Hello, sweetie! I am the woman that will make you smile and sigh in equal parts. I am outgoing and always looking for laughter and good company. My world revolves around techno music and the art of dancing with passion.
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Voy empezar diciendo que no sabía cómo terminaría que me gustaría por ahí. Para que se hagan una idea de cómo soy físicamente, mido 1.69m , de piel clara, senos medianos y cintura algo estrecha, hasta ahí mis características son normales ...pero si ven mis caderas y mi culo, hay diferencias notables. Generalmente esa zona de mi cuerpo llama la atención porque soy quebrada y cuando he caminado por la calle ha sido objeto de miradas y obscenidades...mi novio sabe eso y aunque al principio le incomodaba , luego se sentía excitado que me vieran con el de la mano...tal vez nunca entenderé cual era su psicología, pero con el tiempo lo fui averiguando... Mi novio y yo teníamos un tiempo de relación , cogiendo como conejos por todos lados, me considero una mujer ardiente cuando mi pareja sabe tocarme y llevarme al límite y Andrés fue el que más me invitaba a serlo. Un día salimos del gym, entrenamos juntos cada vez que podíamos, el hacía su rutina y yo la mía, ese día era soleado así que me salí con un short pegado de gym y un top que cubría adelante, encima de todo eso un polo largo que cubría mis partes porque me avergonzaba que me vieran así pese a mis atributos, pero ese día mi novio me dijo que me dejar ver, al principio no quise pero me dijo que deseaba verme así entrenando porque le gustaba y le excitaba, eso me rompió la cabeza y accedí. Salí de mi casa vestida así, durante el camino había miradas de todo tipo, normalmente las personas no disimulan, y algunos hombres sin descaro alguno, me miraban el culo. Llegué al gym y ese día me tocaba rutina de piernas, mi novio igual con esa rutina; cuando me vio llegar me salido con un beso en la boca y me dijo al oído "así vestida te voy atender más tarde ", solo atiné a reírme y decirle a que se refería, la verdad solo pensé que jugaba a excitarme. Luego de terminar cada uno nuestra rutina, nos dirigimos al estacionamiento del gym, y como era en un sótano teníamos que bajar los ascensores...durante el trayecto el me agarraba de la cintura como de costumbre pero esa vez bajaba su mano por mis nalgas, como sobando las.Ya en el ascensor, como no había nadie, me da un beso más intenso y me agarra las nalgas dándole palmadas , le digo que aquí no (el quería cogerme en ese rato) y nos calmamos para salir tranquilos del ascensor. Abrió la puerta del carro, subí , el igual por el lado del piloto, y me dijo: "ya no aguanto verte así de rica, ven chupamela" y eso hice, me dirigí a su pene y pase a bajarle el short, la verdad que hacerle un oral a él me fascinaba...me prendió más al decirme "quédate sin top y chupame con tus tetas al aire" y eso hice, me ayudó a sacarme el top y mis tetas salieron como resortes de la opresión, las miro un rato, me pellizco los pezones y me dijo sigue chupandome el pene, continúe. Subía y baja mi lengua por todo su pene, me concentraba en el glande que era su zona más sensible, y chupaba o succionaba hasta topar con mi garganta todo su miembro. Como el auto era de lunas polarizadas, felizmente no se veía tremendo espectáculo jajajjajaj le dije que mejor pararamos porque los vigilantes podrían vernos pero el no le importaba, y yo accedí, ya cuando me dijo " pasate para los asiento de atrás", presentí que me quería dar por mi conchita y obedecí . El me siguió para esos asientos, y reclinó los de adelante para tener más espacio , como tenía mis tetas descubiertas , en esos asientos pudo chuparlas mejor, que hombre para deborarme así ....era muy rico.Con su otra mano empezó a tocarme la conchita por encima del short de licra ya mi vagina se encontraba mojada y se formaba una V por los labios gruesos que tengo allí, sus dedos se deslizaban delicioso y los gemidos se me salían más. Nuevamente le decía que se detenga porque mis gemidos eran fuertes y podía escucharse afuera del auto ... pero no me hizo caso y me tapó la boca con una mano, más me prendía, me tenía con sus dedos en mi conchita sobandome por encima de la licra y ahogando me en mis gemidos, le decía" mmmmm ya para", pero el movió más sus dedos y ya salían mojados, encima de esa licra que pareciera que no tenía nada, mientras yo lo masturbaba más todo el pene que lo tenía babeando en mi mano. Me dijo " no te saques la licra y volteate" , me puse en 4 y le saque más el culo... inmediatamente me rompió el short por el lado de mi concha y estuvo dedeandome buen rato en esa posición..le dije que deseaba su pene dentro mío... pero no me hacía caso. Ya con todos mis jugos chorreando le la mano, empezó a subir sus dedos por la hendidura de mis nalgas, le dije que haces? Y me dijo"solo será un dedo" , accedí temerosa porque nunca me habían dado por allí... Como sea sus dedos querían explorar mi culo, abrió más mis nalgas y empezó a meter sus dos dedos mojados de mis jugos por la hendidura de mi culo.No negaré que todo me pareció raro pero