Ducha, calzoncillos, sujetador… los hábitos de los europeos

«Pépé le putois» (Pepe Le Pew), del mito a la realidad…

Encuesta IFOP / Xlovecam sobre la relación de los/as europeos/as con la higiene tras la crisis del Covid

¿Están justificados los clichés sobre la falta de limpieza de los franceses cuando se les compara con sus principales vecinos europeos? ¿Las formas de “dejarse llevar” en la vestimenta y el cuidado corporal (p. ej., no bra, no slip) observadas en Francia durante los confinamientos han resistido el regreso a la vida normal? ¿Varían mucho las prácticas higiénicas de los europeos según el país, la generación, el género o la actividad sexual?

Tras un verano abrasador que ha planteado la cuestión de un uso más racional del agua en la vida cotidiana, Ifop publica un “Observatorio de la higiene de los/as europeos/as” que permite, por primera vez, comparar los hábitos corporales y de vestimenta en boga en Francia y sus principales vecinos. Realizada entre 5.000 personas en los cinco países europeos más poblados (España, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido), esta encuesta rica en enseñanzas dibuja un panorama de las prácticas higiénicas pos-Covid en el que los franceses están lejos de aparecer como los “peores alumnos”.

Cifras clave

  1. Este estudio desmonta los clichés sobre la supuesta suciedad de los franceses al mostrar que los “peores alumnos” serían más bien sus vecinos transalpinos: solo el 53% de los/las italianos/as se lava completamente a diario, una proporción muy inferior a la observada en el Reino Unido (68%), Francia (76%), Alemania (77%) o España (82%).
  2. Con todo, la encuesta no invalida todas las ideas recibidas sobre la falta de limpieza de los franceses, ya que estos van a la cola en higiene de la ropa. Hoy, Francia es el país donde los hombres cambian menos a menudo de ropa interior a diario: 73% en Francia, frente a 82% en España, 77% en Alemania, 77% en Italia y 75% en el Reino Unido.
  3. Las mujeres, más expuestas a riesgos de infección (p. ej., micosis), son mucho más numerosas que los hombres a la hora de cambiarse la ropa interior cada día. El porcentaje medio de mujeres que cambian de bragas a diario es elevado (93% en los cinco países) y bastante homogéneo: 92% en Reino Unido y Alemania, 97% en España.
  4. Las francesas —especialmente las más jóvenes— se distinguen por una mayor emancipación de las normas de vestimenta, con un rechazo más marcado del uso del sujetador: 13% de las menores de 25 años en Francia no llevan sujetador, frente a apenas 3% en España, 2% en Italia y 1% en Reino Unido y Alemania.
  5. La higiene íntima parece muy correlacionada con el grado de sociabilidad sexual: quienes más se preocupan por su higiene suelen ser quienes tienen más parejas o más relaciones sexuales. Esto se observa claramente en la ducha diaria, que alcanza sus niveles más bajos entre quienes no han tenido relaciones en las últimas cuatro semanas (48%).

Principales enseñanzas de la encuesta

A) Un cliché a prueba de cifras: ¿son los franceses los más sucios de Europa?

1 / Solo uno de cada dos italianos se lava completamente cada día —claramente menos que españoles, alemanes o franceses— porque el bidé sigue usándose ampliamente para la higiene íntima

Aunque el mundo entero siga impregnado de clichés sobre la supuesta suciedad de los franceses, esta encuesta muestra que los “peores alumnos” serían, en realidad, sus vecinos transalpinos.

En 2022, apenas algo más de uno de cada dos italianos/as se lavaba completamente a diario (53%), una proporción muy inferior a la observada en la población adulta del Reino Unido (68%), Francia (76%), Alemania (77%) o España (82%).

Al poner de relieve una frecuencia de lavado corporal significativamente mayor en Francia (76%) que la media de los países estudiados (71%), el estudio cuestiona el estereotipo del “francés mugriento”, surgido en la Europa del siglo XVII y difundido en la posguerra por producciones culturales estadounidenses —entre otras, a través del maloliente personaje de dibujos “Pepe Le Pew” (Oscar en 1949).

