
Por qué nos obsesiona la fantasía del profesor sexy (y cómo explorarla… entre adultos)
¿A quién no le ha inquietado alguna vez un profesor carismático, una mirada que chasquea como una regla sobre el escritorio, un traje impecable… y ese ambiente estudioso que se sale de madre?
Lo que la cultura pop ha hecho de ellos
En películas y series de televisión, la dinámica profesor/alumno se utiliza a menudo para hablar de poder, transgresión y deseo:
- Elegy (2008): un profesor de literatura (Ben Kingsley) y una alumna adulta (Penélope Cruz). Deseo, poder, consecuencias, sin glamour.
- Liberal Arts (2012): un romance universitario entre un treintañero y una estudiante madura; la diferencia de edad y la ética están en el centro de la historia.
- Good Will Hunting (1997): no es un romance entre profesor y alumna, sino una relación de tutoría que cuestiona los límites profesionales y personales.
- La sonrisa de Mona Lisa (2003): no hay romance, pero sí el aura de una profesora inspiradora que se enfrenta a los adultos.
- The Chair (2021): entre bastidores en el campus, relaciones de poder y reputación.
Por qué fascina esta fantasía
- Transgresión simbólica: jugar con las reglas excita la imaginación.
- Proximidad y repetición: «recorrido tras recorrido», la expectación aumenta.
- Prohibición ficticia: la adrenalina del riesgo… en la ficción.
- Idealización: figura de conocimiento y autoridad, a veces teñida de proyecciones simbólicas.
Sobre los arquetipos
Los clichés del «profesor carismático» o el «alumno descarado» son disfraces narrativos. Tienen que ver con los roles (enseñar/aprender, guiar/desafiar), no con la edad.
En los juegos de rol, siempre especificamos: adultos, con consentimiento, ficción total.
¿Quieres explorar esta fantasía (versión 100% adulta y segura)?
- Enprimer lugar, el escenario: consentimiento, límites, palabras clave, cuidados posteriores.
- El escenario sigue siendo simbólico: un despacho en casa, una pizarra blanca, algunos accesorios (gafas, camisa, tacones… o una americana estricta). Es sugerente, no una imitación de un establecimiento real.
- El escenario: «clase particular», «examen oral», «puesta al día». Jugar con el lenguaje (apuntes, reglas, deberes) sin limitaciones reales: se juega con la autoridad, nunca se impone.
- Igualdad real: aunque uno de los papeles encarne el «poder», ambos interlocutores tienen los mismos derechos y decisiones.
- Debriefing: se sale del papel y se comprueba que todos se han sentido respetados.
En resumen: el atractivo de la fantasía profesor/alumno se basa en la transgresión simbólica y el juego de poder consentido. Mantenida dentro de los límites de la ficción para adultos, con reglas claras y respeto, se convierte en un patio de recreo deliciosamente cerebral.