
Cuando eras niño, puede que pensaras que todo lo que tenías que hacer para impresionar a las chicas era ser un futbolista estrella o tocar la guitarra en la banda. De joven adulto, puede que pensaras que para atraer a las chicas necesitabas un coche sofisticado o un despacho en la esquina… ¿Conoces realmente las formas de impresionar a todas las chicas?
Ahora que, con suerte, has llegado a la edad adulta, te das cuenta de que a las mujeres que quieres atraer no les impresionan los músculos abultados, las letras que siguen a tu nombre, lo que posees o lo que ganas, sino la calidad de tu relación con la persona.
A una mujer distinguida no sólo le preocupan tus logros. Observa atentamente cómo te comportas en el mundo. Teniendo esto en cuenta, aquí tienes 15 consejos para convertirte en un ser humano más completo e impresionar a todos, hombres y mujeres por igual. Pero sobre todo para impresionar a las mujeres.
1 –Comprende las cuestiones sociales complejas
Racismo, sexismo, misoginia, homofobia, xenofobia, interseccionalidad: las palabras de moda del momento giran todas en torno a los derechos humanos fundamentales y a la lucha por extenderlos a los grupos marginados. Edúcate, amplía tu perspectiva y demostrarás una profunda comprensión del mundo actual y de tu lugar en él.
2 – Viaja
Mark Twain es famoso por destacar el valor de los viajes para construir una visión del mundo sana y caritativa. No te limites a salir de tu barrio o incluso del país. Sal de tu mundo y descubre cómo vive la gente que no se parece a ti. Pocas cosas son más sexys que un pasaporte gastado.
3 –Aprende otro idioma
No hay nada más sexy que ser multilingüe. Mientras visitas lugares exóticos, aprende a hablar con la gente en su lengua materna. Cuando vuelvas a casa, introduce una palabra o frase extranjera de vez en cuando y añadirás una pizca de je ne sais quoi a tu aura. Los acentos extranjeros siempre funcionan para impresionar a las mujeres.
4-Voluntario
Hasta el discurso más bonito suena vacío si no lo respaldas con hechos. Demuestra que te preocupas por vidas que no te afectan dedicando tiempo y atención (y dinero) a causas que realmente te importan.
5 – Escucha
En una época en la que todo el mundo busca atención, sé la persona que escucha pacientemente lo que los demás tienen que decir. No interrumpas ni hables por encima de la gente: una conversación es algo más que esperar tu turno para hablar. Además, podrás guardarte para ti ciertas cosas que es mejor no compartir, sobre todo cuando bebes un poco: ¡tiendes a hablar demasiado!
6 –Mantén tu espacio
Mientras escuchas, recuerda: no te corresponde juzgar, no te corresponde opinar (a menos que te lo pida) y no te corresponde resolver problemas. La capacidad de ofrecer un espacio seguro para la vulnerabilidad es un camino hacia la verdadera intimidad.
7 – Mejora tu vocabulario
Quinientos años después de su muerte, Cyrano de Bergerac sigue teniendo fama de haber conquistado el amor de la bella Roxanne, no por su formidable esgrima o su innegable valor, sino por su cautivador juego de palabras y sus réplicas de capa y espada. Recuerda: la conversación es un juego previo. Las palabras siempre tocarán lugares donde las manos no pueden.
8 – Escribe una carta
Olvídate de los mensajes de texto, el sexting y el correo electrónico. Compra papel de carta. Hazte con una pluma estilográfica. Redacta una carta, digna de guardar bajo la almohada en tu ausencia. Séllala con una pizca de colonia (si usas colonia). Séllala y envíala por correo. Cuando tu amante descubra tu misiva entre las renovaciones de suscripciones y las facturas, habrás creado un recuerdo imborrable.
9 –Desarrolla tu cultura
Todo lo que necesitas saber sobre alguien, lo puedes averiguar por los libros que lee y la música que escucha. Te juzgarán por tu biblioteca física y digital. Lee y escucha a los clásicos, mantente al día de la actualidad y los intereses, y añadirás amplitud y profundidad a tu personalidad.
10 – Sé considerado
Algunos podrían cuestionar el valor de la caballerosidad en la era moderna, pero no hay sustituto para los modales básicos. Abre las puertas. Levanta las sillas. Levántate cuando una dama se levante de la mesa. Sé considerado y nunca tendrás que decirle a nadie que eres un caballero.
11 –Afina tu sentido del humor
Los chistes de pedos son para Nickelodeon. La vida es dura y pocas cosas demuestran más tu capacidad para afrontar la adversidad que un escalofrío y una sonrisa provocativa. Una mujer que se ríe en tu presencia te dice que está a gusto. Recuerda las palabras de la bomba cómica Jessica Rabbit sobre su marido Roger: él me hace reír.
12 –Sé amable con los animales
Hace cien años, el epítome de la hombría era la imagen de Teddy Roosevelt de safari, posando triunfante con su última presa. Afortunadamente, esta versión de la masculinidad tóxica se ha convertido (en gran medida) en el camino del dodo. Los animales son grandes jueces del carácter: ninguna mujer confiará en ti si su perro no lo hace.
13 –Niños cariñosos
Seas padre o no, pocas cosas evalúan tu carácter con más precisión que tu capacidad para interactuar con los niños. Ya sea con bromas (apropiadas), asistiendo a una fiesta del té o leyendo un cuento de Minecraft, asistiendo a una fiesta del té, trata a los pequeños con la misma humanidad que a tus compañeros y demostrarás tu capacidad para conectar con tu niño interior. La forma perfecta de impresionar a las chicas.
14 –Actúa bien
La gente trabajadora de la que dependes para alojarte depende de las propinas. Trata a las personas de servicio con dignidad. Demuestra tu naturaleza generosa. A nadie le gustan los tacaños.
15 –Equilibrar el carisma con el carácter
Los mayores seductores de todos los tiempos eran poderosos carismáticos. Por desgracia, el carisma no requiere una brújula moral. Sin cualidades como la honradez, la lealtad, la integridad y la modestia, el carisma puede ser desastroso. La capacidad de identificar estas cualidades y su proporción relativa entre sí es esencial, no sólo para seducir, sino también para establecer relaciones sanas, estables y duraderas.
Mientras tanto, siempre puedes practicar con mujeres jóvenes que siempre estén dispuestas a intercambiar ideas contigo.