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Era Isam, el jardinero de la urbanización, y Gwen se despidieron con un largo beso antes de que ella entrara a la casa y se encontrara con Claudia en la puerta. Gwen tomó la mano de Claudia y la hizo entrar de nuevo. "Ven aquí, putita", Gwen acorraló a Claudia contra la pared y la besó en los labios. "Gwen, por favor, no tengo tiempo. Tengo que ir a buscar a Leo y esto tiene que acabar. Soy tu jefa y tú eres una empleada", dijo Claudia. "He estado pensando en ti todo el fin de semana mientras follaba", respondió Gwen. Claudia intentó apartarse de Gwen, pero esta insistió y la besó de nuevo, introduciendo su lengua. "Vamos a ver cómo tienes el coñito", Gwen desabrochó el botón de Claudia y bajó la cremallera de sus pantalones. Su mano se deslizó por debajo de sus bragas. "Gwen, por favor, respétame... es mi casa", suplicó Claudia. El dedo de Gwen llegó a la raja de Claudia y la recorrió de abajo a arriba. "Tienes el coñito mojado... Qué guarra eres", Gwen introdujo su dedo en el coño de Claudia y comenzó a moverlo intensamente. Claudia gimió fuertemente y abrió sus piernas, abrazándose a Gwen y besándola. Gwen seguía moviendo su dedo dentro de ella. "Córrete, putita... Quiero que te corras para mí", dijo Gwen. Claudia no pudo contenerse y se corrió abrazada a Gwen. "Voy a cambiarme las bragas y luego iré a buscar a mi hijo", balbuceó Claudia. "Quiero que vayas así, con las bragas mojadas. Así te quedará claro que eres mi putita", respondió Gwen. Claudia salió y fue a buscar a su hijo sin cambiarse las bragas. Cuando llegaron a la estación de autobuses, Claudia no se bajó del vehículo. Su hijo entró y se dieron un beso. "¿Cómo te ha ido, mamá?", preguntó él. "Bien, muy tranquila. Pasé todo
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...El fin de semana Claudia acompaño a su hijo y se paró a cenar con unos compañeros de trabajo y volvió a su casa, Gwen la estaba esperando en la cocina con su amigo Isam el jardinero de la urbanización, era un chico muy joven de unos 25 años y de complexión fuerte Claudia se quedo un poco aturdida. - mi amigo quiere conocerte… dijo Gwen Isam sonrió a Claudia y se tocó el paquete Gwen se puso detrás de Claudia y Isam delante y Gwen le paso las manos por debajo de el jersey para quitárselo y Claudia se revolvió y intentó zafarse de ellos pero gwen la sujetaba por detrás y Isam la agarró con fuerza y la abofeteo, Claudia se quedo mirándolo desafiantemente, mientras gwen le desabrocho el sostén y empezó a masajearle las tetas y le susurraba al oído - hoy vas a disfrutar mucho putita - por favor Gwen dejadme no quiero… te lo suplico Isam le quitó el jersey y el sostén y Gwen le masajeaba los pezones y Isam se bajo los pantalones y se saco su polla - mira que polla tengo para ti Claudia miró la polla de Isam, era las más grande que había visto, mientras Gwen la besaba por el cuello y le pellizcaba los pezones - que tetas tiene la muy guarra… dijó Gwen Isam asintió con la cabeza y las caricias de Gwen empezaron a surtir efecto y Claudia suspiraba. Isam cogió las manos de Claudia y las llevo a su polla, Claudia giraba la cabeza para mirar a Gwen - te lo suplico no me hagas esto… Le pidió Claudia a Gwen llorando… Isam empezó a acariciarle las tetas a Claudia y le masajeaba los pezones - como se le están poniendo las tetas… que buena esta tu jefa…le dijo Isam a Gwen… ¿ qué quieres que haga con ella ? - quiero ver cómo te la follas… su marido no la follaba en condiciones Claudia miraba a Isam y negaba con la cabeza y estaba excitando por momentos, sus manos ya le estaban masturbando la polla de Isam, mientras Gwen la besaba por el cuello y le arañaba las tetas - mira como se está calentando… tiene ganas de follar… dijo Isam Claudia estaba muy excitada sus pezones erguidos la delataban Isam la hizo agachar y le pasó la polla por en medio de sus tetas y le agarró la nuca y le llevo la polla a la boca, Claudia le suplico que no lo hiciera, pero Isam se la metió en la boca - que boca más caliente tienes putita Claudia gruñía pero Isam la agarraba por la cabeza y Claudia le golpeaba el pecho con las manos Isam le saco la polla de la boca y la abofeteo - vas a chuparme la polla bien chupada putita Isam le volvió a meter la polla en la boca y Claudia la agarró con las dos manos y empezó a chupársela, Gwen la soltó y observo como Claudia le estaba haciendo una mamada a conciencia, Isam sonreía - muy bien … chúpamela así… te gusta mi rabo guarra Gwen la descalzo y empezó a desabrocharle los pantalones - mírame mientras me la chupas Claudia obedeció y miraba a Isam mientras se metía toda la punta de la polla en la boca - dame con la lengua en la punta Claudia le daba lametones en el glande mientras miraba a Isam y le agarraba la polla con dureza y cada vez la tenía más dura - ponsela bien dura… para que te folle bien duro… le susurró Gwen al oído - como la chupas putita… te gusta una buena polla…chupa todo lo que quieras Gwen ya le había bajado los pantalones y metío la mano por debajo de sus bragas - tiene el coñito muy mojado… quiere follar… está muy caliente Isam levantó a Claudia la beso y se dieron la lengua - llévame a tu habitación putita quiero follarte Claudia miraba avergonzada a Gwen y a Isam,