rico, y baje mi mano a mí clitoris para ayudarme a tocarme más , mientras me tenía así en perrito me soltaba frases como " empinate más perrita" "sacame el culo" "que rico lo que me voy a comer" Sus deditos fueron entrando poco a poco, la yema de su dedo medio tocó mis pliegues anales,me incomodaba un poco pero le decía que siguiera...mmmm amor sigue por favor"...mi anito comenzaba a ser receptivo con ese dedo y lo metió todo. Andrés continuaba en su faena de dilatación anal, ya con un dedo adentro metiendo y sacando, me empecé a correr más por mi concha. Luego metió otro dedo más, mi anito estaba como un nudo de globo estirandose rico...metía y sacaba sus 2 dedos despacio y luego rápido. Ya mi cuerpo cayó con mis tetas encima de los asientos y mi culo se movía mientras la dilatación anal era más intensa. -mmmmmm amor ya no aguanto, me quieres dar anal no? -,si, pero quiero ese ano bien dilatado para recibir mi pene, me decía Hasta que se acomodó y saco su pene por encima de mis nalgas y empecé a frotarle con la cola y me abrí las nalgas para que vea mejor mi anito dilatado por sus dedos. Continuará... .
Me abrí las nalgas para que vea mi anito dilatado por sus deditos , el ya tenía su pene afuera listo para introducirme la punta, seguía en cuatro expectante de su próximo movimiento, en eso me dice: "Quiero una foto con todo ese panorama tuyo en esa posición, voltea a ver para mí" Me tomo varias fotos y un vídeo con mi anito dilatado de sus dedos. No saben cómo me prendía más la situación, saque el culo en pompa y voltee a verlo, no se que cara habré puesto en ese momento que Andrés me jalo de los pies y me dijo: " eso perrita, te gusta exhibir el culo, ahora vas a saber lo que es bueno", como el ya tenía el pene afuera , empezó a frotarlo entre mis nalgas desde la superficie y como soy nalgona no entraba mucho así que me empezó abrir el culo con una de sus manos, mientras su pene exploraba más mi zona trasera. Los vidrios ya se habían empañado, y aunque tenía nervios de que los vigilantes nos encontrarán en plena faena anal, no nos importaba...en eso Andrés me la pone en mi culo y me dijo: "Ese nudo de globo que tienes en el culo es mío no perrita?" Le dije: mmm si es tuyo, merece su atención. Y empezó a meter la punta del pene, e inmediatamente mi cuerpo reaccionaba diciendole:" ayyy noo quédate ahí, mmm despacito amor Mi anito está de estreno para ti " El aceleró un poco más y ya tenía medio pene en mi nudo de globo o mejor dicho, empezó lo que sería su obsesión anal...Solo escuché a decir: mmmmm está apretadito., mmm que rico" . Mientras entraba la mitad y mis nalgas se comían parte de su pene, por mi parte meneaba en círculos mi culo para que todo su pene entre por completo y eso lo prendió más, me tomo de las caderas y sentía su embestida... me ardía más pero era también una sensación de deseo y dolor. El decía: mmmm que rico me cojo a esta perra por atrás! Mientras yo gemía en cuatro, sus embestidas se aceleraron y ya mi anito se comía todo. Como la licra estaba rota por mi conchita, el short lo termino de romper para verme mejor las nalgas como se hundía su pene y se perdía en cada arrimon, el solo atinaba a darme con su pene , cada embestida más fuerte que la anterior, particularmente mi cuerpo se fue adaptando a ese dolor y empecé a gemir más : mmmmmmm ay qué rico me das papi, más duro mientras él me respondía:" mmm te voy a reventar el culo ,las veces que quiera" Como mis gemidos ya eran fuertes, me tapaba la boca , lo cual me hacía excitar más,el estaba hecho un toro, así en 4, no se detenía y mis tetas se balanceaban en cada estocada anal... bajé una de mis manos a mi conchita y me encontraba empapada...no podía creer que el sexo anal me estaría gustando demasiado. Seguimos en esa posición por unos minutos más y luego me pidió que lo monte. Me dispuse encima de él, me separo las nalgas y con mi mano derecha tomé su pene y busque meterlo a mi anito, hasta que en un movimiento ya me tenía ensartada por allí. Su boca bajo a mi cuello y así dandome besos y tocando una de mis tetas, empecé con mi montada anal, se sentia tan rico...,mi novio me amasaba el culo y con sus manos abría más para que su miembro entre todo más rico. Andrés se prendió más y decía Mmmm que rico culo tienes y como te encanta por ahí no perra? Y yo : mmmmm siiii ....sigue mi amor,que rico como me encanta tu pene ahí Mis tetas en posición quedaron listas para ser chupadas y mientras su pene entraba más a mi anito, su lengua me lamía mis pezones, sentía su pene cada vez más duro y ahí fue que me dijo: Quieres tú leche? , yo pensaba que lo daría a mi boca, y le dije: siiiii papi en mi boquita?? , a lo que el respondió: no perrita, aquí en tu anito te lo llenaré. Me siguió dando por el culo mientras mis movimientos iban subiendo su excitación me soltó: mmmmmmmm ayyy aquí tiene tu leche perrita, y poco a poco sentí que su semen inundaba mi anito hasta que se salió su pene,me volví a poner en 4 y me hizo enseñarle como quedó mi culo. Sacó su celular, me pidió abrirme las nalgas y tomó fotos como recuerdo de la primera vez que me dió por el culo.
