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Oud y almizcle: los hechizantes secretos de las fragancias orientales

los hechizantes secretos de las fragancias orientales

¿Podemos hablar de belleza, atractivo y seducción sin mencionar el perfume? En casi todas las culturas del mundo, el perfume no sólo es un activo seductor, sino también un eficaz vector de bienestar. Sea cual sea la ocasión o la circunstancia, hay un perfume que se adapta a cada momento, ya sea espiritual o festivo. Y aunque el mundo de la perfumería se reinventa constantemente para ofrecer aromas cada vez más singulares, las fragancias orientales siguen siendo referencias esenciales.

En efecto, cuando se trata de la dimensión mística y hechizante del perfume, las fragancias orientales ocupan un lugar de preferencia. ¿Son el fruto de una larga tradición de secretos de perfumería transmitidos de generación en generación, o un cóctel de ingredientes tan especiales como misteriosos? ¿Qué hace que las fragancias orientales sean tan irresistibles?

Oud, el oro negro de las fragancias árabes

El oud, también conocido como oro negro, procede del árbol Aquilaria. Este árbol lo produce en respuesta a estímulos externos. Sin embargo, sólo entre el 2 y el 10% de estos árboles son capaces de generar Oud, lo que lo hace tan raro como precioso. Su aroma profundo, amaderado y animal lo convierte en un componente esencial de los lujosos y refinados perfumes árabes. El Oud aporta una dimensión de riqueza y magnificencia a las fragancias orientales.

Además, la palabra Oud deriva del sánscrito «Aguru». Esta madera ya era utilizada por los egipcios para ofrendas divinas, lo que explica el misterioso atractivo de los perfumes árabes. El Oud es conocido por sus cualidades relajantes, lo que lo convierte en una opción ideal para los momentos de meditación. Posee un aroma único, fuerte y amaderado, con matices animales y de cuero que recuerdan a la piel recién curtida, lo que lo distingue claramente de otras maderas. El oud también es famoso por su resistencia y durabilidad. Por ello, este ingrediente confiere a las fragancias orientales una atmósfera de poder, misterio y riqueza.

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Almizcle, el santo grial de la perfumería oriental

La historia del almizcle en la perfumería oriental es tan antigua como fascinante. Antes de que se sintetizara, el almizcle se extraía de las glándulas del chevrotain almizclero, un pequeño mamífero asiático de montaña. Esto ha convertido a este ingrediente raro y caro en uno de los componentes más distinguidos de los perfumes orientales.

Hoy en día, aunque producido sintéticamente, el almizcle desempeña un papel crucial en la perfumería oriental, profundamente arraigada en las antiguas tradiciones de las culturas de Oriente Medio. El almizcle simboliza la riqueza, la pureza y el encanto. Sigue siendo uno de los elementos más apreciados en las creaciones de perfumes inspirados en Oriente. Por sus propiedades cálidas y sensuales, se utiliza a menudo para añadir un matiz de misterio y seducción a los aromas árabes.

En el pasado, debido a su rareza y alto coste, este ingrediente estaba reservado a las clases privilegiadas de las antiguas civilizaciones orientales, lo que le valió el sobrenombre de «oro blanco». Hoy en día, el almizcle se utiliza en los perfumes orientales para mantener su riqueza natural original. Gracias a este ingrediente, las fragancias orientales siguen siendo codiciadas en el mundo de la perfumería.

Incienso o «Le Bakhour

Bakhour significa incienso en árabe. Este ingrediente añade una dimensión espiritual adicional a las fragancias orientales. Es una mezcla de varios elementos como sándalo, agar, especias y trozos de Oud impregnados de aceites aromáticos.

El término «Bakhour» procede de la palabra árabe «bukhar», que significa «humo». En el pasado, el Bakhour se utilizaba habitualmente en los antiguos hogares de Oriente Próximo para perfumar la ropa, los tejidos y los espacios vitales. A día de hoy, sigue siendo un elemento clave de la cultura y la perfumería árabes, gracias a sus beneficios espirituales, terapéuticos y prácticos.

Más allá de su dulce fragancia, el incienso también sirve como elemento decorativo en los hogares. Así pues, además de sus características olfativas, las fragancias orientales también tienen una dimensión estética. Aunque estos aspectos puedan parecer distintos, en realidad están estrechamente relacionados.

La diversidad de fragancias permite clasificarlas en tres tipos: bakhour resinoso, bakhour amaderado y bakhour herbal.

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Especias y resinas

Las especias y las resinas son elementos naturales esenciales en perfumería, y desempeñan un papel fundamental en las fragancias orientales. Estos elementos añaden un toque de misterio a las fragancias de esta región. Se distingue entre especias frescas y picantes. Las especias frescas se utilizan principalmente como notas de salida en las composiciones de perfumes, mientras que las cálidas se emplean como notas medias y de fondo. Entre las especias y resinas más utilizadas en perfumería están el jazmín, la mirra, el benjuí y la canela.

Jazmín: una fragancia suave y floral, cautivadora y poderosa a la vez, que evoca la elegancia y la feminidad de Oriente. Este ingrediente realza la sensualidad de las fragancias orientales.

Mirra: considerada uno de los ingredientes más preciosos y refinados, la mirra tiene fuertes asociaciones religiosas, sobre todo en los rituales dedicados a las divinidades en la Antigüedad. De este modo, refuerza el misterio que rodea a los perfumes árabes.

Benjuí: esta resina balsámica procede del tronco del árbol Styrax Tonkinensis, de la familia de las Styracaceae. En perfumería oriental, ofrece una nota rica y compleja, que permite a los perfumistas orientales crear un vasto abanico de posibilidades olfativas. Gracias al benjuí, las fragancias orientales pueden adoptar diversos significados.

Canela: reconocida como la especia más antigua, se utiliza desde hace 5.000 años y antaño se consideraba más preciosa que el oro. Posee características especiadas y balsámicas, y ofrece una nota amaderada, ligeramente dulce y avainillada. Cálida, resinosa, potente y próxima al clavo, aporta un toque vivo y sensual que encanta a las fragancias de Oriente Próximo.

En definitiva, si las fragancias orientales son famosas por su irresistibilidad, deben esta notoriedad a los distintos ingredientes que las componen. En efecto, ingredientes como el almizcle, el oud y el jazmín confieren a las fragancias orientales un prestigio y un misterio heredados de la antigüedad. La perfumería oriental es también un patrimonio cultural que ha resistido el paso del tiempo. Originalmente reservada a los reyes y a la nobleza, hoy está al alcance de todos los que desean rodearse de misterio y seducción.

Acerca del autor

Pamela Dupont

Mientras escribía sobre las relaciones y la sexualidad, Pamela Dupont encontró su pasión: crear artículos cautivadores que exploren las emociones humanas. Cada proyecto es para ella una aventura llena de ganas, amor y pasión. A través de sus artículos busca llegar a sus lectores ofreciéndoles perspectivas nuevas y enriquecedoras sobre sus propias emociones y experiencias.

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