estaba muy excitada y agarro a Isam por la polla y lo llevo a su habitación…toda una declaración de intenciones y cuando llegaron a la habitación Gwen la beso y le lamió los pezones - como te vas a poner de follar esta noche guarra… le dijo Gwen Claudia la miro morbosamente - me estas volviendo muy puta… yo no soy así… pero estoy muy caliente Gwen estaba sentada en la cama y abrazaba a Claudia que estaba de pie y le agarraba las tetas y le mordía los pezones y le pasaba los dedos por la raja de él coño y le metió un dedo por el culo - quieres que te vuelva una puta - haz una puta de mi esta noche Gewn estiró a Claudia encima de la cama, le abrió las piernas y empezó a comerle el coño, le abría los labios de él coño con los dedos y le soplaba en el clítoris y luego lo lamía con vigor, Claudia gemía fuertemente - te gusta que te coma el coñito gordita - me encanta como me comes el coño… me vuelves loca Gwen le lamía el clítoris con la punta de la lengua - cómete mi coño… quiero que hagas que me corra Isam miraba la escena morbosamente y se puso de rodillas al lado de la cara de Claudia y esta le agarró la polla con la mano. - dame tu polla… me gusta chupártela Claudia se llevo la polla de Isam a la boca y empezó a chupar, mientras Gwen la estaba llevando a su primer orgasmo de aquella noche, se corrió y soltó un grito mientras agarraba la polla de Isam con dureza - ya la tienes bien lubricada… dijo Gwen Isam le paso la mano por el coño a Claudia mientras esta se llevaba la polla otra vez a la boca - fóllame ahora - quieres que te folle guarra Claudia se abrió de piernas y Isam le pasó el glande por los labios de el coño, Claudia solto un grito y Isam volvió a pasar el glande otra vez por encima de él clítoris - no aguantó más fóllame ahora mismo moro Isam la penetró salvajemente y le sacaba la polla y la volvía hincar profundamente, Claudia gritaba de placer -te gusta que te la meta así guarra - fóllame bien follada… mi marido no tenía lo que tienes tu… dame tu polla Isam se puso de rodillas y empezó a follarla con profundidad - tienes el coño muy estrecho… te lo voy a abrir bien abierto - No pares de follarme… como siento tu pollón… me vas a destrozar, pero fóllame Isam la follaba con intensidad, era un follador experto y sabía que delante tenía una hembra muy caliente y insatisfecha y la agarró de las tetas y con los dedos le masajeaba los pezones, Claudia se retorcía de placer - me gusta follarme mamas fustradas como tú, si tu marido no te daba lo que necesitas ya te follo yo Claudia se corrió salvajemente y Isam saco la polla de su coño y un chorro de liquido se escurrió por encima de las sabanas, Isam la bajo de la cama y la puso con los pies en el suelo y la barriga y encima de la cama, la agarraba y se sujetaba por las tetas y la volvió a penetrar profundamente otra vez, Claudia soltó un grito y empezó a gemir fuertemente y patalear, Gwen se puso delante suyo y le levantaba la cara y la besaba - te gusta cómo te esta follando… dijo Gwen - nunca me han follado así… que polla que tiene Isam le agarró las nalgas y la penetraba profundamente - como me gusta follarte gordita… vaya culo que tienes Isam le daba cachetes en las nalgas y Claudia soltaba gritos de aprobación, Gwen le pellizcaba los pezones y Isam la follaba con fogosidad, Claudia se desgañitaba gimiendo Gwen beso a Isam en los labios - Fóllala bien follada… le dijo gwen a Isam - te la voy a dejar bien follada a la gordita de tu jefa Claudia no podía soportar más placer y los ojos se le ponían en blanco y se volvió a correr, Isam la agacho y le puso la polla en la boca -chúpamela guarra… quiero correrme en tu boca Claudia negaba con la cabeza - no quiero que te corras en mi boca Isam le metió otra vez la polla en la boca y se corrió dentro de la boca y en toda la cara de Claudia que se quedo extenuada en el suelo, Gwen se sentó a su lado y la beso y compartieron la leche de Isam - me estas volviendo muy puta… le dijo Claudia... CONTINUARÁ...