Me gusta ser coqueta y tener las miradas de los hombres y ver como las novias o esposas se incomodan con mi presencia. Esta noche iba dispuesta a divertirme con dos de mis amigas, yo usaba un vestido rosa de brillantes, corto y ajustado a mi cuerpo, con transparencias en el abdomen y escote en mi espalda, sandalias de tacón con tirantes que se ajustan en la pantorrilla, lencería de encaje rosa con transparencias en en monte de Venus. Mis amigas un poco más conservadoras con vestidos casi en la rodilla y menos piel a la vista, ellas conocen mi estilo. Cenamos y fuimos a un bar, tomamos unas copas y hablamos por varias horas, los ex novios y el amor por ser solteras y libres fue nuestro tema principal. Eran casi las 12 y una de ellas se fue a casa. Poco después se acercó un mesero que nos entrego un par de sangrias como cortesía de dos hombres del otro lado del bar. Sonreimos y las bebimos y asi ocurrio otras tres veces, hasta que se acercaron para saber si podian acompañarnos a lo cual aceptamos. Ellos eran dos hombres de 32 y 35 años altos y con un aspecto bien cuidado, el de 32 era Luis, carismático de lindos ojos claros y piel blanca, el otro era Diego de 35 moreno y con una hermosa sonrisa y espalda ancha, como nos gustan a las dos, mientras ellos nos conversaban sobre sus empleos y nos preguntaban sobre nuestras vidas, nosotras hablabamos por chat de manera disimulada. -Quiero llevarme al moreno. Me dijo mi amiga. -Entonces ataca. Respondi. La musica incitaba a bailar muy sensual y mi amiga no ocupo tiempo en invitar a su hombre de la noche a disfrutar de su baile con un toque adicional de seducción facilitado por la sangria. -Se nota que a tu amiga le gusto Luis, mira como se mueve mientras lo mira. -A él parece que tambien le gusta. -Parece ser que una pareja ha nacido esta noche. Me dijo, mientras con su mano me invitaba a bailar. Bailamos unas cuantas canciones, cada vez con mayor confianza y cercania. Cuando el ritmo lo permitia me pegaba mas y me tomaba por la cintura y sonreia. -Eres una hermosura y bailas muy bien. Me beso y sin resistencia acompañe con mis manos en su rostro el momento. Seguimos entre baile y besos cerca de media hora. Al regresar a la mesa y revisar mi teléfono encontre un mensaje de mi amiga. -Me voy a probar el objetivo, diviertete. Mi amiga y su amigo se habian ido. -Creo que estamos solos ahora, me dijo. Mientras le pidio al mesero un jarron de sangria. Entre bebidas y besos el alcohol lograba desinhibir mas nuestros roces y sentí sus dedos escalar por mi pierna y era menor el disimulo al mirar con detenimiento mi escote, esto humedecio mi ropa interior y me lleno de deseo. -Podriamos ir a un lugar mas privado como mi departamento, llamaré a mi conductor. Dijo, y con un gesto accedi. Durante el camino me besaba los labios y el cuello y solo se detenia para hablarme al oído. -Me encanta tu olor y tu figura, te quiero desnuda. Y me besaba de nuevo, yo lo dejaba divertirse porque esa escena me excitaba mientras con mi mano frotaba sobre el pantalón si delicioso bulto. Llegamos a su departamento y me llevo directo a su cama. Me acosto y sin darme tiempo de responder me despojo del vestido y de arranco la ropa interior. -Que deliciosas tetas y mira que rica rajita. Abrio mis piernas y con su lengua se encargo de mi clítoris y mi vulva con tal destreza que en poco tiempo me tenia enconvando mi espalda y apretando mis tetas mientras los gemidos se daban paso. -Ahhhh sii, asi, sigue asi, que rico, asiii ahhh, mas, mass. El seguia comiendo mi panochita mientras metía dos de sus dedos en mi cada vez con mayor velocidad. -Ahhh así, asi, papi me corro, asiii. Y salio de mi un chorro que dejo la sabana impregnada de mi. Me puse de rodillas ante su grueso aunque no tan largo miembro y lo trague de un bocado, lo lamia y escupia hasta que empezaba