mis días sin esfuerzo, que me pone de buen ánimo y que a veces me invita a cantar sin importar dónde esté. Además, tengo una gran afinidad por la música tranquila, la que fluye como un susurro y me da paz. Es perfecta para estudiar, para dormir, para escribir o simplemente para estar conmigo misma. Me encanta cómo este tipo de música crea un ambiente acogedor, íntimo, donde puedo respirar profundo y sentirme completamente en armonía. Y, por supuesto, también disfruto la música sensual en ciertos momentos. Me gusta cómo despierta mis sentidos, cómo transforma el ambiente y me conecta con mi feminidad y con el lenguaje del cuerpo. Es una música que escucho cuando quiero sentirme poderosa, tractiva, o simplemente dejarme llevar por el ritmo y la emoción. La música que escucho no es solo un pasatiempo; es una forma de expresión, un espejo de mi personalidad y un refugio donde siempre encuentro algo que me representa La música es una parte esencial de mi vida, es ese lenguaje invisible que logra conectar con mis emociones más profundas sin necesidad de palabras. Mis gustos musicales reflejan quién soy, lo que siento y la manera en que me relaciono con el mundo.

 - Me encanta la música romántica. Hay algo en sus letras y melodías que me envuelve, que me hace suspirar y que me lleva a imaginar amores intensos, dulces y sinceros. Disfruto cada canción que habla desde el corazón, que transmite ternura, deseo o nostalgia. La música romántica me acompaña en mis momentos de calma, de reflexión y de ilusión… como si cada nota acariciara mi alma. También me atrae el jazz, con su elegancia suave y su capacidad de transformar cualquier momento en algo especial. El jazz me hace sentir sofisticada, libre, y me conecta con esa parte de mí que aprecia los detalles, los silencios, los matices. Es un género que disfruto en tardes tranquilas, cuando quiero relajarme, pensar o simplemente dejarme llevar. El pop, en su versión más suave, también hace parte de mis preferencias. Me gusta cuando tiene ritmos ligeros, letras pegajosas o mensajes que me hacen sonreír. Es ese tipo de música que alegra mis días sin esfuerzo, que me pone de buen ánimo y que a veces me invita a cantar sin importar dónde esté. Además, tengo una gran afinidad por la música tranquila, la que fluye como un susurro y me da paz. Es perfecta para estudiar, para dormir, para escribir o simplemente para estar conmigo misma. Me encanta cómo este tipo de música crea un ambiente acogedor, íntimo, donde puedo respirar profundo y sentirme completamente en armonía. Y, por supuesto, también disfruto la música sensual en ciertos momentos. Me gusta cómo despierta mis sentidos, cómo transforma el ambiente y me conecta con mi feminidad y con el lenguaje del cuerpo. Es una música que escucho cuando quiero sentirme poderosa, atractiva, o simplemente dejarme llevar por el ritmo y la emoción. La música que escucho no es solo un pasatiempo; es una forma de expresión, un espejo de mi personalidad y un refugio donde siempre encuentro algo que me representa.

