
Las madres siempre han desempeñado un papel central en nuestra sociedad. El Día de la Madre, momento de gratitud y afecto, rinde homenaje a las que dan a luz y que, a diario, son el pilar emocional de muchas familias. Celebramos su dulzura, paciencia y generosidad. Sin embargo, esta visión tradicional ya no es la única que prevalece hoy en día.
Con la evolución de las mentalidades y las representaciones sociales, ha aparecido en el imaginario colectivo otra cara de la madre: la de la MILF, acrónimo de «Mother I’d Like to Fuck» (madre a la que me gustaría follar). Aunque el término resulta chocante por su brutalidad, también revela una profunda transformación: el reconocimiento de una madre que ya no se limita a su papel maternal. Puede ser deseada, segura de sí misma y protagonista de pleno derecho de su propia sexualidad.
A primera vista, hablar de las MILF en relación con el Día de la Madre puede parecer inapropiado, incluso irrespetuoso. Sin embargo, esta asociación nos dice algo sobre nuestra época. Nos dice que la madre ya no se ve sólo como una figura asexuada, confinada a la esfera doméstica. También es una mujer, con deseos, placeres y una identidad múltiple. En el cine, las series de televisión, la cultura pop e incluso la pornografía, la MILF se ha convertido en un arquetipo por derecho propio, a medio camino entre la fantasía masculina y la afirmación femenina.
En la industria del porno, la MILF se ha convertido en un género por derecho propio. Desde la década de 2000, es una de las categorías más solicitadas. En 2024, ocupaba el segundo puesto mundial en los sitios web para adultos.
¿A qué se debe tanto éxito?
Quizá porque representa una sexualidad más madura y asentada, alejada de los clichés de la adolescencia o la interpretación. O quizá porque encarna esa mezcla de experiencia y confianza que atrae tanto como tranquiliza.
Según Fiona Schmidt, periodista, activista feminista y autora del ensayo Vieille peau (publicado por Belfond, 2023), que examina el doble rasero sexista entre los mandatos de envejecer bien y el juvenilismo:
«La diferencia de edad entre un hombre y una mujer se ha erotizado durante miles de años, primero en la pintura y la literatura, y después en el cine. En las películas, la diferencia de edad entre una pareja en pantalla es de unos 20 años, mientras que en la vida real es de 3 años».
Pero últimamente, en el mundo de las comedias románticas americanas, la tendencia parece, a primera vista, invertirse, y delante de la cámara las actrices mantienen ahora relaciones románticas con hombres mucho más jóvenes. Desde 2006, los Premios XRCO un premio a la MILF del año. Actrices como Lisa Ann, Brandi Love, Ava Addams y Alexis Fawx se han convertido en los rostros de esta figura. Su popularidad se debe no sólo a su físico, sino también a su capacidad para encarnar a una mujer que sabe lo que quiere, que es atrevida y que no se esconde.
La actriz de cine pornográfico Lisa Ann vestida de Sarah Palin en la AVN Expo de Las Vegas, el 8 de enero de 2010.
Veronica Avluv en 2012
Demuestran que no hay edad para ser deseado, ni para desear.
Pero sería un error reducir la MILF a una simple fantasía masculina. Detrás de esta imagen, hay también un discurso de liberación. En una sociedad que durante demasiado tiempo ha compartimentado los papeles – la madre dulce frente a la mujer fatal – la MILF difumina las líneas.
Reclama el derecho a ser compleja:
- madre
- amante,
- libre,
- todo a la vez.
En las redes sociales, cada vez más mujeres, algunas de ellas madres, hacen valer su sex appeal. Publican, crean, se exponen, sin vergüenza ni justificación. Esta nueva visibilidad contribuye a redefinir los contornos de la feminidad adulta.
Hoy, celebrar a las madres es quizá una forma de felicitarlas por su ternura, por supuesto, pero también por su valentía al asumir lo que son. Significa decirles que tienen derecho a ser muchas cosas: maternales, pero también desenfadadas, juguetonas y atrevidas.
Sí, una madre puede ser una MILF. No porque quiera ser deseada a toda costa, sino porque se niega a que su valor se defina únicamente por la maternidad. Recupera el control de su imagen, de sus deseos, de su cuerpo. Y ése es probablemente el mensaje más bonito que podemos enviarle estas fiestas: tienes derecho a ser completamente tú misma.