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--ANÓNIMO
Así empezaron nuestras conversaciones sin mucho que decir, pero sabiendo que estábamos bien. Yo pensaba dentro de mi que había algo de interés. No quería ilusionarme porque no sabía a dónde íbamos a parar. Aunque yo seguramente si tenía pensado el estrellón que me esperaba. A mediados de junio hacía mucho mucho calor, no daba más si no para estar en ropa interior y si se podía completamente desnudo. Trabajas hoy? Pregunto Camila, usualmente ella sabía que los domingos si trabajaba. Pasé por la tienda y no te vi. Me volvió a escribir sin esperar respuesta. Yo ya me había resignado que no iba a pasar nada más porque en las últimas conversaciones que teníamos no era nada más que algo de amigas, un interés más bien vago. Hasta algo formal y ya sentía que no había nada que mas decirnos. No, me tome el día libre, por? Le pregunté y se me hizo raro que pasara por la tienda porque ella no tenía que cruzar esa calle para llegar al bakery. Tenía ganas de verte. Me contestó Yo casi me muero, me palpitaba rápido el corazón y no me pensé que fuera a decir eso ni en mil años. Entonces, procedo a recogerte en cuanto lo desees. La procedencia de esta situación, ni siquiera yo la anticipaba. No acostumbro a llevar a nadie, pero si así lo deseas, me respondió. Podría haber aceptado de inmediato y caer en el ciclo interminable de preguntas y respuestas. Por supuesto, no hay inconveniente, ya sabía que vivía en Jersey. Aún no comprendía cómo me estaba dejando llevar por todo esto. Disfruté el día en el baby shower de una amiga, anticipando lo que vendría, imaginando el beso más apasionado y esperado. Solo me sonreía con esa sonrisa que me podía bajar al infierno si ella quería. Bueno, donde es que vives? Pregunte pero yo ya sabía esa respuesta, al menos la ciudad en la que vivía. Tampoco estaba tan stalker. Jersey, ya te doy la dirección. En menos de media hora ya habíamos llegado a su casa, el trayecto no me pareció largo y nos ayudó a conocernos mejor. Fue la conversación más extensa que habíamos tenido, ya que en los chats era aburrida y monótona. - Parece que hemos llegado - le dije, y ella ya tenía las llaves en la mano. Me miró con esos ojos café claro que eran una distracción hermosa, sonrió de lado y se acercó lentamente. Me dio un beso en la mejilla y me miró a los ojos. - Avísame cuando llegues, ¿sí? - No me dejó ni siquiera contestar, se bajó rápidamente y cerró la puerta. Me quedé atónita y solo pensé: "¿Qué demonios? No es que estuviera esperando algo (aunque sí).". Alcancé mi vape que estaba justo al lado y le di tres caladas para tratar de relajar la molestia que sentía, que además no entendía por qué me sentía utilizada. ¿Era la palabra o por tonta? Ya me costaba entender lo que ella provocaba en mí. No pensé más. Arranqué y seguí mi camino. Después de esa noche, no puedo negar que el coqueteo se había incrementado un 50% desde que nos conocimos. Sé que íbamos por buen camino, lento pero seguro. Agosto estaba caluroso y mucho más caliente que yo, solo podía pensar en Camila, en todas las posiciones posibles. La encontraba extremadamente... ¿sexy? Camila no era muy alta, morena y de piel canela, con el cabello negro por debajo de los hombros, muy hermosa. Sus ojos café claro parecían miel cuando los veías al sol. Sus labios eran muy sexys y rellenos, siempre rosados, y en el lado derecho de la comisura de sus labios tenía un lunar que era mi perdición y probablemente la de muchos. Era delgada pero bien proporcionada, con un buen busto y un trasero que valía la pena mirar. Sus piernas también eran delicadas y siempre tenía las manos bien arregladas. Aunque no me gustan los colores oscuros en las uñas, en ella me volvían loco, eso era seguro. Su sonrisa, con dientes perfectamente rectos y casi blancos. Siempre vestía de negro, supongo que por trabajo. Solíamos usar zapatillas similares, misma marca y estilo pero de diferente color. Por mi parte, tengo la piel blanca, no soy muy alta, tengo ojos cafés y cabello café con destellos rubios. A pesar de nuestras diferencias, los opuestos se atraen. Le había dicho a Camila que pronto tomaría vacaciones del año. Estaba emocionada, necesitaba una semana para hacer todo lo que no había hecho en el año. No tenía planes de salir de la ciudad, pero el simple hecho de descansar ya me emocionaba. Era viernes por la tarde y tenía planes con mis