MI PELICULA FAVORITA : Corazones Malheridos fue una película que me tocó profundamente. Desde el primer momento, sentí que no era solo una historia de amor cualquiera. Me atrapó la manera en que dos personas completamente diferentes —Cassie y Luke— terminan construyendo algo real a partir de una necesidad. Lo que comienza como un simple acuerdo, poco a poco se transforma en un vínculo sincero, con todo lo bonito y lo complicado que conlleva. Me gustó mucho que la protagonista, Cassie, fuera fuerte, sensible y con sueños claros, algo con lo que me sentí identificada. Ella lucha contra una enfermedad, contra los prejuicios, y a pesar de todo no deja de soñar ni de buscar su lugar en el mundo. Y Luke, con sus errores y su pasado difícil, también muestra que todos merecemos una segunda oportunidad. La música que acompaña la película me encantó, especialmente porque refleja muy bien lo que viven los personajes. Hay canciones que me hicieron sentir más cerca de la historia, que me emocionaron, y hasta me hicieron reflexionar sobre el amor, la empatía y las decisiones que tomamos por los demás. Sé que para muchos esta película puede parecer predecible o un poco idealizada, pero para mí fue una historia hermosa, realista en su dolor y muy humana en sus emociones. Me dejó pensando en cómo a veces el amor aparece en los lugares menos esperados, y cómo sanar también puede significar aprender a amar. En lo personal, Corazones Malheridos me dejó una mezcla de tristeza, ternura y esperanza. Es de esas películas que, al terminarla, te deja en silencio... pero con el corazón lleno. Corazones malheridos, estrenada el 29 de julio de 2022 en Netflix, es un drama romántico dirigido por Elizabeth Allen Rosenbaum, basado en la novela de Tess Wakefield, La historia sigue a Cassie Salazar (Sofía Carson), una aspirante a cantante con diabetes, y Luke Morrow (Nicholas Galitzine), un marine con deudas y problemas de adicción. Ambos acuerdan un matrimonio por conveniencia: ella busca seguro médico, él un ascenso y ayuda económica antes de su despliegue a Irak. Lo que comienza como un pacto frío se convierte en un amor real y profundo.

COLOR FAVORITO 

Mi color favorito, el rosado 💖 El rosado no es solo un color que me gusta... es un reflejo de quién soy. Desde siempre me he sentido conectada con él, porque tiene algo especial: suavidad, calidez y una energía que transmite ternura y delicadeza. Es un color que me representa por completo, porque así como el rosado es sutil pero encantador, yo también me considero una persona dulce, amorosa y profundamente femenina. Me encanta cómo el rosado puede ser tan versátil: puede ser suave como un suspiro o intenso como una emoción fuerte. Me siento identificada con esa dualidad, porque tengo un lado tierno, amable y cariñoso, pero también una fuerza interior que me impulsa a soñar en grande y a cuidar lo que amo con todo el corazón. El rosado también me hace sentir segura y tranquila. Es ese color que me acompaña cuando quiero sentirme bien conmigo misma, cuando quiero expresar mi feminidad con orgullo y cuando quiero compartir mi esencia con el mundo sin miedo. No es solo una elección estética: es una extensión de mi personalidad. Para mí, el rosado representa amor, sensibilidad y belleza en los pequeños detalles. Es mi color favorito porque habla sin palabras de lo que soy y de cómo me gusta ver la vida: con dulzura, esperanza y un toque de magia. ✨ El rosado no es solo mi color favorito, es el que hace brillar mi energía femenina. Me representa: dulce, fuerte y llena de amor propio. 🌷💗

MI CANCION ESPECIAL Entre todas las canciones que he escuchado, "Art Deco" de Lana del Rey tiene un lugar especial en mi corazón. No solo por su sonido hipnótico y atmosférico, sino por la forma en que logra reflejar emociones profundas, esas que a veces no sé cómo poner en palabras. Desde la primera vez que la escuché, sentí que me envolvía en una especie de niebla suave, como si el tiempo se detuviera y solo existiera ese momento. La voz de Lana, tan melancólica y etérea, parece hablar directamente a mi alma. Hay algo en su tono, en su forma de narrar sin prisa, que me transmite una sensación de misterio y belleza nostálgica. "Art Deco" me conecta con mi lado más introspectivo. Me hace pensar en lo que no se dice, en las apariencias que a veces ocultan una historia más profunda. Me recuerda que hay belleza en la tristeza, y también fuerza en la vulnerabilidad. Cada vez que la escucho, me siento comprendida. Es como un refugio sonoro, un espacio seguro donde puedo ser yo, sin máscaras ni explicaciones. Por eso, esta canción no es solo música para mí: es una experiencia emocional, casi espiritual. 