a escurrir por mi boca. -Eso es perrita, mama mi verga, cómetela toda. Y apresaba mi cabeza hacia ella mientras me follaba la boca. La saque y empece a follarlo con mis tetas poniendo mi lengua a disposición de cada vez que su verga llegaba a lo más alto de mis tetas. -Que rica, folla como baila mi perrita de hoy. ¿Te gusta que te diga perra? Porque eso es lo que eres, ¿cierto? -Si papi, soy tu perrita de hoy. Le decia mientras movia mis tetas alrededor de su verga. Se puso de pie y me alzo contra la pared mientras de una estocada me hundio su verga. En esta posicion todo el control era de el asi que era totalmente sumisa a los deseos de su verga, la clavaba sin parar mientras disfrutaba del rebote de mis tetas y mis gemidos. -Mira no mas como rebotan esas tetas de placer perrita ahora chupalas para mi, dale gusto a mi verga. Las agarre y las acaricie con mi lengua hasta que mis pezones llegaron a mi boca, confundiendo los gemidos con el sonido de mi boca succionandome. -Uff eres una verdadera puta, hermosura. -Ahhh siii, soy tu perrita y tu puta papi, ahhh, tu puta quiere tu leche papi. Acelero el ritmo y me puso de rodillas a lo que puse mis tetas y mi boca a disposición. -Preparate para tu leche puta, ahhh, ahhh . Y derramo sobre mi lengua y mis tetas su rico semen que comi hasta ala última gota. -Aun no acabamos esto putita, tengo mas leche para ti. Saco de un cajon un sobre dorado pequeño y me lo dio. -Bebe esto puta, te va a ayudar a lo que viene. Y obedeci. Me acosto sobre su cama, me beso y me acaricio las tetas y la vulva para luego con su boca chuparme las tetas por un buen rato mientras con sus dedos exploraba mi follada vulva. Con cada minuto me sentia mas excitada y con ganas, mis pezones estaban mas sensibles y duros y mi panochita sentia un cosquilleo cada vez mas intenso que se hacia un palpitar. Mi respiración se aceleraba y senti mas y mas necesidad de su verga. -Papi follame mas por favor. Me puso hacia abajo y se dio paso entre mis nalgas, saco un lubricante y puso una cantidad generosa en la entrada de mi culo, ahora insertando uno de sus gruesos dedos en el. -Voy a follar este culo como lo pides, perrita. Me habia dado un líquido excitante que antes habia visto en las sexshop que ahora me tenia deseando mas de el. Me puse en cuatro y me aferre de una almohada, senti de un empujon como se hacia paso esa gruesa verga en mi estrecho culo. Era doloroso porque ese grosor no habia estado dentro de mi culo pero poco a poco con movimientos lentos dejo de ser molesto para convertirse en una sensacion que me enviciaba. Me follo asi por varios minutos, yo me masturbaba mientras movía en círculos mi culo y gemia. -Que apretado y rico esta, sigue moviendote asi putita. Acelere el ritmo, segui asi y lo saqué de mi. -Ahora yo voy a follarte como quiero y sonreí. Lo acoste y me sente de espaldas sobre su erguida verga clavandola hasta el fondo, empece a cabalgarlo mientras sus manos jugaban con mis tetas. -Ahhh putita dejame ver rebotar esas tetas. Y me puse de frente mientras segui follandolo. Me apoyaba con mis pies a la cama y una mano, con la otra me masturbaba. -Papi que rica verga, a mi culo le gusta tu verga, a esta perrita le gusta tu verga. Ahhh, ahhhhh, ahhhh. Y tuve un orgasmo que saco de órbita mi mirada, salio de mi y me puso boca abajo apresando mis manos mientras me clavo de nuevo el ano. -Te gusta que te rompan perrita deliciosa, te vas a ir llena de leche. Ohh, ohh, ahhh puta, ahhh. Y descargo hasta llenarme de semen el culo hasta que su verga quedo flácida y salio de mi. Nos dormimos hasta la mañana, me metí a duchar y de nuevo follamos. Me vesti y regrese a casa. Para mi sorpresa ocurrio algo extraño. Me envio un mensaje -Espero verte pronto puta, en tu bolso hay una razon para que quieras. Me habia pagado por el sexo de la noche anterior.