amigas, quería verlas y contarles todo lo que me estaba pasando con esta chica. Ellas ya tenían algo de conocimiento sobre lo que me estaba pasando, pero definitivamente no sabían los detalles. Ese viernes teníamos planes de tomar unas cervezas en el bar al que solíamos ir. Así que nos encontramos alrededor de las 6 de la tarde, con la intención de regresar temprano a casa según lo planeado. Comenzamos a beber, una ronda tras otra, y luego otra más. Lo siguiente que supe es que ya habíamos pasado más de cuatro rondas de cerveza y el plato de alitas estaba completamente vacío. Todavía no había mencionado mi tema porque estábamos escuchando a María contarnos sobre sus dos relaciones amorosas. Aunque pasé toda la tarde enviando mensajes de texto con Camila, y más ahora que había tomado algunas copas. Seguramente estaba reuniendo valor para preguntarle qué íbamos a hacer con todo lo que estaba sintiendo, porque estaba más que lista para lo que fuera a suceder. Eran alrededor de las 12 o la 1, no recuerdo bien, y me lancé como una niña pequeña. - Estoy con unas amigas en un bar, ¿debería contarles sobre ti? - le pregunté con una sonrisa burlona. No creo que sea una buena idea, al menos espera a la próxima ronda. - me respondió, y estoy segura de que tenía la misma sonrisa que yo (obviamente, la más convencida). Pues es ahora o nunca. - le dije, aunque en realidad solo quería asegurarme de que ella supiera que yo estaba completamente fuera del armario. Parece que las cervezas están haciendo efecto, ¿no crees? - me respondió rápidamente, asegurándose de que mis amigas estuvieran al tanto de lo que estaba sucediendo. Yo solo me reía y no lo tomaba muy en serio, pero ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que sí lo era. Bueno, sí, un poco. Además, también quiero saber si vale la pena seguir hablando contigo o si ya debo retirarme. Le dije sin pensarlo porque era ahora o nunca y la espera ya me estaba cansando. ¿Y tú qué quieres hacer? Me preguntó y yo sentía que la quería tener enfrente solo para mostrarle lo que yo quería hacer. La verdad es que me gustaría saber si finalmente estamos en la misma página, porque no quiero ser solo amigas. - Definitivamente todo era culpa de la cerveza, ya había perdido la cuenta de cuántas llevaba. Es que sí es raro, no sé. Siento que me atraes, mejor dicho, que me gustas, pero no sé. Soy nueva en esto. Yo estaba en el cielo, volando o al menos alcanzando el cielo con mis propios dedos. Dios mío, me levanté de la mesa y les dije. - También le gustó. Mis amigas no entendían de qué estaba hablando, aunque claramente lo podían deducir porque toda la tarde estuve en el teléfono. Bueno, ¿por qué no nos vemos? Le dije y sabía que en mi estado medio ebrio no iba a poder llevar las cosas a ningún lado. Sí, tú dime. ¿Tomamos algo, no? Fue el último mensaje de la noche gracias a mi teléfono que decidió morirse en ese preciso momento.
“DÉJAME SER EL LOBO” Alberto Ruy Sánchez
Desde el lado obscuro de tu piel me iluminas. Déjame ser el lobo —sombra de sed y perro y hambre— que entra en la noche de tu cuerpo con pasos húmedos, titubeantes, por tu bosque incierto —tu olor a mar me guía hacia tu oleaje— para tocar adentro la luna creciente de tu sonrisa. Déjame conocer —con lengua incluso— la obscuridad más honda, la más callada, e invocar con movimientos repetidos, rituales como aullidos, la luna llena de tu cuerpo, la que me lleva a ti como si fuera yo, en tus manos, agua que conviertes en marea iluminada. “AMOR DE FRUTAS” Gioconda Belli Déjame que esparza manzanas en tu sexo néctares de mango carne de fresas; Tu cuerpo son todas las frutas. Te abrazo y corren las mandarinas; te beso y todas las uvas sueltan el vino oculto de su corazón sobre mi boca. Mi lengua siente en tus brazos el zumo dulce de las naranjas y en tus piernas el promegranate esconde sus semillas incitantes. Déjame que coseche los frutos de agua que sudan en tus poros: Mi hombre de limones y duraznos, dame a beber fuentes de melocotones y bananos racimos de cerezas. Tu cuerpo es el paraíso perdido del que nunca jamás ningún Dios podrá expulsarme.
Tu belleza me deslumbra y tu juventud me embriaga. Cada vez que pienso en ti, mi deseo crece. Tus ojos son mi perdición y tus labios, mi tentación. Mi cuerpo anhela el tuyo, y mi alma suspira por tus caricias. Eres mi fantasía hecha realidad...
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