MI CITA PERFECTA 

Mi cita ideal: un encuentro con magia y fuego Mi cita especial empieza al atardecer, en un restaurante íntimo con una vista hermosa: tal vez al mar, a las montañas o una ciudad iluminada desde las alturas. Quiero que el ambiente se sienta cálido y elegante, con una decoración suave, luces tenues y flores frescas. La música de fondo sería romántica y envolvente: canciones que hablen de amor suave, con guitarras acústicas, piano y voces que acaricien el alma. Nada muy ruidoso, solo lo suficiente para acompañar las miradas y las palabras dulces. Compartiríamos una copa de vino —quizás un tinto suave o un rosado delicado, como yo—, brindando por el momento, por nosotros, y por todo lo que aún no hemos vivido. Después de cenar, saldríamos a una terraza o un espacio al aire libre donde nos espere una fogata encendida. Las llamas, con su calor y su movimiento hipnótico, serían el escenario perfecto para abrazarnos, hablar de sueños o simplemente quedarnos en silencio, sintiéndonos presentes, sin prisas. Esa sería mi cita ideal: una mezcla de romanticismo, belleza y fuego. Un momento que se quede guardado en el alma. 

QUE PAIS QUIERO CONOCER 

El país que sueño conocer: Australia 🇦🇺 Si pudiera subirme hoy a un avión rumbo a mi destino soñado, ese lugar sería Australia. Hay algo en ese país que me intriga, me emociona y me inspira. Quizás es su naturaleza tan viva y salvaje, o esa mezcla entre lo moderno y lo ancestral que lo hace único. Sueño con caminar por sus playas infinitas, donde el mar tiene ese azul profundo que invita a respirar con el alma. Me imagino viendo un atardecer en la costa, sintiendo el viento tibio mientras el cielo se tiñe de colores cálidos. También quiero explorar sus ciudades, como Sídney o Melbourne, con su estilo vibrante, su arte callejero y su energía juvenil. Pero más allá de lo turístico, Australia me atrae por su conexión con la tierra: los desiertos rojos, los bosques de eucaliptos, los animales únicos como los koalas y canguros, y sobre todo, la cultura aborigen, que guarda una sabiduría ancestral sobre la vida, el tiempo y la naturaleza. Australia representa para mí aventura, libertad y descubrimiento. Un lugar donde podría perderme para volver a encontrarme, donde cada rincón es una historia esperando ser vivida. 

MI HOMBRE IDEAL Mi hombre ideal Mi hombre ideal tiene una presencia que enamora desde el primer momento. Su piel trigueña resalta con un brillo cálido que invita a acercarse. Su cabello ondulado cae con naturalidad, como si cada rizo tuviera su propio encanto, y sus ojos —esos ojos— guardan una mirada que mezcla dulzura, misterio y profundidad. Es alto, de figura segura, y camina con una elegancia tranquila que no necesita llamar la atención para hacerse notar. Sus manos, delicadas y cuidadas, transmiten ternura y respeto con cada gesto. Siempre va bien vestido, con un estilo clásico y refinado que habla de buen gusto y seguridad en sí mismo. Y cuando pasa cerca, deja en el aire un aroma sutil y exquisito que se queda en la memoria, como un suspiro. Pero lo que más me enamora de él no es solo lo que se ve, sino lo que se siente: Es un hombre sereno, que sabe hablar sin gritar, que encuentra la calma en medio del caos. Tiene valores firmes, respeta a los demás y, sobre todo, siente un profundo amor por su familia. Es educado, atento, de palabras suaves y mirada sincera. Y en su corazón habita la generosidad: da sin esperar, cuida sin poseer, ama con entrega. Ese es el hombre que imagino a mi lado: un equilibrio entre lo bello por fuera y lo noble por dentro. Un compañero de paz, de ternura y de sueños compartidos. 