Durante este tiempo, me vi afectada laboralmente, a un cambio de horarios y metodología que no me permitió estar en casa lo suficiente para seguir en forma estricta la rutina que llevaba con mi culo; si bien no falto oportunidad de darme placer mediante la estimulación del clítoris o los pezones, y alguna que otra auto penetrada anal rápida en la ducha valiéndome de lo que tenia “a mano” en el momento (como saben me gusta penetrarme mucho con objetos aparte de mi plugs y dildos varios), no he podido dedicarle a mi ano el tiempo que merece. Hace un par de semanas ya logré reacomodar mis horarios, mas que nada preocupada en retomar en forma inmediata mi estiramiento anal, así que hoy, aprovechando los últimos días de calor voy pensando como diagramar el día para disfrutar al máximo mi ojete todavía cerrado. Me dispongo como a diario a la ducha y desayuno al salir mi esposo al trabajo, mi culo sabiendo lo que viene pareciera “pedir” ser llenado, me visto con la ropa deportiva para salir a caminar, uso una remera musculosa suelta sobre un top deportivo y en la parte baja una calza deportiva negra, muy ajustada, la que cumple la función de mantener apretado mi culo ya que previamente, en el baño, donde escondo en un cajón del vanitory, con un pie sobre el inodoro abrí con mi mano lo mas que pude mis nalgas, me dispuse a insertar el miniplug 1 en mi agujero anal, el que previamente toqué y estaba completamente cerrado. Disfruto hasta la sensación del aire rozar mi agujero expuesto cuando abro mis nalgas, pareciera que la sensibilidad de toda la piel y zona cercana al esfínter se intensifica, porque siento el aire rozar mi ano, obviamente es el deseo de ser abierta que mi cerebro manifiesta de esa forma; entonces abro y cierro mis nalgas con las dos manos, recuerdo haberlo visto en tantos videos porno, mi vagina comienza a emanar calor, unos segundo juego así con esos movimientos de abrir- cerrar, siento como mi ano cada vez se afloja un poco más, y pide… quisiera sentir como esas chicas en los videos, la saliva de otra escupiendo en mi agujero lubricando los movimientos de mis nalgas, pienso brevemente con que simular esa viscosidad, pero también pienso en simultaneo que lubricara mas de la cuenta cualquier cosa que use y yo deseo salir a caminar unos seis kilómetros con el miniplug en el culo sin que salga expulsado de mi ano, sin pensarlo mas meto ese miniplug en mi boca, lo cubro de mi saliva, apunto en la puerta de mi agujero y empujo…ahhhh, lo ansiaba tanto, se siente apretado, sin demora, termino de vestirme, salgo, camino, me llena, me abre despacio, quiero ya llegar a casa y darle a mi culo algo más grueso, extrañaba abrirme a mí misma a diario. Ni bien llego, sin perder tiempo, me dirijo a mi escritorio donde en un cajón guardo el plug 2, de otro calibre, ( todos están dispersos por la casa en forma oculta pero estratégica), bajo la parte inferior de mi ropa, veo mi tanga toda húmeda, me inclino hacia adelante como un saludo oriental y saco el miniplug inserto e inmediatamente coloco el siguiente, es medio cm más grueso que el anterior así que la sensación de estirar el esfínter se nota, lo disfruto, acomodo mi ropa, me siento un ratito sobre el a descansar de la caminata, puedo notar cada una de las tres esferas que lo forman, la ultima y mas gruesa me genera muchas sensaciones, distingo hasta como mi ano la esta rodeando con sus músculos, pero recién inicia todo. Me preparo unos mates, aseo unas cosas de la planta baja, atiendo las mascotas, me dispongo a trabajar, deseo darle a mi culo un calibre mas grueso, suena el timbre y es el vecino que hace la jardinería en mi casa, lo recibo, le indico las tareas mientras sigo penetrada, el jamás sabrá que mientras le hablo mi culo está lleno. Vuelvo adentro, con la necesidad imperiosa ya de abrirme más, pienso en mi plug azul, el más querido, lo busco, bajo otra vez mi ropa, en la punta de la cama me pongo en cuatro patas, las rodillas en el borde del colchón lo que hace que mi culo quede expuesto en el aire casi colgando, mis nalgas de esa forma quedan bien abiertas, retiro despacio el plug 2 y mi culo parece no soltarlo, se resiste a quedar vacío, controlo mi esfínter con las yemas de mis dedos y es muy elástico, pongo mi dedo en la entrada de mi ano y este parece querer comerlo de lo flexible que está mi entrada, ensalivo el plug azul y lo inserto suave, al llegar a la