El punto de vista de François Kraus: La baja tasa de lavado “completo” diario observada en Italia no es necesariamente un signo de mala higiene. Probablemente obedece a una cultura higiénica nacional específica, marcada —entre otros factores— por el uso aún muy extendido del bidé para la higiene íntima (genitales, ano), y también para pies y cabello. La diferencia entre Italia y otros países europeos podría explicarse, por tanto, por una práctica más amplia del “lavado parcial” y, en menor medida, un menor recurso al baño.

2 / Desmontar el cliché sobre los franceses no significa que no tuviera ningún fundamento

A tenor de los estudios realizados por Ifop en los años 50, la “mala higiene” corporal de los/las franceses/as de entonces estaba lejos de ser un producto de la imaginación.

En 1951, la revista Elle, dirigida entonces por Françoise Giroud, publicó una investigación escandalosa que puso de manifiesto las deplorables condiciones de higiene de las francesas, que —en plena reconstrucción— carecían de acceso a comodidades básicas (p. ej., agua caliente, cuarto de baño o ducha). En aquella época, apenas la mitad de las francesas se lavaba el cuerpo y la cara a diario (52%), y solo el 11% podía lavarse el pelo al menos una vez por semana. Los hombres quedaron fuera del estudio, pero dado que suelen mostrar menor preocupación por la limpieza, cabe suponer que sus prácticas eran peores.

Más recientemente, los confinamientos han demostrado que la mejora de la higiene corporal está lejos de ser un proceso histórico lineal.

El repliegue social —especialmente entre personas aisladas— vino acompañado de un deterioro relativo de la higiene corporal y de la vestimenta, confirmando que la gestión del propio nivel de limpieza está fuertemente determinada por la mirada ajena sobre la apariencia.

Con todo, esta nueva encuesta de Ifop muestra que el relajamiento higiénico fue pasajero: en 2022 la frecuencia del lavado corporal volvió a su nivel previo a la crisis, tanto en hombres como en mujeres.

B) Los franceses, en cambio, se distinguen por una mayor dejadez en higiene de la ropa

3 / Aunque menos que en el primer confinamiento, los franceses son hoy los europeos que menos a menudo cambian de calzoncillos o bóxers a diario

El gran “dejarse llevar” observado entre los hombres franceses durante el primer confinamiento (véase el estudio Ifop “Mains propres, slips sales”, abril de 2020) no parece haberse instalado.

Con el regreso de las interacciones sociales, la proporción de franceses que no se cambian de ropa interior a diario cayó en el verano de 2022 (25%) al mismo nivel medido poco antes del primer confinamiento (25% en feb. de 2020). El fin del “efecto Covid” también se aprecia en la práctica de ir sin ropa interior, que regresó al nivel preconfinamiento (1%) tras haber repuntado en abril de 2020 (5%).

Pese a este “retorno a la normalidad”, Francia sigue a la cola entre los países estudiados. Hoy, es en Francia donde los hombres menos cambian a diario: 73%, frente a 82% en España, 77% en Alemania, 77% en Italia y 75% en el Reino Unido.

En Francia y sus vecinos, aparece una clara brecha generacional: el 39% de los europeos de 70+ no cambia de ropa interior todos los días —el doble que entre los menores de 25 (20%).

El punto de vista de François Kraus: A pesar de los avances desde la posguerra (p. ej., generalización de la lavadora, ropa interior asequible), muchos mayores mantienen hábitos de su infancia, cuando el ritmo de cambio de ropa era más lento que hoy.

4 / Mujeres mucho más cuidadosas con la limpieza de su ropa interior —aunque en Francia esto ha evolucionado mucho desde la posguerra

Más expuestas a riesgos de infección (p. ej., micosis o problemas ginecológicos) que puede provocar una prenda sucia en contacto directo con la piel, las mujeres son mucho más numerosas que los hombres en cumplir la regla de cambiarse cada día. La media en los cinco países es 93%, con tasas entre 92% (Reino Unido, Alemania) y 97% (España).

A diferencia de sus compatriotas varones, las francesas se sitúan en la media europea (93%), muy cerca del nivel pre-pandemia (94% en feb. de 2020). Esta estabilidad reciente no debe ocultar cuánto ha mejorado la higiene de vestimenta de las francesas en 70 años: en 1951, solo el 17% se cambiaba a diario.