MIS PASATIEMPOS pequeñas cosas que me hacen feliz Soy una persona que disfruta de las cosas simples pero significativas de la vida. Uno de mis mayores placeres es salir a caminar, sentir el aire fresco en el rostro y conectar con el mundo a mi alrededor. Caminar me despeja, me inspira y me permite respirar con calma, como si cada paso fuera una caricia al alma. También me encanta mirar películas, dejarme llevar por las historias y los sentimientos que despiertan. Ya sea sola, con una manta y algo rico, o en buena compañía, el cine es mi forma favorita de viajar sin moverme del lugar. Leer es otro de mis refugios. Me apasionan los libros románticos, esos que hablan de amores intensos, de miradas que lo dicen todo y de finales que hacen suspirar. Perderme entre páginas llenas de emociones es como soñar despierta. Y claro, también valoro el arte de descansar. Saber cuándo parar, cuándo regalarme un momento de paz, una tarde tranquila o simplemente cerrar los ojos y agradecer. Estos son mis pasatiempos: momentos sencillos que me ayudan a reconectar conmigo misma y a vivir con más amor, calma y ternura. 

bEBEIDA FAVORITA No tengo una bebida favorita en específico, y en realidad, eso es lo que más me gusta. Me encanta explorar, probar cosas nuevas, dejarme sorprender por sabores diferentes. Lo que sí tengo claro es que me inclino siempre por lo dulce: esas bebidas que acarician el paladar y despiertan sonrisas. Ya sea un cóctel frutal, un batido cremoso, una limonada con un toque especial o un café suave con notas dulces, disfruto el arte de descubrir nuevos sabores que me hagan sentir bien. Cada bebida que pruebo es una pequeña experiencia, como un viaje breve hacia algo desconocido pero delicioso. Para mí, el gusto está en la sorpresa. No busco una sola bebida favorita, sino momentos llenos de sabor que alegren el alma y dejen un buen recuerdo en cada sorbo.

 HISTORIA DIVERTIDA Desde que era niña, siempre ha sentido que la vida está hecha de pequeños momentos: una caminata tranquila, una tarde de películas, una página de un libro romántico que le hace creer que el amor —el de verdad— sí existe. No tiene una bebida favorita, porque lo suyo es explorar. Le gustan los sabores dulces, las sensaciones nuevas, y todo lo que la haga sonreír sin razón. Disfruta del aire fresco, del silencio bonito, y de esos espacios donde puede simplemente ser ella misma, sin tener que explicar nada. Cree en los detalles: en un buen perfume, una mirada que lo dice todo, y unas manos que saben tocar con ternura. Tiene claro el tipo de amor que busca: uno tranquilo, lleno de respeto, con un hombre sereno, elegante, que valore a su familia y sepa dar sin miedo. Aún no ha llegado, pero no tiene prisa. Prefiere seguir viviendo, aprendiendo, y soñando con un destino donde el amor y la calma se encuentren. Mientras tanto, lee novelas, se enamora de paisajes, y guarda sus ilusiones con cuidado, como quien sabe que lo mejor todavía está por llegar. Y cuando llegue… seguro será una historia digna de contarse. 

MIS FANTASIAS

Sueño con cielos infinitos, con hacer el amor entre nubes y estrellas, en la intimidad de un avión, donde el tiempo se detenga y solo existamos él y yo, fundidos en un vuelo sin destino, con el deseo como piloto y el amor como único idioma. Imagino también caricias lentas, sobre una piel perfumada por aceites suaves, masajes que no solo tocan el cuerpo, sino que despiertan la energía que duerme en lo profundo. Su tacto firme y sereno, mi entrega delicada y ardiente. Un ritual sagrado entre lo masculino y lo femenino, donde la pasión no se apura, sino que florece, como el fuego que se enciende lentamente, pero arde con más fuerza. Así son mis fantasías: espacios donde el cuerpo y el alma se encuentran, donde el amor se hace arte, y donde el deseo se vive con ternura, con fuego, y con verdad. * Fantasía entre vino, deseo y espuma Imagino una noche de luces tenues, una cena romántica, copas de vino que brillan como promesas, miradas que se encuentran sin palabras, y una complicidad que crece en cada sorbo. Después, como en un suspiro, un hotel lujoso nos espera, con sábanas suaves, silencio cómplice, y el aroma de algo que apenas comienza. Nos sumergimos en un jacuzzi tibio, el agua acariciando nuestros cuerpos, mientras las burbujas juegan con la piel y el deseo se mezcla con la calma. No hay prisa, solo presencia. Tus manos recorren lentamente mi cuerpo, mi alma responde sin palabras. Y en ese instante, entre el calor del agua y el calor de tu mirada, hacemos el amor… como si el mundo se hubiera detenido para vernos amar. Así sueño algunas noches: con el placer que nace del cariño, con el fuego que se enciende desde la ternura, y con un hombre que me mire como si yo fuera su deseo más secreto y su paz más profunda.