parte mas ancha, de 4 cm, mi culo ofrece bastante resistencia, intento haciendo el típico movimiento de mete y saca en forma repetitiva y en uno de esos movimientos ejerzo más presión, una punzada de dolor muy intensa en el culo me indica que lo grueso ya paso mi esfínter, duele, este sí me hace saber que me está abriendo, me estira; bajar la escalera y sentarme sobre él frente a la pc me hace sudar, pero a la vez me gusta tenerlo, la idea es usarlo unas horas mientras trabajo y luego abrir todavía mas mi culo, saben que me encanta, cuando me levanto de mi escritorio para hacer diferentes cosas recorro con las vista rincones de mi casa, buscando que meter en mi culo cuando empiece a pedir más, hay tantos objetos de decoración, tantos envases de distintos grosores, herramientas, aún no logro decidirme… lo que si sé son las ganas de penetrarme no con dildos sino con objetos, al menos por hoy. Continuara…
Qué ganas, qué ganas de tenerte cerca, pero no estás, estás lejos y te necesito ahora. Necesito sentir tus labios, tus manos, tu lengua… El espejo del baño está empañado, apenas se ve la silueta difuminada de mi cuerpo desnudo en el reflejo. Estrujo mis pechos entre las manos, imaginando que eres tú, deseando que eres tú. Me meto bajo el agua caliente y sucumbo al deseo que crece necesitado entre mis piernas, unas ganas implacables de liberar estas ganas que tengo de ti. Mi mano baja por mi vientre y llego a mi sexo resbaladizo con mis jugos, ese caudal de humedad que surge de mi centro cuando pienso de aquella manera en ti. Exhalo en alivio torturado al frotar mi clítoris, lo refriego una y otra vez en suaves movimientos circulares, aquella sensación de placer escala poco a poco dentro de mí mientras el agua de la ducha cae inclemente sobre mi piel. Tengo ganas de saber qué harías conmigo en este momento, saber cómo tus manos recorren mi cuerpo, sentir tus labios probar cada centímetro de mi piel. Si te tuviera aquí, lo primero que haría sería besar tu boca, traspasar tus labios con mi lengua, enredarlas juntas, explorando tu boca con mi lengua. Aplastaría mis tetas grandes y suaves contra tu pecho, tus manos bajarían por la curva de mi cintura hasta aferrarse a mis nalgas, apretando mi cuerpo al tuyo, sentir la firmeza de tu erección sobre mi vientre, estremeciendo mis sentidos con la promesa de que te entierres en lo más profundo de mí, invadiendo mi calor, traspasando mis pliegos rosados y húmedos que ruegan que entres, un anhelo desesperado de que me penetres una y otra vez. Te suplicaría que chupes mis tetas, que me hagas tuya, que entierres tu verga dura en mi sexo, quiero tenerte dentro de mí. Pero aún no has llegado, ahora estoy sola, ansiando saber qué haces, preguntándome si tu también tienes este tipo de fantasías conmigo. Así que me toca conformarme con mi propia mano entre mis piernas, por ahora aplaco este deseo metiendo y sacando mis dedos de mi sexo, aplastar mis tetas contra la puerta de vidrio frío de la ducha para poder satisfacer las ganas que tengo de tus labios provocando mis picos tan sensibles. Me froto el clítoris cada vez más rápido, mis caderas ondulan al compás de mi excitación mientras me masturbo pensando en todo lo que me has dicho, todo lo que has compartido conmigo. Restriego mis tetas contra el cristal frío, mis gemidos retumbando solos contra las paredes de este baño sumergido en una nube de vapor. Estoy cada vez más cerca, mis dedos patinan perversamente entre mis piernas mientras persigo el clímax, pero me hace falta algo, quiero llenar el hambre que no le da tregua a mi sexo. A falta de ti llevo mi mano libre por la grieta de mis nalgas, arqueo la espalda y penetro mi abertura hambrienta desde este ángulo. Ahora sí, estoy tan cerca, aprieto con mis músculos internos el dedo medio e índice que meto y saco de mi raja. El cristal duro y frío tiene mis pezones tan duros, tan sensibles, que acelero mi mano derecha, presiono mi clítoris más duro, más rápido hasta que el orgasmo se desborda, se derrama de mi sexo como el vaso lleno que se cae y moja el mantel, la mesa y el suelo. Siento aquella descarga abundante de mis jugos a medida que cada músculo en mi cuerpo se contrae una y otra vez al compás del orgasmo, la liberación de aquella carga de deseo que ya no me permitía pensar con claridad. No es igual, no es lo mismo que acompañada de ti, pero es lo que puedo hacer para aplacarme… por ahora.
