Seducción

El 30% de las parejas se sintieron más unidas tras el encierro

Mientras que para algunos el encierro fue un detonante para que la pareja explotara, para otros fue todo lo contrario. Según un estudio de Ifop, el 30% de las parejas considera que el confinamiento les unió más. ¿Podría haber sido Covid-19 algo bueno después de todo?

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El confinamiento no fue un calvario insuperable para todos. Más bien al contrario. Algunas parejas aprovecharon la oportunidad para reunirse y empezar de nuevo. Para muchas parejas, esta prueba de fuego les permitió resolver problemas subyacentes, comunicarse y «resetear».

Separación o reconciliación: mitad y mitad

Según la investigación de Ifop, el 27% de las parejas se planteó romper durante los encierros: el 25% de las mujeres frente al 28% de los hombres. La situación es similar en el Reino Unido, donde el destacado bufete de abogados Stewarts registró un aumento del 122% en las demandas de divorcio entre julio y octubre de 2020 en comparación con el año anterior.

Sin embargo, según otro estudio de Ifop, el 30% de las parejas han tenido el efecto contrario y se han acercado más. Así que es un panorama mixto el que hemos visto en los últimos 2 años. ¿Cómo se explica esto? Según el doctor Robert Neuburger: «Muchas parejas viven su día a día bajo presión, a un ritmo frenético, con niños que dejar en el colegio, trabajo, compras… Por la noche, agotados, nos desplomamos frente al televisor y nos dormimos. Los fines de semana, se recupera la vida social. ¿El resultado? El tiempo de copresencia en casa se reduce drásticamente. De repente, el encierro ha liberado un tiempo inestimable… Lo que más echan de menos los dúos», subraya el psiquiatra. «La promiscuidad puede haber sido aterradora al principio… Pero les permitió reencontrarse. Lo que arruina a una pareja es el abandono. Una pareja no se desgasta espontáneamente, se descuida

El estudio también revela que la edad influye mucho en el deseo de que una relación dure. El 50% de los menores de 30 años ha sentido deseos de poner fin a su relación, frente al 14% de los mayores de 60. ¿Hábito? ¿Amor verdadero? ¿Facilidad de comunicación? Es innegable que el hecho de haber superado ya las dificultades ayuda mucho en este tipo de situaciones.

Los beneficios del encierro

El hecho de no poder salir y separarse hizo que las parejas tuvieran que trabajar en sus problemas para llevarse bien. Esto les ayudó a superar el calvario y a darse cuenta de que el amor seguía presente. Les dio una segunda oportunidad con un nuevo comienzo.

Las diferencias profesionales creaban a veces fuertes tensiones en la pareja. Con los hijos fuera, los que seguían distanciados se encontraban confinados juntos las 24 horas del día. A veces uno trabajaba y el otro estaba de jornada reducida… Todos estos son puntos difíciles de gestionar cuando, de un día para otro, te encuentras en esta configuración. Esto puso a prueba a muchas parejas y a veces cambió los roles domésticos dentro de las parejas. El confinamiento ha mantenido a las parejas bajo el mismo techo, y han tenido que aprender a lidiar con los problemas si no podían salir.

De hecho, según algunos psicólogos, el mayor peligro para las parejas es lo que no se dicen. Comunicarse es esencial, pero a veces, atrapados en el ritmo de la vida cotidiana, olvidamos y pasamos cosas por alto. Según Cécile Guéret: «Creemos que nuestra pareja nos entiende, pero todo queda en el limbo. Por ejemplo, en las tareas domésticas, como en los dramas más serios, hay que pasar de lo implícito a lo explícito y hablar de ello». El psicoterapeuta insiste: «En la Edad Media, éramos una ‘pareja eslabón’, unida por un interés común y la asociación de dos linajes: no había necesidad de mantener el diálogo. Hoy, sin embargo, la pareja es objeto de una reconquista permanente, día tras día. Para perdurar, el dúo debe afrontar regularmente su propia crisis, poniéndose en peligro de muerte y resurrección, reeligiéndose y refundándose periódicamente sobre nuevos cimientos».

Un ejemplo más común de lo que se cree.

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Una oportunidad para empezar con buen pie

Para los que sobrevivieron al confinamiento, fue una ocasión de reinventarse y una gran oportunidad de cambio y crecimiento. Les permitió redescubrir cierta complicidad y sentirse más fuertes por haber superado la prueba. La comunicación conyugal no consiste sólo en palabras, sino también en compartir experiencias fuertes o divertidas. Y esto es lo que ha permitido el encierro. No olvidemos que la palabra crisis, en chino, se compone de dos ideogramas: peligro y oportunidad.

Gracias al encierro, las parejas se vieron prestándose más atención con pequeños gestos, pequeñas palabras. Pero también pasando realmente tiempo juntos y el uno para el otro. Otros han dado un giro a sus vidas y han vuelto a empezar. En cualquier caso, se han formado mejores o nuevos hábitos para acercarse más.

Acerca del autor

Pamela Dupont

Mientras escribía sobre las relaciones y la sexualidad, Pamela Dupont encontró su pasión: crear artículos cautivadores que exploren las emociones humanas. Cada proyecto es para ella una aventura llena de ganas, amor y pasión. A través de sus artículos busca llegar a sus lectores ofreciéndoles perspectivas nuevas y enriquecedoras sobre sus propias emociones y experiencias.

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