
Como decíamos en la primera parte de esta serie de artículos, todo el mundo tiene un fetiche que esconde en un rincón de su cabeza. Si el tuyo no está en la lista anterior, es probable que se encuentre entre los que mencionamos a continuación. Pero antes de llegar a eso, debes saber que el fetichismo se refiere a la excitación sexual provocada por una parte no sexual del cuerpo, especialmente un objeto o gestos y actitudes. En algunos casos, se practica por primera vez, de forma inesperada, durante una sesión de sexo.
En ese preciso momento, la persona afectada se da cuenta de que esta nueva excitación sexual no le es totalmente ajena, puesto que ya existía en su subconsciente. Pero para la mayoría, el fetichismo llega con el deseo de explorar al máximo todos los aspectos de la sexualidad. En cualquier caso, el diapasón en el que todos están de acuerdo es el placer. Descubra 9 fetiches mucho más comunes de lo que cree, para una sexualidad plena.
Sitofilia
Utilizar la comida para aumentar el placer sexual, un acto que tiene un nombre: sitofilia. Puede que la palabra le resulte extraña, pero no la práctica en sí. Este fetiche es, con diferencia, el más conocido, debido a sus múltiples variantes. En la práctica, un sitófilo utilizará cualquier cosa comestible como excitación sexual. Cubrir una parte del cuerpo de su pareja con chocolate, yogur o miel es la forma más clásica de este fetiche. Introducir un pepino o un plátano en los orificios de su pareja es otra. Pero la sitofilia puede ir aún más lejos, por ejemplo beber agua del pene de una mujer. Todas estas formas de sitofilia tienen el mismo objetivo: llevar el placer a su clímax.
La predisposición de la mano
Ya ha oído hablar de la podofilia, también conocida como fetichismo de pies. El parcialismo de las manos es similar en algunos aspectos. Este conocido fetichismo se manifiesta en una fuerte atracción sexual por las manos. Si se quiere profundizar en el tema, existen diversas variantes. Mientras algunos prefieren limitarse a observar, otros añaden tocar, lamer y besar. Los practicantes de este fetiche exploran la conexión emocional y el placer sexual.
Candaulismo
Este fetiche, cada vez más popular, se sitúa justo detrás del sadomasoquismo, según muchos comentarios en foros de sexualidad. Por definición, el candaulismo es el acto de compartir a tu pareja con otra persona. Generalmente, esta práctica es masculina, pero el recién llegado puede ser hombre o mujer. Es un tipo de infidelidad consentida. En la práctica, el acto sexual implica a tu pareja y a su amante. Tú eres un mero espectador, que asiste a una escena que te proporciona tanto placer como si fueras un actor. Esto no debe confundirse con el intercambio de parejas, en el que intercambias a tu pareja con otra u otras personas.
Eproctofilia
Hay quien pide a su pareja que se bañe antes de un revolcón y quien prefiere el olor a sudor. En ambos casos, se trata de un conocido fetiche conocido como eproctofilia. Se traduce como excitación provocada por un olor. Nauseabundo o no, siempre que el olor de tu pareja te haga salivar, se te considera un eproctófilo.
Fetichismo por el yeso
Por extraño que parezca, este fetiche sexual es muy común. Muchas personas le tienen apego y se excitan con él. Tenga la seguridad de que no se trata del yeso que encuentra en sus paredes, sino de yeso médico. Existen dos versiones de este fetiche: los que se excitan con la idea de estar escayolados y los que se sienten atraídos por las personas que llevan escayola. La segunda categoría es la más conocida. Hacer el amor con alguien que lleva una escayola en la pierna aumenta su excitación. Esto es posible gracias a que la pareja está medio inmovilizada y vulnerable.
Sigmatofilia
Hay algo muy excitante en los piercings y los tatuajes, un fetiche muy conocido. La sigmatofilia se basa en el fetichismo por las modificaciones en el cuerpo de una persona. Los tatuajes y los piercings son sólo la parte clásica de este vasto concepto. Este fetiche también incluye implantes corporales como las lentillas. Estas modificaciones generan una excitación que aumenta el placer sexual.
La lluvia dorada
Otro fetiche en auge desde hace algún tiempo. El ondinismo, o ducha dorada para los más sensuales, se caracteriza por lainclusiónde orina en los escarceos sexuales. Si sólo pensarlo te echa para atrás, probablemente es porque aún no lo has probado. Los amantes de este fetiche orinan el uno sobre el otro u orinan unilateralmente. Esto puede ocurrir durante los preliminares o durante la penetración. La sensación de calor y humedad de la orina lleva la excitación al clímax. El sabor de la orina también contribuye al subidón de adrenalina. Pero, sobre todo, es el tabú que rodea a la lluvia dorada lo que la hace especial.
Astenofilia
La astenofilia es uno de los pocos fetiches que no están vinculados a cosas tangibles. Si la lluvia dorada se caracteriza por la orina, este fetiche se refiere a un estado de enfermedad. Los practicantes desarrollan un intenso deseo sexual cuando están enfermos. Un simple resfriado con algunos dolores puede provocar rápidamente un éxtasis sin precedentes. Sin embargo, las enfermedades contagiosas como la gripe constituyen una excepción a este fetiche.
Travestismo
Es cierto que la ropa no hace al hombre, pero cuando se trata de sexualidad, puede aumentar rápidamente el deseo. Esto es lo que caracteriza al travestismo, o el deseo de estar momentáneamente en la piel de otra persona. Este fetiche se traduce en el deseo de ponerse ropa del sexo opuesto, para un erotismo intenso. Nótese que el travestismo se limita a la ropa y los accesorios del sexo opuesto. No tiene nada que ver con la transidentidad. Por lo tanto, un fetichista del travestismo se excitará más llevando un tanga y una peluca femenina, sin identificarse con este género.
Las normas evolucionan y el umbral de tolerancia retrocede con el tiempo, así que recuerda adaptarte. He aquí, pues, una buena lista de fetiches conocidos que proporcionan bastante placer a las personas atrevidas que los practican. Encuentra los que te convienen y rompe el cerrojo del éxtasis.