Últimamente, me he vuelto adicta a tocarme. Casi sin falta, cada día se convierte en una serie de masturbaciones rápidas y furtivas. No importa el momento o el lugar; mi deseo no conoce límites. Mis dedos se convierten en cómplices ansiosos, explorando mi cuerpo con una urgencia palpable. La rutina se ha vuelto tan familiar como el amanecer: en un instante, decido que es hora de tocarme, y mis dedos acuden sin demora a mi entrepierna. Un par de movimientos ascendentes y descendentes, y ya estoy empapada. A veces juego con el vaivén, otras me concentro únicamente en mi clítoris. Algunas veces alcanzo el clímax, otras veces no. Pero, sinceramente, lo único que me importa es sentirme, sin importar el resultado. Sin embargo, esa mañana desperté con un deseo distinto palpitando en mi mente. Sentía la necesidad de jugar, de tomarme mi tiempo. Sabía que me esperaba un día agitado, con doble turno en el trabajo, entrenamiento y algunos trámites en el centro de la ciudad. Decidí prescindir de las bragas durante todo el día, simplemente para ver qué sucedía. Me vestí con mi uniforme, y mientras me preparaba para ir al trabajo, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo. Los pantalones de trabajo eran lo suficientemente holgados como para dejar mi zona íntima libre y cómoda, pero con cada paso que daba, sentía cómo mi entrepierna se contraía y se humedecía aún más. Si ya me encontraba mojada a las 6 de la mañana, ¿cómo terminaría el día sin tocarme? La mañana en el trabajo transcurrió como de costumbre: momentos de mucho trabajo seguidos de pausas tranquilas. Estas últimas eran mis favoritas, momentos para sentarme y dejar que mi excitación disminuyera un poco. Cuando llegó la hora de salir, me dirigí a los vestuarios para cambiarme. Al quitarme el uniforme, noté que los pantalones estaban húmedos en la entrepierna. Los acerqué a mi rostro y confirmé lo que ya sabía: la excitación era palpable en los rastros de mis fluidos. Una nueva ola de electricidad recorrió mi cuerpo, y mis pezones protestaron, endureciéndose. Intenté ignorar estas sensaciones, me puse el nuevo uniforme y me dirigí al siguiente lugar de trabajo. Como era de esperar, pasé todo el turno con mi entrepierna empapada. Nunca me había costado tanto concentrarme en mis tareas; era como si mi cuerpo se negara a dejarme pensar. No entendía por qué el simple hecho de no usar ropa interior tenía ese efecto. Sin duda, no esperaba que fuera tan intenso cuando tomé esa decisión por la mañana. En un momento, mientras intentaba alcanzar una carpeta en un estante alto, rocé mi entrepierna con el borde del escritorio. ¡Uff, eso fue inesperado! El roce fue tan delicioso que no pude evitar repetirlo. Asegurándome de que nadie se acercara, me apoyé en la esquina del escritorio y comencé a frotarme. Un par de movimientos fueron suficientes para encenderme; me mordí la lengua para contener mis gemidos. No quería que nadie me sorprendiera en ese momento, sobre todo porque no quería detenerme. A los pocos minutos, escuché a mi compañera acercarse, así que me detuve. De no haberlo hecho, habría tenido un orgasmo justo allí, frotándome contra el escritorio con el uniforme puesto. Después de las seis horas más largas de mi vida, llegó el momento de ir al gym. Estuve a punto de no ir, pero me sentí culpable por faltar, así que fui de todos modos. Llevaba puesto un top negro que realzaba mis pechos de manera espectacular y unas mallas cortas a juego. Por supuesto, llevaba las mallas metidas entre las nalgas para lucirlas mejor, lo que también significaba que se clavaban entre los labios de mi entrepierna. Uff, si antes caminar me excitaba, ahora, con la fricción de la tela, era un placer completamente diferente y exquisito. Lo bueno de estar en el gimnasio era que mucha gente gritaba, y en cierto punto, gemía al levantar pesas. Mis gemidos, aunque fueran de placer, pasarían desapercibidos. Comencé mi entrenamiento calentando y luego me dirigí directamente a las pesas. Con cada ejercicio, sentía cómo mi vientre se contraía, mis pezones se endurecían y mi piel se erizaba. La electricidad ya no era una sensación pasajera; era constante en todo mi cuerpo. Cuando vi a un hombre extremadamente atractivo haciendo pesas frente a un espejo, supe que, si no había logrado un orgasmo en el trabajo, definitivamente lo lograría en el gimnasio. Discretamente, sincronicé nuestros movimientos. Cada vez que él bajaba, yo también