C) …mientras las mujeres parecen más libres de las normas de vestimenta: las jóvenes francesas son, con diferencia, las que más dejan de llevar sujetador

5 / Herencia de los confinamientos, el no bra conserva en Francia un número significativo de adeptas, sobre todo entre las jóvenes

Impulsada por el aislamiento de los confinamientos, la práctica no bra no fue una moda efímera en Francia.

Entre las menores de 25, el porcentaje que nunca lleva sujetador fue del 13% en junio de 2022 —descenso respecto a abril de 2020 (20%), pero aún triplica el nivel previo a la crisis (4% en feb. de 2020). En el conjunto de las mujeres, ir sin sujetador a diario es mucho menos frecuente (6% en jun. de 2022), aunque duplica el nivel preconfinamiento (3% en feb. de 2020).

El punto de vista de François Kraus: Pese al retorno a condiciones más “normales”, el no bra parece haberse anclado entre las jóvenes, probablemente impulsado por dos corrientes previas al Covid en lencería: un neo-feminismo que promueve la liberación del cuerpo y un body-positivismo que prioriza el confort, ambos muy presentes en estas generaciones.

6 / En contexto pos-Covid, Francia aparece como la patria del “no bra”

Este relativo arraigo del no bra en Francia explica que el país tenga hoy la mayor proporción de mujeres sin sujetador en la población adulta (6% en Francia, frente al 4% de media), y sobre todo entre las menores de 25: 13% en Francia, frente a 3% en España, 2% en Italia y 1% en Reino Unido y Alemania.

Tras haber sido pioneras en la adopción del sujetador en el siglo XX —saludado entonces como una liberación del corsé—, las francesas parecen hoy más dispuestas a abandonarlo, convertido en los años 60 en símbolo de opresión por cierto feminismo.

El punto de vista de François Kraus: En el país de Simone de Beauvoir, es difícil no ver en este gusto por el no bra el efecto de una conciencia feminista más aguda, los discursos mediáticos y, quizá, la cultura de la moda de un país donde las tendencias circulan rápido, sobre todo cuando se alinean con el confort. También podría influir una mayor secularización, que haría a las francesas menos sensibles a presiones puritanas de raíz religiosa que estigmatizan cualquier asomo de pezón femenino.

D) Higiene íntima: prácticas y exigencias que varían menos por género que por actividad sexual

7 / La higiene corporal y de la ropa está muy ligada a la sociabilidad y a la actividad sexual

Quienes más se preocupan por su higiene suelen tener más parejas o más relaciones sexuales. Esto se ve especialmente en la ducha diaria, con niveles más bajos entre personas vírgenes (49%) o quienes no tuvieron relaciones en las últimas cuatro semanas (48%). Del mismo modo, no cambiarse a diario es mucho más frecuente entre hombres sexualmente inactivos (30%) que entre quienes mantienen más de tres relaciones por semana (21%).

8 / Rutinas de higiene íntima en torno al sexo

Siguiendo las recomendaciones médicas para prevenir infecciones urinarias femeninas, las mujeres son mucho más proclives (59%) que los hombres (41%) a ir siempre al baño después del coito. En cambio, no hay brecha de género al observar quiénes siempre se lavan antes o después de una relación; las mujeres son incluso ligeramente menos propensas a ello, quizá porque saben que no es médicamente necesario para prevenir, por ejemplo, infecciones, micosis o irritaciones.

En caso de sexo buco-genital, las mujeres son notablemente más exigentes con la limpieza genital: 38% de las francesas exigen siempre que su pareja se lave antes de realizar sexo oral, frente a 31% de los hombres.

El punto de vista de François Kraus: La idea de que hay que tener una higiene íntima “impecable” para vivir la sexualidad con tranquilidad parece una exigencia que pesa más sobre las mujeres, aunque no les sea exclusiva. Sentirse a gusto con la pareja cuando los genitales están “limpios” es bastante general —especialmente en el sexo oral—, señal de que la visión higienista de los genitales, promovida durante años por la publicidad y la pornografía, ha calado en todos.



PARA CITAR ESTE ESTUDIO, UTILICE AL MENOS LA SIGUIENTE FÓRMULA

«Estudio Ifop para XloveCam realizado mediante cuestionario auto-administrado en línea del 21 al 27 de junio de 2022 entre una muestra de 5.039 personas representativa de la población de Italia, España, Francia, Alemania y Reino Unido, de 18 años o más».


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