 MIS FETICHES * Hay una parte de mí que ama lo sofisticado, que encuentra en la elegancia masculina una forma irresistible de atracción. Me fascina un hombre que se viste con estilo, que camina con seguridad, y cuya presencia habla antes que sus palabras. Yo, por mi parte, me entrego al arte de lo sutil. Me gustan las medias de nylon, como un secreto suave que recorre mis piernas y guarda promesas bajo la tela. Guantes de encaje cubren mis manos como un gesto de misterio, como si mi piel estuviera reservada solo para quien se atreva a descubrirla con paciencia y deseo. La lencería —siempre de encaje— no es solo ropa interior para mí; es una declaración, una forma de habitar mi sensualidad con elegancia, con esa mezcla entre lo dulce y lo atrevido que no necesita alzar la voz para encender el fuego. Y cuando llega la intimidad… me gusta que tenga ritmo, que tenga contraste. Me gusta que haya fuerza, pero también caricia. Que haya pasión intensa, pero envuelta en ternura. Un equilibrio entre el deseo que arrasa y el amor que abraza. Así son mis fantasías: hechas de telas delicadas, miradas profundas, y un deseo que no teme mostrarse, porque sabe que el verdadero erotismo nace cuando el alma y el cuerpo bailan en el mismo compás. * una confesión elegante Hay un rincón de mí donde la sensualidad se viste de encaje y susurra en voz baja. No necesita gritar ni mostrarse de golpe, porque sabe que el verdadero deseo es un arte, una ceremonia delicada que se cultiva con elegancia, intención… y un poco de misterio. Me encanta un hombre que se presenta con estilo, de esos que huelen bien antes de hablar, que cuidan su presencia, su forma de caminar, su voz baja, su mirada firme. 

Un hombre elegante, no solo por su ropa, sino por la forma en que trata, en que cuida, en que observa. Yo también me visto para ese ritual, no para cualquiera, sino para ese encuentro donde lo estético y lo íntimo se entrelazan. Amo las medias de nylon, esa caricia suave que me abraza las piernas y me hace sentir deseada antes de ser tocada. Adoro los guantes de encaje, porque cubren lo que más deseo dar, y porque el roce del encaje guarda una promesa aún más intensa que la piel desnuda. Mi lencería favorita no es vulgar, es un poema que se lee con las manos. Encaje negro, tal vez rojo, delicado pero insinuante, dibujando sobre mi cuerpo un mapa de seducción para quien sepa explorar con paciencia y fuego. Y cuando llega ese momento, cuando la intimidad deja de ser un juego y se vuelve un lenguaje, quiero que me amen con fuerza, pero también con calma. Quiero sentir el contraste entre la pasión que me envuelve y la ternura que me sostiene. Una entrega intensa, sí, pero también profundamente suave. Como una tormenta que sabe cuándo volverse lluvia fina. No busco un amor cualquiera. Busco un hombre que entienda que mi deseo es arte, que mi cuerpo es templo, y que mis fetiches son puentes hacia una conexión que va más allá de lo físico. Y mientras ese momento llega, me sigo vistiendo de encaje, me sigo soñando entre fantasías bellas, y sigo guardando cada parte de mí como un regalo que se abre solo con manos delicadas y alma profunda.