lo hacía, lo que significaba que gemíamos al unísono. Probablemente él gemía por el esfuerzo físico, yo, por lo excitada que estaba. Con cada subida, la tela de mis mallas parecía clavarse más, mi pelvis se contraía aún más y mis gemidos, al principio tímidos, terminaron saliendo sin control. Una sentadilla, un gemido. Otra sentadilla, ¡oh sí! Una más, ¡ahhh! Y otra, ¡ahhh! Para la décima sentadilla, mis piernas temblaban, pero no tanto por el peso. Podía sentir cómo mi entrepierna liberaba sus jugos sin control. Dejé la barra en su lugar y me apoyé en el espejo, intentando regular mi respiración. Había sido uno de los orgasmos más intensos en mucho tiempo, y lo había logrado en plena clase de entrenamiento, rodeada de gente y sin siquiera tocarme. Lejos de calmarme, estaba más cachonda que nunca. Decidí que era suficiente juego por hoy. Necesitaba llegar a casa y darme la mejor de las masturbaciones. En cuanto atravesé la puerta, me desnudé. Apreté mis pechos con tal fuerza que se pusieron rojos. Necesitaba manos, necesitaba sentirme explorada por cada centímetro de mi ser. Continué apretándome, jugando con mis pezones, y luego me dirigí hacia la mesa, repitiendo lo que había hecho en el trabajo. Dios, se sentía tan bien. Estaba tan mojada que mis dedos encontraron su camino sin esfuerzo, deslizándose sobre mi piel húmeda y ansiosa por más. Me incliné sobre la mesa, apoyando mi torso mientras levantaba mi trasero, permitiendo que la fricción se intensificara. Mis fluidos lubricaron la entrada de mi trasero, pero mi excitación no conocía límites. Sin pensarlo dos veces, un dedo se aventuró en mi orificio trasero, y ¡oh, qué sensación tan deliciosa! Jugué durante mucho tiempo, explorando cada rincón de mi cuerpo ansioso por placer. Mi entrepierna estaba cada vez más húmeda y ansiosa de atención, así que, a regañadientes, dejé de jugar y fui a buscar el consolador realista que guardaba en mi habitación. Lo fijé firmemente en el suelo con la ventosa y me monté sobre él sin dudarlo. Entró sin resistencia, pero, para ser sincera, me sentí un poco decepcionada. Estaba tan mojada y abierta que el consolador parecía insuficiente. En ese momento, supe que era hora de conseguir uno más grande y grueso. Comencé a moverme frenéticamente sobre él, sin poder contenerme. Mis gemidos resonaban en la habitación mientras aumentaba el ritmo de mis movimientos. No podía parar de gritar, de gemir, estaba fuera de mí misma. Aumenté aún más la velocidad, y los gemidos se convirtieron en un himno de placer. Solo podía gritar y cabalgar ese consolador como si mi vida dependiera de ello. No sé cuánto tiempo estuve así, en un frenesí de placer desenfrenado, pero finalmente, sentí cómo mi cuerpo explotaba en éxtasis. Mis músculos se tensaron y temblaron en espasmos que coincidían con el ritmo de los fluidos que abandonaban mi cuerpo. Continué moviéndome sobre el consolador, a un ritmo más lento, mientras el orgasmo hacía estragos en mi cuerpo. Y aún después, completamente sensible, seguí un poco más, dejando que la inercia me llevara. Después de un rato, me levanté de esa posición y fui directa a la ducha. Después de un día como ese, necesitaba limpiarme y relajarme. El agua caliente de la ducha caía sobre mi cuerpo, relajándome lentamente después de la intensa jornada llena de excitación y placer. Cerré los ojos y dejé que la sensación reconfortante me envolviera, llevándome lejos de cualquier preocupación o tensión. Mientras el vapor llenaba el cuarto de baño, dejé que mis pensamientos vagaran por los momentos de éxtasis que acababa de experimentar. Cada recuerdo encendía una chispa de deseo dentro de mí, recordándome lo increíblemente viva y sensual que me sentía. Después de un largo rato bajo el agua, salí de la ducha sintiéndome renovada y lista para relajarme completamente. Me envolví en una suave toalla y me dirigí a mi habitación, donde me dejé caer en la cama con un suspiro de satisfacción. El día había sido una montaña rusa de emociones y sensaciones, pero ahora, en la tranquilidad de mi habitación, podía dejarme llevar por la calma y el placer que solo el autoerotismo me proporcionaba. Con una sonrisa en los labios, cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño, sabiendo que, cuando me despertara, estaría lista para empezar de nuevo, explorando sin límites los placeres que la vida tenía reservados para mí.
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